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México SA

Pemex zozobra

CFE, también

Urgente debate

C

omo parte de su oda privatizadora, allá por agosto de 2013 el inquilino de Los Pinos presumía que con la reforma energética Petróleos Mexicanos se fortalece y moderniza, pero casi dos años después de aquella perorata la modernización no se ve por ninguna parte (de hecho, el brutal recorte presupuestal de que fue víctima la ex paraestatal canceló cualquier posibilidad), y la ahora empresa productiva del Estado, lejos de fortalecerse, reporta los peores resultados de su historia.

Por medio de la Bolsa Mexicana de Valores, Petróleos Mexicanos divulgó ayer sus resultados del primer semestre del presente año y lo que en ellos resalta es el intenso color rojo en sus indicadores, tanto productivos como financieros. Las cifras negativas caen en cascada desde la primera página del reporte.

Así, en el periodo citado cayeron: explotación de hidrocarburos, transformación industrial, producción, pozos terminados y en operación, equipos de perforación, proceso de crudo, producción de petrolíferos, procesos de gas natural y producción, volumen de ventas internas y externas, activos, ingresos, patrimonio y, para no ir más lejos, precio de exportación (un desplome de 48 por ciento).

Por el contrario, se incrementaron las importaciones de gasolinas automotrices, diésel, gas LP y demás petrolíferos (15 por ciento en el semestre) y la deuda financiera total creció 21 por ciento (¡188 mil millones de pesos! en seis meses). Por cierto, 75.5 por ciento de la voluminosa deuda de Pemex (más de un billón 331 mil millones de pesos) está contratada en dólares estadunidenses, mientras el tipo de cambio se mantiene al alza (ayer nuevo récord: 16.62 bilimbiques por billete verde).

Y el ministro del (d) año Luis Videgaray feliz de la vida, porque asegura que hemos diversificado mucho la composición de nuestra deuda pública, de tal manera que hoy la depreciación del peso frente al dólar no representa un riesgo para nuestra estabilidad macroeconómica con respecto al endeudamiento público.

He allí una muestra fehaciente de cómo Pemex se fortalece y moderniza (EPN dixit) a raíz de la reforma energética, con un manejo empresarial que rápidamente lleva a la ex paraestatal al precipicio, aunque en las altas esferas se asegure que de lo que trata es de que compita en igualdad de circunstancias con los vampiros petroleros privados.

La Jornada lo resumió así: “Petróleos Mexicanos dio a conocer que durante el segundo trimestre del presente año tuvo pérdidas netas por 84 mil 600 millones de pesos, debido a una disminución de 117 mil 200 millones de pesos en su rendimiento de operación, el aumento de 4 mil 300 millones en intereses, más los efectos de la depreciación del peso frente al dólar. La petrolera informó al mercado de valores que realizó ventas por 309 mil 700 millones de pesos, 24.5 por ciento menores a las reportadas en el periodo comparable de 2014.

Las ventas bajaron, pues cayeron 24.8 por ciento las de gasolina y diésel en México, y se redujeron 34.8 por ciento las exportaciones de crudo y condensados, entre otros elementos. La producción total de hidrocarburos fue de 3.3 millones de barriles diarios, que representa una caída de 9.8 por ciento, y el precio de la mezcla mexicana de exportación bajó 44.4 por ciento, al pasar de 97.09 dólares por barril a 53.95 (Miriam Posada).

Qué bueno, pues, que la intención privatizadora gubernamental era fortalecer y modernizar a la ahora empresa productiva del Estado. Imaginen si la intención fuera otra, porque primero le recortaron brutalmente el presupuesto para el presente año (más de 60 mil millones de pesos, especialmente en el área de inversión productiva), pero no obstante el tijeretazo en el primer semestre de 2015 la Secretaría de Hacienda se quedó con más de 200 mil millones por concepto de impuestos, derechos y aprovechamientos, al tiempo que Pemex asumió pérdidas cambiarias por más de 45 mil millones. Entonces, al paso que van en breve de Pemex no dejarán ni el logotipo.

Por si lo anterior fuera poco, el endeudamiento de la empresa avanza a paso veloz y rebasa cualquier posibilidad de oxigenar financieramente al consorcio, pues lo que resulta peor aún es que el débito se utiliza para pagar deuda. Como se ha comentado en este espacio, aún no arranca plenamente la participación del capital privado en la otrora industria petrolera nacional, cuando ya Pemex registra severos problemas financieros para mantenerse activa en el tablero de productores, dificultades que parecen ser agudizadas a propósito por quien tiene la responsabilidad legal de cuidar sus haberes y procurar su incremento (léase el gobierno federal).

De hecho, en comunicación con el Legislativo la directiva de Pemex ha reconocido que sus posibilidades para competir con los vampiros trasnacionales son prácticamente nulas, debido a que, en lugar de disminuir su carga fiscal, como prometió el gobierno federal durante la negociación de la reforma energética, ésta se ha incrementado y la deja sin recursos para invertir, amén del recorte presupuestal. Como muestra inmediata, la empresa productiva del Estado ahora paga el porcentaje más alto de los últimos 15 años.

Y en la otra empresa productiva del Estado nada mal cantan las rancheras. El más reciente reporte financiero de la Comisión Federal de Electricidad se detalla que en el primer semestre del año registró pérdidas por 35 mil 592 millones de pesos, casi 160 por ciento más que en igual periodo de 2014. Aquí el efecto devaluatorio también ha sido brutal, lo que confirman las siempre sabias palabras y efectivos pronósticos del ministro del (d) año. Tan sólo entre abril y junio pasados las pérdidas sumaron 19 mil 287 millones de pesos.

Al paso que llevan, pues, ¿qué quedará de las empresas productivas del Estado que con la reforma se modernizarían y fortalecerían?

Las rebanadas del pastel

Una vez resuelto el asunto de seguridad nacional (le dieron cuello al Piojo) en cuya solución todos participaron y opinaron, por qué no organizar algo similar para quitarse de encima todo tipo de lacras incrustadas en el aparato de gobierno (federal, estatal y municipal). ¿Qué tal un debate nacional sobre la permanencia o no de los integrantes del gabinetazo –quienes reportan peores resultados y comportamientos que los de Miguel Herrera, lo que ya es decir– y del propio inquilino de Los Pinos? ¿Alcanzaría la misma intensidad y, sobre todo, los mismos resultados que los obtenidos con el ahora defenestrado director de los ratoncitos verdes?

Twitter: @cafe-vega