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El triunfo de los machos
¿P

or qué triunfan los más machos? El caso de Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre y de El Chapo Guzmán es expresión de un sistema de género con obvias muestras de poder sobre las mujeres y claras jerarquías entre distintos grupos de hombres.

En el proceso de producción de los hombres desde los primeros años se pueden dejar anclados ciertos rasgos de personalidad violenta; las familias, las instituciones sociales y los medios, al tiempo que suprimen o reprimen actitudes sentimentales y de mediación racional, promueven valores de prestigio masculino que se vinculan con la acumulación de dinero, la demostración de fuerza, potencia sexual y violencia.

Veamos el caso de Cuauhtémoc Gutiérrez, el ex diputado y ex dirigente del PRI-DF. Después de quedar constancia en grabación en audio de una periodista de MVS Radio, el señor fue acusado de enganchar mujeres (¿trata?) en una red de explotación sexual bajo la promesa de hacerlas edecanes del partido. Cobijado desde la cuna por redes de poder masculino, se trata del heredero de los privilegios de otro gran macho, Rafael Gutiérrez Montero, El rey de la basura, quien siendo líder de los pepenadores, acarreaba masas a los actos partidistas porque ejercía un gran poder en Iztapalapa y buena parte del DF; así alcanzó escaño de diputado por el PRI en el sexenio de su amigo José López Portillo. El rey de la basura nació y amasó su fortuna entre la inmundicia: sobornaba funcionarios, se incrustó brillantes en los dientes del frente, violaba a cuanta mujer encontró a su paso, se ufanaba de tener 58 hijos pero su ambición era tener 180, sólo que antes de lograrlo la muerte lo encontró, a los 54 años. Su esposa en turno –Martha García, de 29 años– tomó la decisión de asesinarlo: no la dejaba salir ni al velorio de su hermano, y los abusos sexuales cometidos contra su sobrina de 16 años la decidieron a matarlo. No se arrepiente: Era un degenerado y enfermo sexual: amenazaba a pepenadores para que le regalaran a sus hijas.

Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre fue el único que siguió los pasos políticos de su padre. A los 14 años ingresó al Frente Juvenil Revolucionario, del PRI. Disputó la herencia contra 26 hermanos y se quedó con la Unión de Pepenadores de México. Ha sido diputado federal y local más de una vez. Aprendió a triunfar por medio de la violencia. Después de enviar al hospital por agresiones a la diputada Rosario Guerra y a 16 personas más, alcanzó la dirigencia del PRI-DF. Hace unos días, el ex dirigente quedó exonerado en el proceso que se le seguía, y comentó que está analizando la posibilidad de denunciar a MVS Noticias y a su equipo por difamación. Se refiere al de Carmen Aristegui, otro blanco femenino de sus ataques. Esta vez va en complicidad con los más poderosos políticos y empresarios que la están censurando.

Otra es la historia violenta y triunfal de Joaquín Guzmán Loera. Hijo de una familia de campesinos en el municipio de Badiraguato, el capo mexicano vendía naranjas para sostenerse y estudió hasta sexto grado de primaria. Su padre lo golpeaba con frecuencia y lo corrió de la casa, creció al lado de su abuelo. Desde la década de 1980 su ambición lo llevó a involucrarse en el narcotráfico y llegó a asociarse con Miguel Ángel Félix Gallardo, quien entonces era el principal distribuidor de cocaína en México. Dicen que El Chapo tiene nueve hijos, tres o cuatro esposas y muchas aventuras. Lo rodea un halo de misterio. En 2007 se casó con Emma Coronel, ex reina de belleza en Durango, con quien tuvo un par de gemelas nacidas en Los Ángeles en 2011. Uno de sus hijos fue asesinado en una plaza donde se encontraron más de 500 casquillos de rifle AK-47. Cuentan que el narco más buscado del mundo tiene la personalidad de un hombre que gusta de ser rechazado por las mujeres para luego entrar en un estado melodramático de despecho que sana con el alcohol. Para conquistar a una empleada de un banco de Nayarit de nombre Estela Peña, armó todo un operativo para raptarla y finalmente esposarla. Otra de sus aventuras más conocidas fue la que vivió en la cárcel de Puente Grande con Zulema Hernández, la prisionera que se enamoró y quedó embarazada. Cuenta la madre de Zulema que después de un aborto involuntario fue asesinada por enemigos del capo. Su gusto enfermizo por las mujeres lo ha colocado en riesgo; estuvo a punto de ser capturado en 2012 cuando se vería con una prostituta, pero se salvó porque a última hora canceló el encuentro. Se trata de un hombre de negocios que no busca el poder partidista sino el del dinero, con el cual puede someter a otros y a otras. Édgar Valdez Villarreal, La Barbie, capturado en 2010, atribuyó a El Chapo la violencia que aqueja a México desde 2007: “Los cabecillas de los cárteles hicieron un pacto de no agresión, pero El Chapo lo rompió”.

¿Qué redes movió Cuauhtémoc Gutiérrez para salir exonerado de la denuncia de trata en pleno PRI? ¿A cuántos hombres se pudo imponer El Chapo para escapar del penal de Almoloya?

El poder es poder sobre algo o sobre alguien más. El poder está en la posibilidad de imponer el control sobre mujeres y hombres, es contar con un manto de impunidad que se apoya en otros cómplices poderosos para vivir bajo su cobijo. En una sociedad basada en jerarquías y desigualdades, el que tiene poder toma ventaja de las diferencias existentes. Sólo si se tiene poder se puede acceder a mayores recursos. Los ideales machistas mantienen una poderosa y a menudo inconsciente presencia en la vida de los hombres; alejarse de tales ideales los hace más humanos, menos machos o nada machos, y probablemente, menos triunfadores.

Nota. Seguimos por la anulación de la elecciones que hicieron a un lado a las candidatas de Morena Coyoacán.

Twitter: @Gabrielarodr108