jornada


letraese

Número 228
Jueves 2 de Julio del 2015


Director fundador
CARLOS PAYAN VELVER

Directora general
CARMEN LIRA SAADE

Director:
Alejandro Brito Lemus


pruebate

CULTURA


Anahí L. F.

Todos los cuerpos son sexuales

Como desafío a todos los estereotipos de lo sensual o lo erótico, las personas discapacitadas reclaman su derecho al goce sexual. El documental Yes, we fuck!, recientemente presentado en México, reivindica el placer como parte de su calidad de vida.




El museo Ex Teresa Arte Actual, de la Ciudad de México, fue testigo de la presentación del documental Yes, We Fuck!, el pasado seis de junio. La película muestra cómo aquellas personas con capacidades diversas –quienes prefieren no ser llamadas “discapacitadas” para así alcanzar una plena dignidad en la diversidad funcional– logran disfrutar de su vida sexual.

Esto sucedió en el marco de la Séptima Muestra Marrana, que incluyó conferencias, performance y videos postpornográficos que muestran la multiplicidad de las sexualidades y los motivos por los que muchas de estas prácticas son marginalizadas o estigmatizadas. “La Muestra Marrana no es una muestra de porno convencional. Las películas seleccionadas no pertenecen casi ninguna al ámbito mainstream/comercial y tampoco reproducen los códigos tan limitados de las sexualidades heteronormativas”, señalan en el sitio oficial del evento.

Durante el ciclo se contó con la presencia de los realizadores y protagonistas de Yes, We Fuck! (que se traduciría como ¡Sí, cogemos!), trabajo que ganó el premio de la Cofradía de la Inmundicia al mejor corto durante la muestra. El documental ilustra cómo las personas que tienen algún tipo de parálisis, variante cromosómica o falta de formación de algún órgano del cuerpo, pueden disfrutar de su vida sexual.

Desde su silla de ruedas, Antonio Centeno, director del mediometraje, comenta en entrevista para Letra S: “La idea de hacer el documental es intentar crear herramientas para que la gente tome consciencia de que lo que nos cuentan sobre el cuerpo y la sexualidad son ficciones, y cada persona es libre de crear otras ficciones más interesantes, más ricas y más de acuerdo con la realidad”.

Centeno, quien sólo tiene movilidad en la parte superior de su cuerpo, agregó que es necesario dejar de creer que los cuerpos tienen que cumplir con ciertos cánones de belleza para ser deseables y que sólo ciertas prácticas, deseos o placeres son válidos.

Pero el camino no ha sido corto ni tampoco sencillo. “Hemos estado como dos años y medio trabajando con amigos, conocidos y otras personas que contactamos a partir de poner en marcha el proyecto”, mencionó el realizador, y añadió que fue difícil exponer la desnudez de las personas y encontrar el equilibrio para lograr que su trabajo llegara a mucha gente, al mismo tiempo que tuviera suficiente carga transformadora como para producir algo interesante. “Aún no sabemos hasta qué punto lo habremos conseguido”, reconoce.

La vida diaria requiere un asistente
En la pantalla aparece la imagen de Soledad Arnau, una mujer de aproximadamente cincuenta años y con una diversidad funcional que sólo le permite mover su rostro. Ella le pide a otra mujer más joven que la ayude a mover su mano para tocarse a sí misma los pezones por primera vez. De esta manera se muestra cuál es el papel que ejercen los asistentes sexuales.

Arnau, investigadora, activista por la reivindicación de la vida independiente de las personas con capacidades diversas y protagonista de Yes, We Fuck!, aclara en entrevista que su labor no empezó con su participación en el documental, sino en 2001, en España, con un proyecto llamado Foro de Vida Independiente.

