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Por lo menos 18 han sido secuestrados, asesinados o desaparecidos en dos años, señalan

Empleados del sector salud de Guerrero demandan seguridad

Reprochan indolencia de las autoridades

El titular de la dependencia desautoriza protesta

Los delincuentes atacan centros de salud y ambulancias

Paro de trabajadores de cárceles

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Trabajadores del sector salud de Chilpancingo, Tecpan, Coyuca de Benítez, Iguala y Petatlán (en la imagen), en la Costa Grande de Guerrero, se manifestaron simultáneamente para exigir seguridad, luego de la reciente desaparición de cuatro profesionales, dos de ellos médicosFoto Sergio Ocampo
Corresponsal
Periódico La Jornada
Martes 30 de junio de 2015, p. 25

Chilpancingo, Gro.

Médicos, enfermeras y trabajadores administrativos de la Secretaría del Salud estatal protestaron ayer en al menos siete municipios para exigir al gobierno de Rogelio Ortega frenar la violencia e inseguridad que afectan al gremio, y que cuatro de sus compañeros, desaparecidos hace más de una semana, sean presentados.

Los manifestantes dieron a conocer que en dos años recientes al menos 18 empleados de la dependencia, encabezada por Edmundo Escobar Abeica, han sido secuestrados, desaparecidos o asesinados en la entidad.

La mañana de ayer Escobar Abeica giró un oficio en el que advirtió que la suspensión de labores por la lamentable desaparición de trabajadores de la Secretaría de Salud no estaba autorizada.

En el documento, dirigido a subsecretarios, jefes jurisdiccionales, directores y jefes de departamento, subraya: Las acciones que realicen a título personal estarán bajo su más estricta responsabilidad administrativa.

Las protestas, principalmente plantones frente a clínicas y hospitales, tuvieron lugar en Chilpancingo, Acapulco, Petatlán, Copala, Teloloapan, Coyuca de Benítez e Iguala, a iniciativa de los trabajadores.

La doctora Adriana Bazán Luna dijo: “Nos mueve la gota que derramó el vaso, aunque desde hace mucho tiempo nos hemos visto afectados por asesinatos y levantones. (Los delincuentes) se han metido a nuestros centros de trabajo y se han llevado a nuestros compañeros, o los han secuestrado en las carreteras”.

Entrevistada fuera de las oficinas de la Secretaría de Salud en Chilpancingo, expuso que los trabajadores del sector están indignados ante la indolencia de nuestras autoridades. Los empleados del sector somos una familia con la que compartimos más de la mitad de nuestro día.

Bazán Luna recordó a Carlos Érick Adán Almazán, médico del municipio de Iguala a quien desconocidos le robaron su vehículo y lo asesinaron cuando salía de su centro de trabajo, el 23 de febrero.

En noviembre de 2014, el doctor Francisco Moctezuma Gutiérrez e Imer Salado Cortés, chofer de ambulancia del hospital general de Ayutla, fueron ultimados por un comando cuando trasladaban a un paciente de Acapulco.

El caso más reciente es la desaparición de los trabajadores de la Secretaría de Salud Raymundo Tepeque Cuevas, Marvin Hernández Ortega, José Osvaldo Ortega Saucedo y Julio Cesar Mejía Salgado, ocurrida el 19 de junio cuando circulaban por la carretera Chilpancingo-Acapulco a la altura del poblado de Xolapa. Y hay muchos más, expresó Bazán.

Destacó que numerosos trabajadores del sector salud prefieren no denunciar las agresiones por temor a represalias. En Tierra Caliente llevan toda la vida así, y lo mismo sucede en el municipio de Heliodoro Castillo, donde están cerrados los centros de trabajo. Prácticamente estamos sobreviviendo y al salir de nuestras casas decimos: sólo Dios sabe si voy a regresar.

Mientras, alrededor de 360 trabajadores administrativos basificados y supernumerarios de los centros de readaptación social y otras instituciones del sistema penitenciario de la entidad pararon labores ayer por la mañana, informó José Manuel Nava, secretario general de la sección 7 del Sindicato Único de Servidores Públicos del estado de Guerrero.

En entrevista, detalló que desde el mes pasado demandan un bono de riesgo por 3 mil pesos mensuales por trabajador y un incremento al seguro de vida: 80 meses de salario para cada trabajador fallecido. El personal administrativo también es violentado, sobre todo cuando hay motines.