Opinión
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Andanzas

Cómo se forma una compañía de ballet (I)

Cincuenta años de la CND

C

incuenta añitos celebró la Compañía Nacional de Danza (CND), del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), que se dedica al ballet clásico, con una trayectoria que la posiciona sólidamente ante el público mexicano y en el terreno dancístico de la cultura nacional, haciendo énfasis en el público infantil, donde han logrado una audiencia cautiva aficionada a los ballets tradicionales, tan frescos y divertidos para la gente menuda especialmente, y que forman parte importantísima del repertorio de la agrupación.

Natasha Lagunes, ex bailarina de la compañía hace varias décadas, es hoy su maestra entrenadora. Siempre ha sido atenta colaboradora y amiga desde hace muchos años; traductora en antiguas entrevistas con estrellas del ballet ruso del Bolshoi, como Maximova, para la televisión mexicana, época en la que hicimos un programa periódico para el desarrollo y la difusión de la danza en México en el Canal 11; Natasha siempre fue de gran ayuda, con agradable cortesía.

Así, en el café del Palacio de Bellas Artes, fuimos recordando y decantando cómo se forma una compañía de ballet clásico, lo cual, primero que nada, requiere de un caudal de personajes que estructuran y dan vida a un equipo sólido y bien entramado, cuyo conocimiento y pasión por la danza es la ruta indiscutible de buen resultado. Este conjunto de personas desarrollan el prestigio y calidad de la compañía, al mantener vivo y saludable el ballet que en ella anida, crece, se fortalece y desarrolla.

Contar con 70 bailarines en la CND, 40 damas y 30 varones, significa un trabajo organizado, metódico y vivo ante un público conquistado; esto se ha logrado en cinco décadas que la CND ha estado festejado este año con un repertorio conformado por decisión y condiciones específicas por el repertorio tradicional y más conocido de las obras clásicas y exitosas del ballet de todos los tiempos.

Además de estos bailarines preseleccionados y altamente entrenados, previas audiciones, deben contar, naturalmente, con maestros, coreógrafos, pianistas, orquesta, vestuaristas, escenógrafos, personal administrativo y creativo, así como de montajes, sonido, iluminación, maquillistas, peinadores, médicos, fisioterapeutas y dietistas de alta calidad.

¿Cómo se seleccionan los bailarines? Dice Natasha que los bailarines empiezan desde muy corta edad, es decir, los que llegan, porque muchos quedan en el camino. Inicialmente, se necesita una sólida vocación e interés en la danza, así como determinadas condiciones físicas que cuidadosamente revisan los profesores encargados de constatar, estatura académica, elasticidad muscular y ósea, posicionamiento y coordinación de movimientos, cuello y piernas, y ritmo. Asimismo, presencia y cierta capacidad expresiva, musicalidad y sentido del espacio, donde, por medio de una clase –audición de ballet– se va observando la capacidad y facilidad o impedimentos de cada niño y niña que asiste a tal prueba. La edad debe ser entre los siete y ocho años, aunque hay niños que empiezan en el ballet a los cinco años, en academias o escuelas particulares y sistemas donde, antes que la técnica, se les imparten dancitas y ejercicios de coordinación musical, en principio.

Las escuelas profesionales de ballet oficiales en esta ciudad son el Centro Nacional de las Artes, la Academia de la Danza Mexicana y la Escuela de Ballet de Gloria y Nellie Campobello, en algunas de las cuales también se desarrolla el folclor y la coreografía; en todas ellas se llevan los estudios escolares oficiales del país, como en cualquier lado.

Después de aproximadamente ocho años de estudio, los alumnos de danza están listos para presentar sus audiciones en los grupos o compañías que escogen para desarrollarse como bailarines profesionales.

Cada año salen unos 40 o 50 nuevos bailarines, listos para integrarse a cualquier grupo, no sin antes pasar por la audición de los directores de tales grupos y ser aceptados o rechazados, incluso con la posibilidad de un sueldo, la cual antes ni existía. Ningún grupo nos pagaba; bailábamos simplemente por la pasión por la danza. Hoy, existe la posibilidad, aunque no muy boyante ni segura, pero está.

Luego de ser aceptados en equis compañía o grupo, los bailarines continúan aprendiendo y desarrollándose poco a poco hasta llegar a ser los más talentosos del grupo y ser nombrados primeros bailarines. Continuará.