En dicho proyecto se busca que las personas con diversidad funcional puedan contar con un asistente personal, una figura laboral que implica contratar a una persona para que las ayude a realizar sus labores, debido a que la condición en la que viven las obliga a depender físicamente de alguien más. Sobre esto, Arnau recordó que “el Artículo 19 de la Convención Internacional de Derechos Humanos dice que tenemos derecho a tener una vida independiente y a estar incluidos, y para poder hacerlo necesitamos la figura laboral de asistente personal”. En España, siguió, dicha figura laboral aún no está consolidada, por lo que hay muchas personas que carecen de uno.

La activista también menciona que el plano sexual es algo necesario de abordar porque carecería de sentido que una persona con diversidad funcional tuviera libertad para trabajar, pero su vida sexual estuviera totalmente abandonada. Sin embargo, lamenta, la administración pública española todavía no discute la figura del asistente sexual. “Vivimos en una cultura donde la sexualidad es tabú porque la tradición judeocristiana dice que sexualidad y pecado van de la mano, de la misma manera que sexualidad y reproducción”, remarca Arnau. En este sentido, concluye que actualmente, si ella quisiera disfrutar de su vida sexual tendría que contratar a alguien remunerado de manera privada, como se muestra en el documental.

Asistencia sexual
En Bélgica, Dinamarca y Suiza, desde hace más de 20 años existen modelos de asistencia o acompañamiento sexual, de acuerdo con Silvina Peirano, profesora de educación especial y directora de la organización argentina Sex Asistent. En su participación en la jornada “Trabajo sexual y capacidades diversas”, realizada en Buenos Aires en 2014, afirmó que es necesario “diferenciar entre quien asiste y quien acompaña: en el acompañamiento suele tratarse de una pareja cuyos miembros tienen capacidades diversas físicas severas, entonces la ayuda puede consistir en ir a buscarlos y acompañarlos a un lugar privado, e intervenir en determinadas situaciones (en personas con lesiones medulares, ayudar a movilizarse; si la persona tiene una sonda, retirársela) y llegado el caso, colocar un preservativo”.

Para Peirano, existe diferencia entre una trabajadora sexual y una asistente sexual, la cual radica en la capacitación que tendrían que recibir las asistentes sexuales. “Hasta hace poco, las trabajadoras sexuales han sido las únicas que atendieron a la sexualidad de la gente con capacidades diversas. Por nuestra parte, procuramos dar otro marco a esa tarea: que no lo hagan desde la compasión o la lástima, que sepan qué hacer con ellos o ellas, que los lugares donde atienden no tengan barreras de acceso”, explicó. “Nos referimos, por supuesto, a trabajadoras que han elegido independientemente esa actividad y a encuentros entre personas mayores de edad. Y no decimos que por atender a gente con capacidades diversas las trabajadoras sexuales ennoblezcan su tarea, en absoluto; en cambio nos unimos al reclamo por la legalización de su actividad”. Tanto las trabajadoras sexuales como la gente con capacidades diversas, sostiene la activista, han sufrido una estigmatización histórica: “a ambos grupos se los quiere ‘rehabilitar’, aun contra su voluntad”.

Esta situación se plantea como una necesidad que los gobiernos deben ofrecer cubrir a las personas con capacidades diversas que lo requieran. De lo contrario, quienes no cuentan con recursos no podrán disfrutar plenamente de su sexualidad o llevar a cabo su proyecto de vida.

La Séptima Muestra Marrana contó con el trabajo de artistas e investigadores de larga trayectoria en el ámbito de las disidencias sexuales. Algunas de las participantes fueron la creadora del postporno, trabajadora y educadora sexual Annie Sprinkle; la “artivista” colombiana Fulminante Roja y la transfeminista mexicana Bala Rodríguez. En el marco de la muestra también se realizó un homenaje a la recién fallecida performer, cantante, travesti y educadora sexual chilena Hija de Perra. Para cerrar, se realizó la fiesta de clausura en el Foro Alicia donde se presentaron grupos como Las Ultrasónicas y Kumbia Queers.

 

 

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