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¿Insuficiente?, no: fracaso

Política social = más pobreza

¿Dónde quedó el presupuesto?

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Asentamiento irregular en Iztapalapa, ciudad de MéxicoFoto Francisco Olvera
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ice el inquilino de Los Pinos que es evidente que la política social no ha sido suficiente, aunque sí para contener el incremento de la pobreza, sí para evitar que ésta creciera (sic con sello oficial). Lo anterior, en microscópica cuan obnubilada referencia al informe 2012-2014 del Coneval, es decir, el relativo a la pobreza en el primer bienio de Enrique Peña Nieto.

Pues bien, de entrada más que obvio resulta el fracaso de lo que en Los Pinos llaman política social (la actual y la de los cinco gobiernos anteriores), y más que grotesco afirmar que aquella sí evitó el crecimiento de la pobreza en el periodo de referencia. Sólo hay que revisar el citado informe del Coneval para constatarlo.

En el primer bienio de Peña Nieto, 86 mil 700 mexicanos abandonaron las filas de la pobreza extrema para sumarse a las de pobreza a secas, aunque para que ello sucediera 3 millones 200 mil fueron obligadamente incorporados al de por sí grueso ejército de depauperados. Es decir, por cada pobre extremo que salvó, la política social no evitó que 37 mexicanos cayeran en pobreza a secas, y si esa es la contención que presume el inquilino de Los Pinos, entonces el país está frito.

Lo anterior devela no sólo el rotundo fracaso de la denominada política social sino el despilfarro de recursos públicos, toda vez que el gasto –se supone– para combatir la pobreza ha sido monumental, con resultados totalmente contrarios a los anunciados, es decir, mientras más se gasta mayor es el ejército de pobres.

De acuerdo con la información de la Cámara de Diputados, en el primer bienio de Enrique Peña Nieto los recursos públicos canalizados a lo que en el argot presupuestal se denomina finalidad de desarrollo social (dineros asignados para ese objetivo no sólo a la Sedesol, sino al grueso de las dependencias del Ejecutivo) ascendió a 3 billones 825 mil millones de pesos, monto representativo de 58.3 por ciento del gasto programable en dicho periodo.

Con base en lo anterior, es de suponer que en el periodo 2012-2014 la totalidad de recursos asignados a la denominada finalidad de desarrollo social se canalizó a sacar de la pobreza extrema a los 86 mil 700 mexicanos que lo hicieron en ese lapso (la cifra es del Coneval), y que para lograrlo el gobierno gastó 44 millones 117 mil 647 pesos en cada uno de ellos (¡más de 6 mil pesos por día!).

Sólo así se entendería que para sacarlos de la pobreza extrema, ni un solo peso se canalizó para evitar que adicionalmente 3 millones 200 mil mexicanos se hundieran en la pobreza a secas durante el periodo referido. Entonces, no es que la política social sea insuficiente, sino que ha resultado un sonado fracaso, igual que la de Calderón, Fox, Zedillo y Salinas con sus respectivos programas sociales que lo único que provocaron fue el incontenible avance de la pobreza en México.

La Cámara de Diputados detalla que en 2013 es de observar que el presupuesto global para la Finalidad de Desarrollo Social aumentó marginalmente durante el proceso de aprobación, de un billón 758 mil 325.2 millones de pesos a un billón 781 mil 394.7 millones. Por tanto, continúa siendo la parte más importante del gasto público: representa 58.1 por ciento del gasto programable para el año. En esta dimensión, Sedesol posee una importancia estratégica en cuanto rectora de la política social del país y como encargada de conducir la política de asistencia social, cuyo propósito es abatir y erradicar la pobreza, en especial la pobreza extrema.

Para 2014 la misma entidad explica que en el Presupuesto de Egresos de la Federación se asignaron a la Finalidad de Desarrollo Social 2 billones 43 mil 45.6 millones de pesos, cantidad superior en 1.3 porciento a la prevista en el proyecto presupuestal para el año. Con ese presupuesto, dicha finalidad continúa siendo la de mayores recursos, al concentrar 58.5 por ciento del Gasto Programable. Al interior del gasto social, los recursos asignados se destinan primordialmente a las funciones de protección social (31.6 por ciento), educación (29.1) y salud (23.8), que en conjunto concentran 84.5 por ciento del presupuesto total para desarrollo social.

Ejercida la totalidad de ese gasto público, que no es menor, el resultado es desastroso: 3 millones 200 mil mexicanos adicionales en el inventario de pobres a secas, pero eso sí, 86 mil 700 menos en el de pobres extremos, los cuales de cualquier suerte suman 11.4 millones en el país. Y a todo esto la titular de Sedesol, Rosario Robles, califica de exitosa la estrategia de protección social del gobierno, con el fin de contener y evitar un crecimiento del sector más pobre de la población en México; está funcionando y debemos seguir por este camino.

Como bien ha documentado el prestigioso Centro de Análisis Multidisciplinario (CAM) de la UNAM, el gasto total desembolsado por el gobierno federal en programas de combate a la pobreza a nivel nacional ha sido continuo, pero no ha resuelto el problema de la pobreza. De 1970 a 2014, el número de pobres en México se incrementó en más de 60 por ciento, y contando, al pasar de 31 a casi 64 millones de mexicanos, según las cifras oficiales.

Entonces, subraya el CAM, si el total de recursos utilizados en los distintos programas creados durante ese periodo para combatir la pobreza realmente se hubieran ejecutado para disminuirla, tomando en consideración únicamente los datos oficiales, no habría un incremento de pobres. Sin embargo, en ese lapso millones de mexicanos cayeron en pobreza, y de ellos más de 20 millones se registraron a partir del Programa Nacional de Solidaridad (el de Salinas). Le siguieron Progresa (Zedillo), Oportunidades (Fox y Calderón) y ahora Prospera (Peña Nieto), y la fábrica produce a todo lo que da.

Y puntualiza: si realmente año con año se incrementó el presupuesto para combatir la pobreza y el hambre, ¿por qué aumentó la pobreza? (se duplicó en el periodo referido), ¿cuántos de los recursos originalmente destinados llegaron a los mexicanos en pobreza?, ¿cuántos de los recursos se quedaron en el aparato gubernamental y bajo qué argumentos? Lo cierto es que basta mirar a la población para corroborar la vigencia de los mismos problemas. Mientras el modelo económico siga parchándose, mayores y más complejos serán los problemas. Y hoy se llama Prospera, porque Oportunidades no sirvió (EPN dixit).

Las rebanadas del pastel

Aunque no es un asunto tan importante como el affaire Martinoli-Piojo, vale mencionar que ayer el dólar se vendió a 16.60 pesitos y el desmejorado barril de exportación a 46.49 billetes verdes.

Twitter: @cafevega