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Astillero

Aplastar disidencias

Golpe alevoso en Oaxaca

Ostula: disparar a la gente

Histórico retroceso en Chiapas

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RETIRADA. Luego de anunciar la desaparición del Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca en Ciudad Administrativa, ubicada en Tlalixtac de Cabrera, los secretarios de Educación Pública, Emilio Chuayffet Chemor, y de Desarrollo Social, Rosario Robles Berlanga, además del vocero de la Presidencia de la República, Eduardo Sánchez Hernández, se retiraron en helicópteroFoto Jorge A. Pérez Alfonso
E

nrique Peña Nieto busca aplastar al sindicalismo magisterial mayoritario de Oaxaca, a la resistencia nacional contra la mal llamada reforma educativa y, de paso, enviar un mensaje amedrentador a las diversas formas de oposición a su política y gobierno que se multiplican a lo largo del país. Es el segundo golpe de la era posterior a la fuga de El Chapo (ACh y DCh, para diferenciar las dos etapas del jurásico atlacomulquense), pues el primero se dio en Santa María Ostula, Michoacán, donde militares dispararon contra pobladores y casas, con saldo de un niño muerto y varias personas heridas.

Acometida federal preparada alevosamente, con miles de soldados y policías federales llevados a la entidad bajo el pretexto de vigilar el pacífico desarrollo de la Guelaguetza y con el blandengue gobernador Gabino Cué instalando el pretexto para la intervención peñista al decir el jueves anterior, ante la Comisión Permanente del Congreso de la Unión (a casi cinco años de estar en el poder estatal, sin que antes hubiera hecho tal tipo de confesiones), que él no puede con la sección 22 de la CNTE y que para meter a ésta al orden se necesitaba una fuerza que él no tenía (pero que gustosamente ya le estaba enviando Los Pinos: el lunes, en esta columna, se habló de ¿El fin de la tolerancia? y la PF en la GuerraGuetza, con la mención de que sobre la mesa de las decisiones federales estaba el caso Oaxaca, con la viabilidad de apretar el puño contra la sección 22 magisterial y la posibilidad de promover aprehensión de líderes, modificaciones reglamentarias con dedicatoria y retoma administrativa del profesorado, http://bit.ly/1KiYbrf ).

Mano dura, que fue pedida y ahora es festejada por segmentos empresariales y derechistas que cierran los ojos a la película completa de la catástrofe del sexenio en turno (su corrupción e ineptitud) para centrarse con voces de escándalo en los detalles de una fuerza magisterial (con luces y sombras) que ha constituido la oposición más vigorosa al reformismo nefasto de una administración federal que busca privatizar cuanto le es posible (entre ello, la educación pública) y que ha arrojado al país a un torbellino de incertidumbre, estancamiento e irritación.

Alega Peña Nieto que con la toma y rediseño del Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca se recuperará la rectoría del Estado en materia educativa. En realidad, el objetivo es recuperar el control administrativo, político y electoral del gremio magisterial, luego del primer latigazo, dado a Elba Esther Gordillo por pleitos facciosos, que no justicieros ni de nobles propósitos. Destitución y cárcel a la chiapaneca cómplice que quiso formar su propia banda (el Panal) y que encarecía de manera chantajista los arreglos con el supremo poder corrupto del que en esencia formaba parte. Ahora el Panal es el último vagón del tren de las alianzas electorales y legislativas que confecciona con absoluta ventaja el PRI. Y el SNTE entró en la peor de sus etapas de grisura y domesticación, con un amenazado dirigente, Juan Díaz, vergonzosamente difuminado.

La apuesta peñista por la fuerza tendrá la natural respuesta de profesores de diversas partes del país, no sólo de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, que con claridad ven que el golpe federal va en contra de un forma de organización social opositora a los excesos gubernamentales y sus reformas maltrechas. La amenaza de la represión abierta, ya con el antecedente del gatillo liberado en Santa María Ostula, podrá servir de incentivo para unificar movimientos diversos y hasta ahora dispersos. Ante el hundimiento local e internacional, llegado al ridículo por la salida de prisión de Joaquín Guzmán Loera, ese régimen herido y debilitado cree necesaria una salida de fuerza que le vitamine aunque sea artificialmente. Entre delirios, complejos y abatimiento hasta anímico del cesarismo actual, el riesgo de las órdenes insensatas, hasta criminales, es alto, en un escenario nacional altamente explosivo.

Órdenes insensatas, hasta criminales, como las que llevaron a militares y fuerzas federales a accionar sus armas contra pobladores de Ostula, municipio de Aquila, en Michoacán, según confirmaron ayer en conferencia de prensa en la ciudad de México algunos de los representantes de aquel lugar: Tiraron para que la gente se quitara; dispararon contra los civiles. Agustín Vera Ramírez, vocero de la comunidad, y Ezequiel Celestino Grajeda, de la Comisión de Vigilancia, negaron que los disparos fueran al aire y con el fin de dispersar a quienes protestaban por la detención de su coordinador de autodefensas y de policías comunitarias, Cemeí Verdía Zepeda, a quien fue tendida una trampa para aprehenderlo y comenzar a allanar el camino a planes empresariales que desean aprovechar la riqueza de la región sin resistencia popular alguna.

La atención nacional dispersa en tantas pistas apenas alcanza a valorar en su adecuada dimensión el histórico retroceso en materia electoral sucedido en Chiapas, donde el gobernador Manuel Velasco Coello desarrolló una estrategia de defraudación electoral digna de los peores momentos del peor priísmo. Con cinismo absoluto, uso de recursos públicos, brigadas de encapuchados, manipulación de papelería electoral, adulteración aritmética y documental, división intencional en comunidades, manejo mediático aplastante y autoridades electorales locales absolutamente facciosas y desacreditadas (en vías de ser desconocidas por trapacerías anteriores, pero funcionales para los comicios de este domingo), Chiapas y su gobernador Verde-PRI son un adelanto del 2018 salvaje.

Y, mientras en Morelia continuaban los enfrentamientos entre normalistas y policías, ¡hasta mañana, con el ex panista Gerardo Buganza Salmerón, precandidato independiente al gobierno de Veracruz (renunció hace días a la secretaría general del gobierno de Javier Duarte), dispuesto a una alianza con el partido Morena, que en aquella entidad tuvo uno de sus contados avances electorales fuera del Distrito Federal!

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