Directora General: Carmen Lira Saade
Director Fundador: Carlos Payán Velver
Suplemento Cultural de La Jornada
Domingo 12 de julio de 2015 Num: 1062

Portada

Presentación

Bazar de asombros
Hugo Gutiérrez Vega

Ángel Rosenblat
y la filología

Leandro Arellano

Amores fragmentados
Febronio Zatarain

Magia
Diego Armando Arellano

Afrodiáspora:
del fuego y del agua

Esther Andradi entrevista con Susana Baca

El prodigioso Jean Ray
Ricardo Guzmán Wolffer

El asombro ante
el mundo y el Tao

Manuel Martínez Morales

Graham Greene: dos encuentros con la Iglesia
Graham Greene y Rubén Moheno

Rolling Stones:
¿la última gira?

Saúl Toledo Ramos

Leer

ARTE y PENSAMIENTO:
Tomar la Palabra
Agustín Ramos
Jornada Virtual
Naief Yehya
Artes Visuales
Germaine Gómez Haro
Bemol Sostenido
Alonso Arreola
Paso a Retirarme
Ana García Bergua
Cabezalcubo
Jorge Moch
Jornada de Poesía
Juan Domingo Argüelles
Cinexcusas
Luis Tovar


Directorio
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La Jornada Semanal

 

Febronio Zatarain

El azar me envió una mujer de treinta y cuatro años (veinte menos que yo), y su abandono me hizo escribir en cinco meses más de cuatrocientas páginas. La semana pasada me cayó una de veintiuno. ¿Qué quiere el azar? ¿Que me vuelva un Tolstói?

La muchacha de veintiún años vendrá a verme. (Es su tercer día consecutivo.) Espero tener la grandeza de Renato Leduc, quien siendo un octogenario prefirió a una jovencita compartida que a una sesentona para él solo.

La muchacha quiere que me vuelva una fuente. Le cuesta trabajo entender que mi líquido es invisible, que me sale por los dedos, por los dientes, por la piel.

Qué desfachatez la del enamoramiento: se para frente a mí luego de haberme puesto en ridículo.

Hay de humores a humores. El que brota de una vulva a lo largo de una jornada laboral me pone en la barra de una cantina de albañiles; en cambio, el producido en las horas de ajetreo sobre la cama es una luna recién llovida sobre la yerba de la mañana.

Nunca me había regocijado un día del padre. ¿Será por las tres llamadas de mis hijos o por la cuarta de esta muchacha que acaba de adoptarme?

La muchacha que viene a verme me llama a veces papaíto, y no me siento tan seguro con ese mote; pero cuando me llama mi bebé, me acurruco en sus brazos.

Esta mañana se despidió la muchacha diciéndome que de seguro volvía esta noche. Me acaba de mandar un texto: Mi amor, no voy a poder ir hoy, voy otro día. Si esa noticia me borró el piso, qué será de mí cuando ella desaparezca.

Hace una hora me mandaste un texto: Anoche me reconcilié con mi novio, lo siento. Ahora me toco el chupete que me hiciste en el cuello la última vez que nos vimos; me lo he estado tallando con un penny, como me dijiste, para que se me borre… Quiero preguntarte algo, ternura: el chupete que me dejaste en el corazón, ¿cómo le hago para que se me borre?