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La autora recorre sus vivencias en la novela Jack decía que su hermano era el mar

Escribir salvó a Flor Aguilera de la muerte; lidia con mal crónico

El acercamiento a la enfermedad del lupus es aceptarla, pero no se puede vivir con ese drama, expresa a La Jornada

Es importante que las personas tomen conciencia de lo que implica donar un órgano y dar vida, pues hay niños, adolescentes y adultos que esperan ese acto altruista, dice

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Con el libro Jack decía que su hermano era el mar, publicado por el sello Suma de Letras, la autora desea superar todo lo que desencadenó en su vida la enfermedad crónica del lupus, así como las medicinas que se convirtieron en parte de su rutina de cada día o conseguir un donante de riñón, en su caso. Sería padrísimo que al leer esta historia de mi vida, las personas piensen en donar algún órgano, expresa a La Jornada Flor Aguilera (en su casa de la colonia Roma)Foto Luis Humberto González
 
Periódico La Jornada
Sábado 15 de agosto de 2015, p. 3

La escritora y periodista Flor Aguilera (DF, 1971) ha publicado historias de vampiros y leyendas, también poemas sobre la muerte y la tristeza.

Sin embargo, en Jack decía que su hermano era el mar (Suma de Letras), su novela más reciente, ofrece pasajes de su existencia.

Con este libro la autora desea superar todo lo que desencadenó en su vida la enfermedad crónica del lupus, así como las medicinas que se convirtieron en parte de su rutina de cada día o conseguir un donante de riñón.

En su obra anterior, El pasado es un extraño país, la protagonista padece hipertimesia (condición que le impide olvidar hasta los más mínimos detalles), era ficción absoluta, ahora comparte quién es y por qué se mantiene viva.

“Siento que la escritura me salvó la vida y me la sigue salvando todo el tiempo.

La novela es la historia de mi vida, porque decidí que era importante contarla. Primero me la conté a mí misma para exorcizar esta experiencia de la enfermedad; hice un ejercicio de escribir y recordar, después tomé la decisión de publicarla, explica a La Jornada.

Durante la elaboración de la trama, la narradora tuvo momentos de pudor e indecisión, pues se preguntaba: ¿a quién le puede interesar mi historia?

Sin embargo, al reflexionar sobre los episodios dramáticos y recordar que en la literatura las historias tienen muchos temas en común, como la pérdida de un ser, la búsqueda del amor y de la sobrevivencia.

Dolor y gozo

Como si fueran tarjetas postales del pasado, Flor Aguilera comenzó a recordar situaciones de su vida y las escribió. “Fue un proceso doloroso, pero cuando se publicó la novela se convirtió en algo gozoso, porque ya tomas distancia. Cuando mandé el texto a la editorial hubo un cambio dentro de mí.

“Fue realmente liberador el proceso de escritura y ahora que ya está publicado lo veo como un libro y tomo distancia.

“Son episodios de la vida de una persona, de qué sucede con un cuerpo, porque al principio pensé en titular la obra ‘La historia de mi cuerpo’, porque te dice mucho sobre la personalidad y las enfermedades o ciertas condiciones de tu organismo que de alguna manera rigen tu camino.”

De acuerdo con la escritora, el lupus es una alteración de la salud muy larga. Dura una vida entera, entonces el acercamiento a esta enfermedad es aceptarla, pero no puedes vivir con este drama, y eso me han enseñado mis hermanos que tienen un sentido del humor increíble y me lo han contagiado. Me parece importante mirar las cosas como actos dramáticos, pero no son dramas.

A lo largo de 187 páginas, la escritora comparte cómo vivió con esa enfermedad, sus fracasos amorosos, la pérdida de su madre en China y hasta cuando su hermano se convierte en su salvador tras donarle su riñón.

Flor Aguilera considera que el libro Jack decía que su hermano era el mar está lleno de situaciones y vivencias, como el amor y la pérdida, donde aprendió a lidiar con ellas.

“Al adaptarte a las circunstancias –señala– hay una aceptación absoluta y creo que eso es la novela; acepto quién soy, me desnudo tal como soy.”

Para la autora es importante que las personas tomen conciencia de lo que implica donar un órgano y salvar vidas, pues hay niños, adolescentes y adultos que esperan recibir de manera altruista un riñón.

Son personas que todavía tienen mucho qué hacer, mucho qué decir, amar y mucho qué vivir. Sería padrísimo que al leer esta historia de mi vida piensen que pueden donar algo.

Revisar nuestra vida, un privilegio

Flor Aguilera asegura que mirar hacia atrás y ver nuestra existencia permite entender y aceptar muchas situaciones, pero a veces no reflexionamos sobre lo que vivimos. “Muchas ocasiones los escritores somos privilegiados en el sentido de que tenemos la posibilidad de sentarnos a revisar nuestra vida.

“Quiero que las personas tomen el libro Jack decía que su hermano era el mar y piensen en sí mismos como personajes de novela, porque al ser el protagonista de la historia puedes cambiar, moverte de lugar, dar importancia a qué haces y cómo lo haces. Elegir ser el personaje de tu propia novela.”

Antes de finalizar la charla, comparte que escribir de alguna manera le preservó la vida, primero cuando murió su madre y después cuando lidió con la enfermedad del lupus.