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El artista y su compañía acudirán al Festival Internacional Cervantino, en octubre

Álvaro Restrepo pugna por una nueva ética en Colombia

Presentarán en Guanajuato la coreografía Flores para Kazuo Ohno (y Leonard Cohen), adelanta

Desde El Colegio del Cuerpo cabalgamos sobre las dimensiones artística, educativa, social y política para superar la violencia en mi país

Se solidariza con México, ante lo que pasa hoy

 
Periódico La Jornada
Martes 28 de julio de 2015, p. 4

Desde que nació, el bailarín y coreógrafo colombiano Álvaro Restrepo (Medellín, 1957) sólo ha oído hablar de su país en guerra, algo que le duele mucho.

Sin embargo, reconoce que hoy Colombia vive un momento histórico. Estamos en una negociación de paz muy importante y nos preparamos para el posconflicto.

Al respecto, Restrepo se solidariza con México, ante lo que pasa en el país ahora y se acuerda de la última vez que el escritor Carlos Fuentes estuvo en Colombia: “En un momento dado dijo: tenemos que admitir que México se nos colombianizó, al hablar del problema de cómo haces con la violencia si se había instalado de manera muy dramática en este país”.

Restrepo y la Compañía del Cuerpo de Indias (El Colegio del Cuerpo) participarán en la edición 43 del Festival Internacional Cervantino con la obra Flores para Kazuo Ohno (y Leonard Cohen), el sábado 17 de octubre en el Teatro Juárez, en Guanajuato. También se presentarán los días 23 y 24 de ese mes en el Centro Nacional de las Artes, instancia con la que se trabaja mediante un convenio de intercambio.

Esa coreografía, creada a seis manos con Marie France Delieuvin, codirectora de El Colegio del Cuerpo, Ricardo Bustamante y Restrepo, tiene la finalidad de devolver las flores que el pionero de la danza butoh mandó a su camerino cuando la compañía visitó Japón en 2008.

En teleconferencia desde Cartagena de Indias, Restrepo expresa que al querer dar las gracias a Ohno (1906-2010), su hijo Yoshito lo invitó a él y Delieuvin a su casa en Yokohama.

En el proceso creativo de la coreografía y al preguntar qué música iban a utilizar, apareció en escena el poeta, novelista y cantautor canadiense Leonardo Cohen (Montreal, 1934), a quien Restrepo había escuchado y admira desde la infancia, además de encontrarlo en pleno vigor creativo.

Flores para Kazuo Ohno incluye 14 canciones de Cohen, interpretadas por él y otros. La pieza, de 90 minutos, se describe como una suite de imágenes, sin hilo narrativo.

Foto
Bailarines de la Compañía del Cuerpo (El Colegio del Cuerpo), institución fundada en 1997 por el coreógrafo Álvaro Restrepo, en Cartagena de Indias, Colombia
Foto cortesía del Festival Internacional Cervantino

Aunque Ohno y Cohen constituyen dos mundos diferentes, Restrepo encontró un vínculo en el poeta granadino Federico García Lorca. Resulta que Ohno comenzó a bailar a los 70 años, inspirado entre otras personas por la bailarina española de flamenco Antonia Mercé La Argentina, gran amiga de García Lorca.

Cohen, por su parte, quien ha dicho que el también dramaturgo le dio una voz propia como poeta, nombró Lorca a su única hija. García Lorca igualmente fue, y sigue siendo, una figura central en la vida de Restrepo, en particular en sus principios, pues el colombiano dedicó sus dos primeras dos obras al granadino.

El coreógrafo, quien empezó a bailar a los 24 años, siempre se vinculó con la educación. De allí que en 1997 se trasladó a Cartagena de Indias para fundar El Colegio del Cuerpo, a manera de curar sus propias heridas y trabajar prioritariamente con jóvenes provenientes de los barrios menos favorecidos de la ciudad, aunque no exclusivamente, ya que siempre existe el riesgo de quedarse como proyecto marginal.

Admirador de José Antonio Abreu

Admirador de José Antonio Abreu, fundador del Sistema Nacional de Orquestas Sinfónicas Juveniles, Infantiles y Preinfantiles de Venezuela, Restrepo afirma: “En Colombia he tratado de alguna manera de transmitir su mensaje, especialmente en el momento histórico que vive nuestro país. Ahorita nos preparamos para el posconflicto. Estamos en una negociación de paz muy importante. El Colegio del Cuerpo ha estado muy vinculado a esta lucha y reflexión para lograr la convivencia.

En nuestra institución hablamos siempre como un animal de cuatro patas: una artística, otras educativa, social y política. Sobre ellas cabalgamos y queremos dar la misma importancia a estas cuatro dimensiones.

Es decir, buscan que su trabajo ayude en la construcción de un nuevo ciudadano, en una nueva ética, en un país que ha tratado el cuerpo con tanta violencia, pero cree encontrar en este trabajo una salida mejor.