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Penultimátum

Intolerancia en Marruecos

F

ue un pequeño paso contra la intolerancia y la discriminación que sufren las mujeres en Marruecos. Sannae y Sihane, de 23 y 29 años, estuvieron a punto de ser linchadas por una fanática multitud en un pueblo cercano a la turística ciudad de Agadir. Las rescató la policía, pero, en lugar de detener a los acosadores, las presentaron ante un fiscal, que las encarceló bajo el cargo de llevar un vestido corto que dejaba ver sus piernas.

Antes de que comenzara el juicio para fijar su condena hubo manifestaciones en las principales ciudades contra el fanatismo. Más de 200 abogados decidieron defender a las dos mujeres de manera gratuita. Y 30 fueron la voz de Sannae y Sihane en el tribunal que llevó el caso. Afuera, cientos de mujeres y defensores de los derechos humanos protestaban contra la oleada de actos extremistas registrados en Marruecos este año y exigían al gobierno garantizar las libertades fundamentales.

Gracias a esa movilización de los liberales contra los sectores más reaccionarios de la sociedad marroquí, Sannae y Sihane fueron absueltas mientras eran detenidos dos jóvenes que encabezaron la agresión contra ellas. Tienen antecedentes penales y han organizado otros actos en pro de la decencia femenina en ese país, uno de los más tolerantes en cuanto a la forma de vestir de las mujeres.

Pero la ola regresiva so pretexto de conservar los principios del islam sigue creciendo. Ya afectó a uno de los más importantes cineastas, Nabil Ayouch. Prohibieron su película Much Loved por abordar el problema de la prostitución que existe en Marruecos. Lo acusan además de incitar al vicio, atentar contra el pudor y difundir fotos pornográficas.

Además, la periodista Hanane Kahonou fue agredida por dejar ver su cabello en el mes sagrado del Ramadán, durante el cual un musulmán no puede comer, beber, fumar o mantener relaciones sexuales desde el alba hasta el ocaso. La prohibición religiosa suele ir acompañada de sanciones legales en los países musulmanes.

No sólo las mujeres sufren la intolerancia. Un travesti fue linchado en Fez y cinco jóvenes agredidos verbalmente por una multitud y luego arrestados por la policía en la emblemática plaza Yamaa Lafna en Marruecos. Su delito: beber durante el Ramadán jugo de naranja en uno de los puestos de la plaza, igual que lo hacen los turistas. Los jóvenes alegaron en su defensa que estaban de viaje y que el islam exime del ayuno a los viajeros. A uno de los detenidos se le acusa de estar ebrio en público y a otro de portar drogas. El Código Penal del país castiga hasta con seis meses de cárcel y multa a todo individuo perteneciente al islam que rompa ostensiblemente el ayuno en un lugar público durante el Ramadán.

La intolerancia so pretexto de resguardar la religión sigue en su apogeo.