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Aquí estoy triste, dice Geeta, quien lleva 13 años en Pakistán sin poder volver a India

Película de Bollywood aviva esperanza de sordomuda que sueña con regresar a casa

Espera que Bajrangi Bhaijaan, que narra una historia similar a la suya, ayude a un final feliz

 
Periódico La Jornada
Jueves 6 de agosto de 2015, p. a11

Karachi.

Geeta, una sordomuda que lleva 13 años en Pakistán sin poder regresar a su India natal porque no recuerda de dónde viene, está esperanzada gracias a una película sobre una historia similar que podría ayudarla a volver.

Tras el estreno de la cinta Bajrangi Bhaijaan, protagonizada por las estrellas Salman Khan y Kareena Kapoor y que cuenta la historia de una joven pakistaní sordomuda que está atrapada en India, su historia podría tener un final feliz.

El gobierno indio prometió ayudarla a volver a casa tras la cobertura mediática que siguió al estreno del éxito de taquilla de la industria de Bollywood.

Geeta, de unos 20 años, vive en un centro para mujeres gestionado por la Fundación Edhi, la organización de beneficencia más grande de Pakistán. Su historia comenzó a ser replicada por los medios en 2012, pero hasta ahora no la había ayudado a encontrar sus orígenes.

Rastreo

El martes, T.C.A. Raghavanel, alto comisionado de India en el país –figura que equivale al rango de un embajador–, la visitó para informarse sobre su situación y obtener datos que le permitan rastrear a sus padres y volver a casa.

Después, el ministro indio de Relaciones Exteriores, Sushma Swaraj, prometió que su historia va a ser como una película con final feliz y escribió en Twitter: Vamos a llevar a Geeta a India.

Aunque Geeta no puede hablar, sí puede escribir la palabra Telangana, nombre de un estado del sur de India, y Peddavura, una localidad, además del número 193.

Sus recuerdos de cómo llegó a Pakistán son nebulosos y sus cuentas del tiempo, que comunica mediante el lenguaje de señas, han cambiado durante los años.

Cuando un periodista de AFP la conoció y la entrevistó en 2012, dijo que había huido de su casa tras una pelea con sus padres, pero esta semana mencionó que recuerda haber perdido a su familia durante un gran festival hindú celebrado cerca de un río.

Geeta, que entonces tendría 11 o 12 años, no tenía papeles de identidad cuando fue encontrada por la policía sola y desorientada en un tren que cruzó la frontera con destino a la ciudad paquistaní de Lahore (este).

Incluso su nombre le fue dado por la organización Edhi, que la cuida desde entonces.

Nos dijeron que sería maltratada en la cárcel y que pasaría por un calvario judicial y que aun así no estaba claro cuál sería su destino, explicó Faisal Edhi, director de la ONG.

Los vínculos entre Pakistán e India, que se han enfrentado en tres guerras desde 1947 y tienen varias disputas territoriales pendientes, son siempre tensos.

Ha habido altibajos en las relaciones entre los dos países, pero los lazos humanitarios siempre han seguido intactos, dijo Raghavan a los periodistas después de reunirse con Geeta, confiado en que la chica volverá a casa.

Rezando a sus dioses

En Karachi, la joven vive en un refugio para mujeres y niñas, ubicado en una zona bulliciosa de la ciudad vieja, donde se percataron de que era hindú y le acomodaron un lugar para rezar.

Geeta puede tocar sus campanas y encender incienso para sus ceremonias en las que se dirige a los diferentes dioses hindúes, cuyas estatuillas guarda celosamente en una mesa cubierta con una sábana blanca.

Ella adora a las deidades en su templo y también le dedica oraciones a sus compañeras musulmanas y observa el ayuno durante el Ramadán, explica Edhi.

Edhi espera que el éxito de Bajrangi Bhaijaan le refresque la memoria a alguien y le permita a la chica reunirse con su familia.

Geeta vio la película hace poco, cuenta Edhi, que recuerda que la joven rompió a llorar en el momento en el que la protagonista se reúne con su madre, tras lo cual se sintió más determinada que nunca a volver a casa.

Con los ojos humedecidos, Geeta cuenta mediante el lenguaje de signos, que su esperanza es conseguir un pasaporte y poder viajar a India.

Amo mi casa de allá, expresó haciendo un gesto con la mano. Aquí estoy triste.