Opinión
Ver día anteriorJueves 13 de agosto de 2015Ver día siguienteEdiciones anteriores
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México SA

Realidad mata propaganda

BdeM: tijeretazo adicional

INE: vergüenza para el país

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a Secretaría de Hacienda y el Banco de México acumulan tres años –la primera mitad del gobierno peñanietista– sin dar una en sus pronósticos sobre crecimiento económico. De tres posibilidades han fallado tres, y contando, pues en el cuento de nunca acabar lo que la propaganda infla, la realidad rápidamente lo desinfla.

Así, de la novela rosa del “Mexican moment”, los habitantes de esta República han pasado al muy realista sálvese quien pueda, porque el barco zozobra y el presunto capitán fue el primero en abandonar la nao con su maleta atiborrada de discursos reformistas y modernizadores, y su portada de la revista Time (“saving Mexico”).

Hacienda sólo espera que se divulgue el informe oficial del Inegi (próximo 20 de agosto) sobre el comportamiento económico en el segundo trimestre del año para actualizar (a la baja, desde luego) su estimación sobre el crecimiento en 2015, pero el Banco de México ahorró hojas del calendario. Decidió adelantarse y proceder en consecuencia, es decir, aplicar otro tijeretazo al de por sí alicaído pronóstico en la materia.

En lo que va del año el Banco de México ha recortado su estimación de crecimiento económico en cuatro ocasiones, y del 3.2 a 4.2 por ciento pronosticado para 2015, ahora a duras penas alcanza un rango de entre 1.7 y 2.5 por ciento, en el entendido de que aún restan varios meses para utilizar la tijera de nueva cuenta.

Si el pronóstico original (tanto el de la Secretaría de Hacienda como el del Banco de México) se hubiera cumplido, en la primera mitad del gobierno peñanietista la economía mexicana registraría una tasa anual promedio de crecimiento ligeramente superior a 4 por ciento, pero como hubiera no existe y la realidad es más cabrona que bonita, en ese periodo milagrosamente el promedio alcanzará 1.7 por ciento, con todo y que se aprobaron y reglamentaron las reformas que el país necesita (EPN dixit).

Por lo que toca exclusivamente al resultado en el segundo trimestre de 2015, el Banco de México calcula un crecimiento trimestral del producto interno bruto de alrededor de 0.3 por ciento en términos desestacionalizados, el cual se compara con el aumento de 0.4 por ciento observado en el trimestre previo. A tasa anual, tanto con cifras ajustadas por estacionalidad como con datos originales, se estima un incremento del PIB de alrededor de 2 por ciento para el periodo abril-junio del año en curso, el cual se compara con el de 2.5 por ciento registrado en el trimestre anterior, también con datos desestacionalizados y originales.

En su informe, el Banco de México apunta que “durante el segundo trimestre del año en curso, las tasas de crecimiento de los principales indicadores salariales no registraron cambios importantes respecto al trimestre anterior… La información disponible muestra que al primer trimestre de 2015 la tasa de crecimiento del salario promedio del total de trabajadores asalariados en la economía aún se encontraba por debajo de los niveles registrados en 2012 (de música de fondo se escucha el machacón discurso de Luis Videgaray: la economía mexicana avanza, vamos por rumbo correcto y el futuro es promisorio).

La institución presidida por Agustín Carstens considera que el nuevo recorte, que no el último, se basa en varios elementos: por un lado, el ritmo de crecimiento de la actividad económica en México en el primer semestre de 2015 fue menor que lo esperado. En particular, la producción industrial registró un débil desempeño como reflejo de que el sector de la minería petrolera continuó presentando una tendencia negativa y el sector de la construcción detuvo la recuperación que había venido mostrando. Adicionalmente, la producción manufacturera exhibió un bajo dinamismo como reflejo de la contracción en las exportaciones manufactureras, asociadas a su vez a la caída en la producción industrial de Estados Unidos. En este contexto, los componentes de la demanda interna registraron un crecimiento moderado.

Y hacia adelante, el Banco de México reconoce que si bien se prevé que la actividad económica en México mejore en la segunda parte del año, su ritmo sería menor al anticipado en el informe previo, por lo que se espera que el crecimiento de la demanda interna continúe siendo moderado, de manera que la recuperación estaría asociada principalmente a una mayor producción manufacturera de México, reflejo a su vez de mayores exportaciones de este sector ante una mejoría en la actividad industrial de Estados Unidos y la depreciación real del peso respecto al dólar. Si bien las expectativas para la producción industrial de este último país se ajustaron recientemente a la baja para 2015, se continúa esperando una recuperación en el segundo semestre.

Pero como nunca pierde la esperanza, para 2016 se anticipa que la implementación de las reformas estructurales se vea reflejada gradualmente en un mayor dinamismo de la inversión que acompañe la recuperación moderada que ha venido presentando el consumo. Adicionalmente, se espera que siga la recuperación de la actividad industrial de Estados Unidos y consecuentemente de las exportaciones de México, es decir, la misma novela rosa que espera desde el arranque mismo de la presente administración gubernamental, con los resultados conocidos y padecidos.

Para 2013 el Banco de México estimó que el PIB crecería entre 3 y 4 por ciento. En los hechos y a duras penas alcanzó 1.1 por ciento. El pronóstico 2014 fue de entre 3.2 y 4.2 por ciento, acorde con las previsiones de mayor crecimiento de la economía estadunidense para ese año, pero milagrosamente alcanzó 2.1 por ciento. Y ya para 2015 en la bola de cristal de Agustín Carstens y sus muchachos apareció que el avance sería de 3 a 4 por ciento, pero si bien va no pasará de 2 por ciento, siempre que el ambiente no empeore (y nada apunta hacia esa dirección).

En fin, esas son las restas en espera del siguiente tijeretazo.

Las rebanadas del pastel

¿Qué fue de aquel IFE ciudadanizado que respondía a los intereses de los electores y no a los de la monarquía partidaria? Simplemente lo pasaron a cuchillo 12 años atrás. Desde 2003 se convirtió en una cueva de bandoleros, y así permanece aunque le cambien de nombre y logotipo. El caso más reciente es el de la sucia empresa verde a la que los con$ejeros debieron cancelar el registro desde antes de los comicios. ¿A cambio de qué lo protegen, le cuidan las espaldas y le reducen las multas? El INE, pues, otra vergüenza para la nación.

Twitter: @cafevega