Economía
Ver día anteriorMartes 7 de julio de 2015Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Grecia: cabeza en prenda

México: peso, crudo, bolsa

Merkel: regreso al futuro

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uien mejor hizo la chamba, el que no se dobló frente a la troika, rechazó la austeridad a ultranza, documentó el sucio entramado de las negociaciones previas entre el gobierno griego y los euro barones, su fétido olor y el elevadísimo costo para los helenos, el bueno de la película, pues, simplemente fue echado a la calle, con lo que, a pesar de la contundente victoria política del no, Alexis Tsipras aceptó la primera condición de sus acreedores: expulsar de su equipo gubernamental a Yanis Varoufakis –hasta ayer ministro de Finanzas–, con el fin de facilitar las negociaciones con quienes se negaron a negociar.

En esta conocida tragedia griega el referendo ha sido políticamente muy vistoso y productivo, pero se trata de la parte menos complicada y peligrosa de toda ella. Contundentemente ganó el no, y la dignidad de los griegos está fuera de cualquier cuestionamiento. Pero, ¿qué sigue?, porque el decoro y la heroicidad no tienen por qué ser sinónimos de miseria, de tal suerte que el gobierno helénico está obligado a encontrar una ruta para salir del profundo agujero en el que se encuentra el país, y no hay forma de hallarla si vuelve a sentarse a negociar con los mismos y en los mismos términos, por mucho que aceptó ofrendar la cabeza de Varoufakis.

Días atrás del referendo, el ex ministro griego de Finanzas declaró que prefiero cortarme un brazo antes que firmar un acuerdo sin reestructuración de la deuda. La victoria le salvó el brazo y el cuerpo completo, pero Tsipras no. De hecho, el premier griego fue mucho más allá y le cortó la cabeza a pedido expreso de la troika. Entonces, para facilitar las negociaciones sólo falta que le pidan su propia cabeza y él se las conceda.

Al quite entra Euclides Tsakalotos, hasta ayer coordinador del equipo negociador griego y calificado por los allegados a la troika como un economista discreto y de modales suaves. A estas horas el nuevo ministro griego de Finanzas estará en Bruselas compartiendo el pan y la sal con el Eurogrupo (ministros de Economía y Finanzas de la zona euro) para ver si le gustan las formas del nuevo enviado de Tsipras y así facilitar las negociaciones. Su primera declaración fue en el sentido de que vamos a continuar las discusiones, y espero que algo cambie en Europa (si antes del referendo la troika los mandó a paseo, ¿qué sería distinto ahora?). En tanto, el corralito se mantiene.

Sin embargo, más allá de si al Eurogrupo le cae bien o mal, nadie sabe qué va a negociar el nuevo ministro, pues la nueva dama de hierro (ahora con acento alemán), Angela Merkel, ya dijo que no están dados en este momento los requisitos para comenzar negociaciones sobre un programa de rescate con Grecia, aunque, según ella, la puerta a las negociaciones sigue abierta (¿qué no la cerraron por lo del referendo?). Eso sí, el gobierno de este país debe presentar propuestas serias, precisas y rigurosas, que a su entender no son otras más que las contenidas en el rígido manual comunitario, siempre con el visto bueno de la señora.

Lo cierto es que si la troika supone que se encontrarán salidas para la crisis griega con base en las mismas recetas e imposiciones, que conllevan la asfixia financiera y la muerte por hambre de los griegos, pues sólo es cuestión de tiempo para que una crisis económico-financiera se convierta en otra de carácter social y de proporciones descomunales.

Y mientras se ponen de acuerdo, si es que algún día lo hacen, a la blindada cuan poderosa economía mexicana la tragicomedia griega le dio un buen repasón: le pegó al mercado bursátil y al tipo de cambio, y al petróleo le llovió sobre mojado. El principal indicador de la Bolsa Mexicana de Valores cayó 0.6 por ciento; en tanto, el precio del dólar trepó hasta 16.14 bilimbiques, aunque al cierre de la jornada cambiaria, y a golpe de billetazos del Banco de México, la cotización cerró igual que el viernes pasado (16.05 pesos por billete verde), de cualquier suerte un nivel histórico.

Por el lado del petróleo mexicano de exportación, ayer el precio del barril perdió 8.32 por ciento (4.61 dólares) y se vendió a 50.74 billetes verdes, un nivel similar al registrado tres meses atrás. El oro negro otrora nacional fue el que registró peores resultados, pues el estadunidense WTI perdió 7.73 por ciento y el Brent del Mar del Norte 6.27 por ciento.

Al país helénico le han concedido un ingrato galardón por ser el primero del mundo desarrollado en declararse en moratoria de pagos, algo parecido a las orejas de burro por no hacer bien la tarea, según dicen en la troika. Pero la historia es mucho más amplia que este capítulo, y la BBC de Londres ha hecho un excelente recuento sobre la tragedia de la deuda (Los países que más defaults han tenido en la historia, y no son Grecia ni Argentina), en la que México aparece entre los suertudos.

El incumplimiento del pago de una deuda es, al parecer, tan antiguo como la historia misma, apunta la BBC, y detalla que “los economistas ubican en Grecia la primera forma de default registrada, en el año 377 antes de nuestra era, cuando una decena de polis –ciudades griegas– decidieron no cumplir con sus obligaciones financieras. Sin embargo, aclaran que la mayoría de las crisis de deuda en la Antigüedad se resolvieron a través de la inflación y las devaluaciones, con lo que se terminaba devolviendo menos dinero en términos reales, como una suerte de restructuración de facto. Desde entonces, el destino financiero de los griegos ha sido cíclico: han dejado de pagar sus deudas en numerosas ocasiones”.

El recuento se inicia en el siglo XVI, o en la fecha de independencia de las naciones que se citan, y en este sentido “si se considera el default como una crisis de deuda externa producida por inestabilidad política, guerras y revoluciones, o bien por oleadas de crédito barato por un aumento especulativo de los préstamos, el peor deudor de la historia ha sido España, con 14 crisis relacionadas con compromisos financieros”.

En la lista aparecen Venezuela y Ecuador, con 11 moratorias; Brasil, 10; Francia, Costa Rica, México, Perú, Chile y Paraguay, nueve; Argentina, El Salvador, Alemania (incluyendo Prusia, Hesse, Schleswig-Holstein y Westfalia), ocho; Colombia, Uruguay, Portugal, siete; Estados Unidos, Bolivia, Turquía, Rusia, Grecia e Imperio Austro-Húngaro, seis, y Nigeria, cinco. Y el más reciente, Zimbabue.

Las rebanadas del pastel

¿Quién sigue?, porque el horno no está para bollos.

Twitter: @cafevega