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El escritor lanza Memorias de un hombre nuevo con el sello Penguin Random House

Daniel Espartaco escribe sobre la nostalgia por una vida en la que había más certezas

Abarca la imposibilidad de encontrar un lugar en el mundo, el fracaso socialista y la deshumanización que acarrean la violencia y la competivividad, señala en entrevista

 
Periódico La Jornada
Lunes 10 de agosto de 2015, p. a10

El título de la novela más reciente del escritor Daniel Espartaco Sánchez (Chihuahua, 1977), Memorias de un hombre nuevo, es tristemente irónico, puesto a propósito, que remite a la idea que en su momento sustentaron revolucionarios como Ernesto Che Guevara.

Es una novela, explica el autor, sobre la imposibilidad de pertenecer y encontrar un lugar en el mundo. El título se refiere a ese hombre nuevo que iba a nacer en el modelo político-económico socialista, por el cual se luchó en el siglo pasado.

En la novela, continúa Sánchez, David, el protagonista, “de manera paradójica, busca su identidad no buscándola. Es un personaje que vive el día a día, con lo justo, como muchos en el país.

Su búsqueda consiste en tratar de no pensar. Quiere paz interior, más que felicidad. Hay una parte en la novela, señala el autor, en la que el protagonista dice que su estrategia es moverse como protozoario: hacia adelante o hacia los lados, sin pensar. Su búsqueda es así. Renuncia a las cosas materiales, como la televisión, pero no a partir de una ideología. Uno de sus pocos anhelos es tener casa propia y leer un libro.

Respecto del hombre nuevo, curiosamente es un concepto cristiano, que luego el socialismo se apropia de él, apunta Espartaco. Lo que dice el discurso ideológico es que ese hombre iba a nacer de manera totalmente libre, pleno, positivo, sin temores, sin religión, ni dios.

De ahí que en la ficción el personaje nace en un país que no existe: la República Socialista de Ruritania, durante los años 70 del siglo pasado.

Foto
Daniel Espartaco, autor chihuahuenseFoto Luis Humberto González

David es hijo de una activista de la izquierda mexicana y un guerrillero con un pasado envuelto en la bruma. Vive la posibilidad de entablar una relación, tan prágmatica como aterradora, con Ruth, una chica que lo busca y se interesa en él para casarse por conveniencia. Todas las condiciones están dadas para que se convierta en ese hombre que difunde propaganda socialista y canciones revolucionarias, sin embargo, la historia da un giro que marca la existencia del personaje.

Publicada por Penguin Random House, Memorias de un hombre nuevo refleja ese fracaso socialista, pero también la deshumanización que acarrean la violencia, el individualismo, la competitividad.

Como escritor, para Daniel Espartaco es muy importante que en esta novela se refleje cierta nostalgia por una vida en la que había más certezas.

Cuando tenía siete años, recuerda el autor, “sentía que vivía en un mundo con más certezas económicas o sociales. Aun cuando estábamos en un país con muchos problemas, teniendo como presidente a López Portillo, había cierta idea de que se iba hacia algún lado. Las personas vivían y trabajaban 30 años en el mismo lugar y luego se jubilaban. Había de cierta manera una certeza.

Eso me hace preguntarme dónde estamos ahora. Podemos tener ciertas libertades y formas de desarrollarnos, pero ya no tenemos seguridad de ningún tipo: ni económica, ni social, ni laboral.

Aunque es algo que no está escrito de manera explícita, concluye, eso es lo que quería manifestar en el su obra.