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El expediente electrónico mundial de Mancera-Ahued
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l 6 de enero 2014, Miguel Ángel Mancera aseguró que, próximamente, los capitalinos no tendrán que estar repitiendo historias clínicas en cada atención. La Secretaría de Salud-GDF alista el expediente clínico electrónico (ECE). Este archivo, subrayó, hará más eficientes los procesos clínicos y médicos. Será una realidad en la ciudad y se convertirá en referente mundial.

Para ello, la Secretaría de Salud, a cargo de Armando Ahued (ocho años en el cargo) y responsable del buen uso del colosal presupuesto que, para 2015, suma 10 mil 980 millones de pesos ( GODF, 2014) más los recursos federales del Seguro Popular, informó que el proyecto estaba en licitación.

El contrato por 229 millones de pesos, con el apoyo del Seguro Popular, fue adjudicado a Telmex y Everis Consulting. Además del ECE, las firmas tendrán dos años para crear el sistema de administración médica e información hospitalaria (Samih), que conectará todas las instalaciones, controlando y registrando la totalidad del proceso: desde la programación de consultas, hasta el seguimiento posoperatorio. El sistema “soportará servicios de telemedicina para referencia entre especialistas, segunda opinión y monitoreo remoto de pacientes con intercambio seguro de voz, datos, imágenes y video. Así como la trasmisión de datos vitales de pacientes con ambulancias o con los médicos mediante aplicaciones en teléfonos móviles o tabletas digitales. La solución tecnológica deberá incluir el Índice Maestro de Pacientes, Médicos, Enfermeras y Paramédicos Institucional que permita gestionar los datos de las personas e identificarles de manera única.

El 7 de abril Mancera inauguró el Samih, manifestando que tiene el aval de la Secretaría de Salud federal y reiterando que es el proyecto más ambicioso y sólido de América Latina en beneficio de casi 4 millones de personas y disponible en 220 centros de salud y 50 clínicas de especialidades. Mientras, Ahued lo calificó de estrella de la administración que contribuirá a reducir el tiempo de espera y las actividades administrativas, además de que habrá un avance en los procesos de atención: abriendo el expediente, sin que tú me digas nada, en tres minutos yo ya sé quién eres, dónde vives, tu edad, de qué te han operado, a qué eres alérgica.

El 15 de mayo Ahued aseguró que “los 14 hospitales –de un total de 32– que tenemos programados para 2014 van a trabajar a todo vapor: vamos a dar cuenta a todo el mundo” que se fortalece el sistema hospitalario. Pero, el 2 de enero 2015 aclaró que en cinco hospitales de la red los expedientes en papel han pasado a la historia: Ajusco Medio, Belisario Domínguez, Enrique Cabrera, Inguarán y Tacubaya.

Mientras Mancera, el 23 de enero 2015, reiteró que la salud de los capitalinos “será monitoreada en tiempo real y creará un mapa epidemiológico”. Ahued informó que se requirieron 2 mil equipos de cómputo y el subsecretario Eduardo González Pier (Ssa) señaló que el ECE de la ciudad constituye el primer paso para implementar el ECE universal.

La iniciativa despierta interrogantes. La eficacia del sistema sanitario está determinada, en principio, por el modelo operativo que delinea su funcionamiento. El perfil específico del equipo de salud (clínico, técnico y administrativo) que soporta la operación cotidiana del servicio, debe responder a las prioridades/capacidades que dicta ese modelo.

El poder computacional, las capacidades de almacenamiento y la conectividad son, sin duda, herramientas para apoyar el desafío. Sin embargo, los componentes necesarios para alcanzar la atención integrada rebasan, por mucho, el terreno exclusivamente tecnológico.

En el caso del GDF cabe preguntar: ¿cuál es el modelo médico-clínico, por nivel de atención, que garantizará oportunidad y resolutividad efectiva? ¿Dispone el GDF de un modelo operativo soporte para, luego, reforzarlo con su estrategia digital? o ¿acaso supone que el recurso tecnológico será capaz de dictarle el modelo de salud?

El reto se complejiza al agregar el vasto universo de beneficiarios que afilian las diferentes instituciones y programas; la dispersión poblacional, así como los aparatos administrativos paralelos incapaces de garantizar información que no contenga duplicidades y homonimias. Peor aún cuando se busca el número de servicios otorgados y sus costos reales por intervención. Y todavía peor, cuando el interés es la calidad de la atención.

Para los propósitos de un modelo médico-clínico transparente y focalizado en pacientes y equipo de salud, la informática constituye un sólido apoyo, pero convergencia y portabilidad nunca serán reductibles a un reto exclusivamente tecnológico. Su integración es necesaria, pero insuficiente para garantizar oportunidad y resolutividad efectiva.

Presuponer la llegada natural del modelo médico-clínico de atención médica por la mera incorporación de herramientas informáticas al suelo clínico, sin acompañarla, además, de alternativas para integrar los niveles de atención médica, con la correspondiente redefinición organizacional por nivel, por tipo de centro y redefiniendo los procesos respectivos puede culminar, riesgosamente, en una demagogia utilitaria para transformar lo de por sí ineficiente, en algo digitalmente ineficiente.

Por la desarticulación de los servicios que presta la secretaría de Ahued –uno de sus grandes pendientes– y por el impacto laboral de la estrategia digital, es claro que la loable iniciativa para instrumentar el ECE-GDF que oferta Mancera, pueda apenas culminar en una universalidad sólo digital. Podrá haber, en 2015, ECE, pero, ¿para qué modelo de atención? ¿Para qué ciudadanía de carne y hueso? ¿Hubiera sido, acaso, más prudente empezar por el modelo médico-clínico de atención? ¿Y ese será el referente mundial?

*Universidad Autónoma Metropolitana-Xochimilco