Directora General: Carmen Lira Saade
Director Fundador: Carlos Payán Velver
Suplemento Cultural de La Jornada
Domingo 5 de julio de 2015 Num: 1061

Portada

Presentación

Bazar de asombros
Hugo Gutiérrez Vega

Dos ficciones
Marco Antonio Campos

Tríptico de la infamia,
una coreografía
de sombras

Juan Manuel Roca

Irlanda, tierra de
santos y de sabios

Ánxela Romero-Astvaldsson

Los paisajes emocionales
de Gunther Gerzso

Germaine Gómez Haro

HAMBRE (una lectura
de la poesía de
Eduardo Lizalde)

María Baranda

Leer

Columnas:
Bitácora bifronte
Ricardo Venegas
Monólogos compartidos
Francisco Torres Córdova
Mentiras Transparentes
Felipe Garrido
De Paso
Ricardo Yáñez
La Otra Escena
Miguel Ángel Quemain
Bemol Sostenido
Alonso Arreola
Las Rayas de la Cebra
Verónica Murguía
Cabezalcubo
Jorge Moch
Galería
Ricardo Guzmán Wolffer
Cinexcusas
Luis Tovar


Directorio
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La Jornada Semanal

 

Luis Tovar
Twitter: @luistovars

La feliz contradicción

A Maderita

No es del todo desafortunado el rebautizo que se le dio en español –Intensa/mente–, pero con él se pierde la miga, que no es poca, del título original: ciertamente difícil de traducir, la locución inglesa Inside Out no significa con exactitud, o no solamente, “dentro-fuera”, como sugeriría una literalidad empobrecedora, pues con esa expresión –lo mismo que con otra que le es muy cercana: upside down, cuya acepción más frecuente es “de cabeza”– suele indicarse un campo semántico entero en el que caben, dichos aquí sin un orden particular, conceptos como “al revés” o, mejor aún, “alrrevesado”,  “confusión”,  “desconcierto” y otros similares.

Felizmente, la pérdida de la sugerente orientación del título original no descarrila, ni mucho menos, el sentido del más reciente largometraje de los estudios Pixar: Inside out-Intensa/mente alcanza, con un indiscutiblemente alto nivel de pericia y calidad técnicos, formales y de argumento, los propósitos que se plantea. Entre los mismos, por supuesto, y tratándose de una empresa relativa al major Disney, no podía dejar de incluirse a los meramente comerciales, prematuramente convertidos según los usos contemporáneos en millones de insulsos artículos de consumo.

El asunto es que, paradoja o cuasi esquizofrenia, lo mercadotécnico no pareciera ser el foco principal de atención para los realizadores; si empero lo fuese, cabe augurarles ganancias monetarias más bajas a lo que esperan o a lo que están acostumbrados. La causa radica, feliz contradicción, en la complejidad y los alcances del propio filme.

Iniciación y rito

En términos de factura dígito-visual, Inside out-Intensa/mente deja claro una vez más quién manda en el territorio de la animación fílmica: habituados a su bien ganado liderazgo, los pixares hacen aquí otro alarde técnico que se traduce en una imagen a la que habría que buscarle con microscopio, si los tiene, los defectos. Pero de nuevo felizmente, la cota de calidad iconográfica por sí misma no es lo más importante, con todo y ser muy elevada, pues en ningún momento cede a un lucimiento vano, que es otro modo de decir que nunca deja de estar al servicio de la trama.

Es en lo relativo a esta última donde Inside out-Intensa/mente deposita sus mayores expectativas y donde, felizmente una vez más, las cumple con creces: desde cierta perspectiva, la película sólo estaría narrando la típica historia de aventuras con heroína empática enfrentada a todas las dificultades posibles, pero los componentes fácticos de la trama, así como los elementos subjetivos que hace entrar en juego, le permiten dejar muy atrás esa simplísima linealidad y alcanzar, al mismo tiempo, a erigirse en ejecución de la tarea del héroe, muy a la manera en que la define Elias Canetti. Es, también, el rito de paso de un nivel a otro, tanto en el mundo exterior como, sobre todo, en el interior, el suyo propio, de la protagonista –niña de once años de edad, hija única, occidental y clasemediera– enfrentada de súbito a la pérdida de casi todo su universo conocido, que con herramientas exclusivamente propias debe resolver la primera crisis vital que se le presenta, hecho que revela a plenitud el sustento de la trama, su verdadero fondo: la iniciación, pero no para erigirse en reina de nada, en la mejor maga de ningún lugar, la mejor arquera o domadora de dragones ni nada por el estilo, sino todo eso tal vez, y de seguro algo mucho más valioso que todo eso junto: para reconocerse y ser reconocida dueña de sí misma, también por vez primera, en un mundo absolutamente real y a una edad tan breve.

La mezcla imponderable

Alegría, tristeza, temor, desagrado y furia: en ese orden aparecen, y es una decisión feliz de los argumentistas –asesorados, como ya sabe Todomundo, por un buen puñado de especialistas en la materia– proponer que la primera de las emociones que un ser humano es capaz de sentir sea la felicidad, y que a ésta le corresponda el liderazgo dentro, de manera que la vida fuera pueda ser algo así como la recolección constante, ininterrumpible, de recuerdos, ideas y pensamientos mayoritariamente felices. Vuelta de tuerca y, una vez más, feliz contradicción, es que Inside out-Intensa/mente a la vez proponga como certidumbre la infinitud de matices que conforman ese dentro-fuera que es todo cerebro: combinadas hasta el oxímoron, las emociones raramente trabajan en estado puro, y de esa mezcla imponderable que se forja día tras día, en virtud de la interacción con El Otro y con Lo Otro, nace la personalidad.