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Sin ocupar un lugar especial, se pueden admirar cinco cuadros y cuatro litografías

Cuelga el Museo del Prado nueve de las 25 obras donadas por Plácido Arango

La primera fase de exhibición incluye lienzos de Luis Tristán y Francisco de Zurbarán

Foto
Una de las cuatro litografías de la serie Toros de Burdeos, 1825, de Francisco de Goya, perteneciente a la colección donada por Plácido Arango al Museo del Prado, que ya se exhiben –junto con cinco cuadros– en el recinto de la capital españolaFoto Armando Tejeda
Corresponsal
Periódico La Jornada
Miércoles 8 de julio de 2015, p. 4

Madrid.

El Museo del Prado cuelga por primera vez en sus paredes una parte de las obras donadas por el empresario mexicano Plácido Arango, propietario de las cadenas Aurrerá y Vips, quien decidió entregar su colección pictórica al recinto madrileño.

Arango, de 84 años y larga trayectoria de coleccionista, aportó auténticas joyas de la historia del arte que ahora se admiran en las salas de la pinacoteca madrileña, entre ellas San Francisco en oración, de Zurbarán, Toros de Burdeos, de Francisco de Goya, y Calvario, de Luis Tristán.

Diversidad de escuelas y periodos

El pasado 30 de junio se efectuó la histórica reunión del patronato del Museo del Prado en la que Plácido Arango –benefactor y patrono desde hace lustros– decidió donar para su exposición 25 piezas únicas de incalculable valor artístico y económico.

Arango y sus herederos son los titulares del usufructo de las obras y el museo sólo tiene el derecho de exhibirlas.

Por expreso deseo del empresario, nacido en Tampico en 1931 y procedente de una familia de origen asturiano, quien logró su fortuna gracias a los supermercados y restaurantes, las obras artísticas no se expondrán en una sala especial ni se construirá un apartado ex profeso con su nombre.

Las obras, de diversas escuelas, periodos y corrientes, estarán con el resto del acervo del Museo del Prado y dialogarán con otras piezas de su tiempo y similitudes estéticas.

En la primera fase de la muestra de las 25 piezas, el Museo del Prado exhibe nueve en sus respectivas paredes: cinco pinturas y cuatro litografías. Una de las piezas más importantes es la del pintor flamenco Pedro de Campaña (Pieter van Kempeneer), del que a pesar de su enorme importancia en la historia del arte, la pinacoteca madrileña no tenía hasta ahora ninguna obra suya. Ahora posee dos.

Las piezas que ocupan la sala del Renacimiento son la obra Camino del Calvario y descendimiento, que se pintó en 1547, y El Descendimiento.

Cuadro de discípulo del Greco

Plácido Arango también donó El Calvario, de Luis Tristán, discípulo de El Greco, que ahora dialoga de modo permanente con obras de su maestro en la pinacoteca de la capital española.

Además, el singular cuadro titulado San Francisco en oración, de Francisco de Zurbarán. Y en el apartado de pinturas se exhibe El sueño de San José, de Francisco Herrera el Mozo.

Por último, el Museo del Prado expone las cuatro litografías de Francisco de Goya, Los toros de Burdeos, fechadas en 1825, y de las que en su día el artista español hizo una tirada de cien ejemplares.

En 1991 el empresario Plácido Arango donó la colección de Los Caprichos, de Goya, a la pinacoteca de la capital española.