Opinión
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Los griegos dicen no

¿Apocalipsis o Fénix?

Varoufakis vs Cordero

S

in que el resultado sea oficial, aunque todo apunta que lo será, el dominical referendo griego favorecería al no. Por estrecho margen los helenos habrían rechazado el paquete de ayuda de la troika y apoyado la apuesta de Alexis Tsipras. De confirmarse la tendencia, habrá que ver si se cumple el apocalíptico futuro pronosticado por la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional, o si por el contrario Grecia resurge cual ave fénix, como lo promete el primer ministro.

De cualquier suerte, y sin importar cuál de las dos corrientes gane en definitiva, la crítica condición económica y social de aquel país no se modificará –cuando menos en lo inmediato–, pues lo cierto es que, en el escenario que sea, el costo social será elevadísimo y se sumará al ya pagado por los griegos tras cinco años de rescate, el cual sólo depauperó a los helenos, destrozó su economía y duplicó el volumen de la deuda, es decir, exactamente lo contrario al supuesto objetivo original (¿alguien recuerda el caso mexicano de las medicinas amargas, pero necesarias, para que el paciente se alivie?).

De acuerdo con el corte informativo publicado ayer por La Jornada, “la televisión privada Alpha apunta a entre 49.5 y 50.5 por ciento de apoyo al no, frente a entre 45.5 y 50.5 por ciento por el sí, mientras la emisora Star estima entre 49 y 54.5 por ciento el apoyo al no y entre 45.5 y 49.5 por ciento al . Sin embargo, no se trata de pronósticos, sino de estimaciones demoscópicas que aún deben ser confirmadas por el recuento de votos. Casi 10 millones de griegos con derecho a voto estaban llamados a las urnas en más de 19 mil colegios electorales. Según medios locales, la participación habría superado el 40 por ciento, lo que permitiría que su resultado fuera jurídicamente válido”.

En Europa medios como El País divulgaron que “la estimación del resultado de la votación, según el sondeo realizado por el Instituto GPO para la televisión Mega, sería de 51.5 por ciento para el no y de 48.5 por ciento para el . Según el sondeo de Metroanalysis para el canal Ant1, 52 por ciento se decantaría por el no y 48 por ciento por el ”.

En el transcurso de la tarde de ayer, y aún sin resultados oficiales, algunos medios mencionaron que la tendencia por el no llegaba a representar alrededor de 61 por ciento de la votación, con lo cual se daba por un hecho el rotundo triunfo de la propuesta gubernamental. Así, de confirmarse el resultado, Alexis Tsipras celebraría una segunda gran victoria política, mientras el ministro griego de Finanzas, Yanis Varoufakis, no tendría que renunciar al cargo ni dejarse cortar un brazo, como días atrás prometió si ganaba la corriente favorable a la troika. El primero mantendría la solidez de su gobierno, y el segundo el cuerpo completo, pero lamentablemente todo apunta a que el corralito no se levantaría ante la falta de liquidez del sistema bancario de aquel país (para la memoria: antes del corralito argentino, el impuesto por Fernando de la Rúa en diciembre de 2001, cuando menos existió otro: el panameño, decretado en febrero de 1988 por el general Antonio Noriega).

Por cierto, ayer a pie de urna las juventudes de Syriza (el partido político de Tsipras) coreaban que con 400 euros al mes (alrededor de 7 mil pesos mexicanos) un pueblo no puede vivir, en lo cual tienen toda la razón, aunque debían darse un paseo por México, donde el gobierno y la cúpula empresarial aseguran que quienes obtienen un salario mínimo mensual (alrededor de 118 euros) no sólo viven de maravilla, sino que están a un tris de engrosar las filas de la clase media.

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El primer ministro griego Alexis Tsipras, al llegar a un encuentro con el presidente Prokopis Pavlopoulos, después de conocerse los resultados del referendo que impuso por amplio margen el no a las condiciones de la troika de acreedores. Miles de personas se reunieron en la plaza Syntagma de Atenas para festejar la victoria del no, que impulsaba el partido Syriza, en el poder. A su vez, la canciller alemana Angela Merkel, convino por teléfono con el presidente francés Francois Hollande, que los líderes de la eurozona se reúnan el martes, al tiempo que acordaron respetar el resultado del referendo griegoFoto Ap

Así, los griegos tendrían que ser prácticos y deshacerse de Varoufakis. Su alternativa –sólida y realista– es contratar a Ernesto Cordero, pues este genio de las finanzas sostiene que hay familias que con ingresos de 6 mil pesos al mes (cerca de 343 euros) tienen crédito para una vivienda, tienen crédito para un coche, se dan tiempo de mandar a sus hijos a una escuela privada y están pagando las colegiaturas. ¡Y los helenos, que no aguantan nada, se quejan de que con 400 euros al mes un pueblo no puede vivir!

Pero bueno, al primer ministro Tsipras le urgía una masiva participación en los 19 mil puntos habilitados para sufragar, y por lo mismo utilizó tecnología electoral mexicana, en la que el costo económico es lo de menos: “dado que cada elector debe votar en su respectiva circunscripción, Grecia se ha convertido este fin de semana en un auténtico trasiego de gente, con una u otra opción, el sí o el no, en la cabeza. Para facilitar el transporte –y la participación–, la empresa estatal de autobuses ha ofrecido un descuento de 25 por ciento en todos sus recorridos; la de trenes, el 50 por ciento, y los barcos a las islas, entre 20 y 50 por ciento. Los peajes de las autopistas y el puente que une el continente con el Peloponeso por Patras han sido gratis. Los empleados públicos disponen de permisos pagados de entre uno y tres días para el desplazamiento” (El País).

La resaca de la victoria será durísima, porque los griegos esperarán resultados positivos inmediatos, lo que (con el no o con el ) resulta más que imposible. A partir del nuevo triunfo de Tsipras, el gobierno heleno debe comenzar la titánica reconstrucción nacional, con la permanente cuan chantajista amenaza de la troika encima de él. Y no se trata de cualquier cosa: rearmar la destazada economía, reorganizar la desastrosa administración pública, poner en práctica políticas propias alejadas de la avasallante línea rescatista de la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional, nuevas, mejores y alternativas vías de financiamiento y, sobre todo, elevar el nivel de bienestar de la población, entre tantos otros pendientes. Todo ello –de acuerdo con Tsipras– sin salir de la Eurozona y sin abandonar la moneda comunitaria, y con la esperanza de que el pueblo helénico no se doble. De ese tamaño.

Eso sí, la que nada tardó fue la respuesta y el chantaje del otro lado: “si los griegos votan no, deberán introducir otra moneda, puesto que no tendrán más euros a disposición como medio de pago. ¿Cómo pagarán los salarios y las jubilaciones?” (Martin Schulz, presidente del Parlamento Europeo).

Las rebanadas del pastel

Habrá que ver, pues, cuáles son los efectos. Y también cómo amanece nuestra gloriosa cuan blindada moneda (Videgaray-Carstens dixit). ¡Agárrense!

Twitter: @cafevega