El apoyo otorgado ayer por la Confederación de Trabajadores de México (CTM) a la fórmula de Manlio Fabio Beltrones-Carolina Monroy del Mazo, pavimentó a ambos la ruta definitiva a la dirigencia nacional del Partido Revolucionario Institucional (PRI). El sector obrero, dominado por Joaquín Gamboa Pascoe, declaró tajante: ‘‘Ahora sí vamos a tener muy buen presidente’’ en el partido.

En el faraónico edificio de la CTM, inaugurado hace 33 años por José López Portillo y ahora transformado en un monumento al culto a la personalidad de Gamboa Pascoe, el político sonorense (Beltrones) emitió un mensaje ovacionado por los cientos de trabajadores que abarrotaron el auditorio Vicente Lombardo Toledano: ser competitivos para no ofrecer inversión, a través de la explotación de los trabajadores.

En la última semana, Manlio Fabio Beltrones y Carolina Monroy han solicitado el respaldo de los tres principales sectores que integran la triada priísta. Han obtenido su apoyo unánime sin regateos. Y ayer no fue la excepción. Lo que dejó ver ayer el cetemismo es que no han cambiado –ni un ápice– los usos y costumbres que le caracterizan desde su misma fundación en tiempos de Fernando Amilpa y posteriormente con el casi sempiterno Fidel Velázquez.

Con su sello personalísimo de control, Joaquín Gamboa Pascoe demostró que la CTM le pertenece. Borró los vestigios del pasado y ahora sólo su imagen y efigie se observan en la mole de la calle Vallarta. Ante sus subordinados y cientos de trabajadores se comportó como el líder vitalicio que es, al lanzar abrazos y reconocimientos al aire mientras sus huestes lo vitoreaban.

Con esa postura, y frente a la seriedad y templanza de la fórmula Beltrones-Monroy, el vetusto dirigente cetemista fue afectado por una laguna al olvidársele el apellido del sonorense. Al ser corregido por sus invitados, Gamboa Pascoe sonrió y dijo: ‘‘Manlio Fabio Beltrones a quien tanto quiero…’’ Y entonces rectificó: ‘‘Sé de su experiencia política y del tacto con que se maneja’’. También ponderó a su CTM, porque controla 80 por ciento de los contratos colectivos en México, y porque es capaz de resolver sus asuntos internos sin llegar a los emplazamientos a huelga y sin poner en riesgo la seguridad del país.

Con esa carta de presentación comprometió al PRI: ‘‘Aspiramos a leyes que promoverá el partido y den oportunidad a la gente de que tenga unos cuantos pesos en la bolsa. Hay malestar, y eso descansa no en las grandes obras (del gobierno), porque todos están sintiendo los embates de la situación económica’’.

Manlio Fabio Beltrones escuchó atento, tomó nota y respondió firme al mensaje del cetemista: ‘‘Tenemos muy claro qué es lo que queremos hacer en los próximos años y por eso queremos ir al Comité Ejecutivo Nacional del PRI. Sabemos que las reformas por sí mismas no serían útiles si no las llevamos hasta sus últimas consecuencias y sus últimas consecuencias son que éstas generen crecimiento económico.

‘‘Con ello se traiga empleo bien remunerado y que ese empleo bien remunerado ayude mucho a las familias mexicanas y disminuya la desigualdad lacerante que se ha construido en los últimos años por falta de crecimiento económico, y porque lo poco que crecemos se reparte mal. Poquito y mal repartido, desigualdad segura’’.

Esbozó dos de sus principales prioridades: una educación de calidad y empleo digno y bien remunerado; de ahí se desprende la competitividad. ‘‘En igualdad de condiciones eso nos iguala. No hay mejor igualador social en el mundo que sea distinto a educación de calidad y empleo digno; no hace la diferencia tener el mismo monto de la chequera del hombre más rico.

‘‘Y eso es lo que queremos para los trabajadores de México, que nos igualen, que nos respeten en nuestros derechos y sobre todo que se impulse el crecimiento económico que genere más empleo.’’