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Anuncian en el Museo Franz Mayer el segundo encuentro nacional sobre esa prenda textil

¿Cómo hacemos para interesar a los jóvenes en la confección de rebozos?

El reto es lograr un relevo generacional, afirma la antropóloga Marta Turok

Llama a cambiar nuestro paradigma de qué es educación y valorar los oficios como opción laboral y de desarrollo

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La prenda está en riesgo debido a la ausencia de reconocimiento social y oficial de las artes tradicionales, opina Marta Turok. El encuentro nacional El arte del jaspe y el rebozo se desarrollará en el Museo Franz Mayer del 29 de julio al 2 de agostoFoto José Antonio López
 
Periódico La Jornada
Miércoles 22 de julio de 2015, p. 4

La falta de transmisión generacional del oficio y de trabajadores de la técnica son dos de los principales escollos que enfrenta hoy día la subsistencia del rebozo, prenda emblemática de la identidad mexicana.

Así lo refrendó ayer la antropóloga Marta Turok durante el anuncio del segundo encuentro nacional El arte del jaspe y el rebozo, que se realizará del 29 de julio al 2 de agosto, en el Museo Franz Mayer.

¿Cómo hacemos para tener más gente joven interesada en la confección de estas prendas? Ese es el gran reto, indicó la especialista, quien ha documentado cómo en las tres o cuatro décadas más recientes se ha hecho evidente la falta de un relevo generacional entre los reboceros, pues los jóvenes ya no quieren aprender este oficio.

Ello responde, según ha dicho Turok, sobre todo a que es una actividad que, aunque requiere de un largo y complejo proceso, deja pocos dividendos económicos, como lo ejemplifica que una pieza destinada a la clase popular no puede venderse en más de mil pesos.

Otro factor por el que el rebozo está en riesgo es la ausencia de reconocimiento social y oficial de las artes y oficios tradicionales.

De acuerdo con la antropóloga, es necesario cambiar nuestro paradigma de qué es educación y que las familias no se empecinen sólo en generar profesionistas, sino también deben valorarse los oficios como opción laboral y de desarrollo.

“Si todos son licenciados y su aspiración está detrás de un escritorio –dijo–, sabemos que el sector de mayores estudios en estos momentos es el de mayor desempleo, entonces para ¿dónde vamos?”

Se tiene que prestigiar el trabajo con las manos; no es posible ni lógico que, en nombre de un supuesto desarrollo, exista un empecinamiento sólo por las actividades intelectuales y se dejen de lado otras ocupaciones productivas, sostiene.

Marta Turok, coordinadora del Centro de Estudios de Arte Popular Ruth D. Lechuga, que será abierto a finales de este o a principios del próximo año en el Franz Mayer, afirmó que el panorama para esa tradicional pieza textil mexicana es ahora más halagüeño.

Por lo menos, precisó, en contraste con la situación en la que estaba hace un par de años, cuando se realizó el primer encuentro nacional dedicado a esa prenda, realizado en ese mismo recinto.

Por ejemplo, algunos de los 24 artesanos que expusieron en aquella ocasión han reportado un incremento en sus ventas superior a cien por ciento, lo que ha obligado a tener más telares trabajando, además de que se han acercado a ellos clientes constantes y diseñadores de moda interesados en su quehacer.

Para mí esto quiere decir que ahí vamos, paso a pasito, dijo, y reconoció que tal repunte se debe no sólo a ese encuentro nacional, sino a una fórmula de promoción integral que involucra a otras instancias públicas y particulares, como el Museo Nacional de Culturas Populares y los propios productores.

Interacción con el público

Marta Turok indicó que el primer encuentro nacional de rebozo tuvo una afluencia de unas 5 mil personas y que para este año se espera superar esa cifra, merced no sólo a que la cantidad de expositores se incrementó de 24 a 40, sino a un programa que incluye actividades de interacción con el público, en particular talleres.

Entre estos destacan el de las formas de usar el rebozo, el de cómo cargar un bebé con esa prenda, otro de cuidado y preservación y también uno más de historia, dedicado este último a que el público interesado lleve sus piezas y éstas sean registradas para crear una memoria.

También se realizará un seminario, integrado por 17 ponencias, en el que investigadores, especialistas y los propios artífices abordarán diversos temas, como los orígenes del rebozo y su historia, el rebozo clásico de jaspe en el siglo XX, el tradicional y el regional indígena y la relación de esta prenda con la cultura y el arte de México.

Las actividades talleres dirigidos a artesanos, una expoventa (el 31 de julio, así como el sábado primero y el domingo 2 de agosto), una pasarela (primero de agosto), además de un concierto de la cantante oaxaqueña Susana Harp (2 de agosto).

El segundo encuentro nacional El arte del jaspe y el rebozo se inscribe en la muestra El rebozo: made in Mexico, que desde mayo se puede visitar en el Museo Franz Mayer (Hidalgo 45, Centro Histórico), tras su exitosa presentación el verano pasado en el Fashion and Textile Museum, en Londres. Las dos actividades son parte del Año Dual Reino Unido-México.