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Balance de la Jornada

Con el Tri del Tuca, a ver espectáculo al circo

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Hace tiempo Ricardo Ferretti declaró que prefería ser barrendero que seleccionador, sin embargo ahora aceptó un interinato en el TriFoto Jam Media
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ubo un tiempo, lejano, en que Ricardo Ferretti no era enojón. En su etapa como jugador, el Tuca accedía amable a las entrevistas y lo más común era verlo sonreír en la cancha, en entrenamientos y partidos. Todo cambió cuando dejó de disparar trallazos en la campaña 1990-91 y desde entonces tiene el récord de ser el único técnico del futbol mexicano en dirigir de forma ininterrumpida.

Y ahora hasta se va a dar el lujo de dobletear con mis amados Tigres y el Tri. El brasileño rechazó el cargo de seleccionador nacional: ya había advertido que prefería ser barrendero. Sin embargo, aceptó entrar de bombero y buscará ante Estados Unidos el pase a la Copa Confederaciones de Rusia 2017.

Con la elección de Ferretti, los nuevos federativos –en realidad los mismos, pero reciclados– demuestran que les interesa el fin, no las formas. El Tuca es una rara ave que se ha mantenido dirigiendo en un medio donde lo común son los cambios desesperados de entrenadores, pero llama la atención que a los directivos les guste un técnico de los catalogados defensivos.

Los equipos del Tuca se caracterizan por ser ordenados y si alguien quiere ver espectáculo, como diría Manuel Lapuente, que se vaya al circo. Y además, tendrá como auxiliar a Miguel Mejía Barón, el timonel que en Estados Unidos 1994 se quedó con los cambios.

Ya sin Miguel Herrera, el Tricolor podría tener un giro total. Habrá que esperar si llama a varios que con el Piojo eran intocables, como Guillermo Ochoa, quien sigue en la banca con el Málaga, pero tenía asegurada la titularidad en la escuadra nacional.

La duda sobre la capacidad táctica del brasileño surge al recordar el reciente gran reto que enfrentó: la Copa Libertadores. Con un equipo lleno de figuras como Nahuel Guzmán, Juninho, Guido Pizarro, Joffre Guerrón, Damián Álvarez, Egidio Arévalo, André Gignac y Rafael Sobis –sólo por citar a los no nacidos en México–, los Tigres fueron presa fácil del River Plate.

Ferretti no tendrá una baraja tan amplia al tratar de elegir en la Liga Mx-Sudamericana donde, ya se sabe, los puestos trascendentales están copados por talento foráneo, pero los federativos optaron por un técnico mezquino al ataque mientras logran convencer al argentino Marcelo Bielsa o al colombiano Juan Carlos Osorio.

En México es poco el talento y se desperdicia en indisciplina. El mediocampista Ángel Reyna es de esos futbolistas distintos que surgen de vez en cuando, pero ha salido por la puerta trasera de todos los equipos en que ha militado.

Originario de la colonia La Presa, en el norte del Distrito Federal, a Reyna todavía se le recuerda con afecto en la secundaria técnica 16, donde ya se le veían sus cualidades futbolísticas. Sin embargo, no supo manejar el dinero y la fama que le han dado equipos como América, Monterrey, Pachuca, Veracruz y Guadalajara. En la semana fue enviado al equipo de tercera división de las Chivas, que lo contrataron por unos 6 millones de dólares y sólo anotó un par de goles.

Jorge Vergara lo calificó de apuesta fallida, mientras Marco Fabián vio la paja en el ojo ajeno y señaló que el rendimiento de Reyna es decepcionante porque podría dar más, palabras ciertas, pero tristes, viniendo del que llaman Marquito porque sigue sin dar el estirón.

En el lado opuesto, Óscar Pérez festejó en la semana 22 años de carrera. El Conejo –quien presume que a sus 42 sigue tocando el travesaño con el pie–, es el ejemplo de disciplina y gusto por el juego, a pesar de haberlo practicado por más de dos décadas. Contrario a Reyna, a quien sus facultades innatas le fueron facilitando camino en el balompié, Pérez tuvo que abrir brecha para ganarse un lugar en la portería, a pesar de su 1.72 metros.

Los cuatro grandes viven momentos distintos. Pumas y América ya se enracharon y aparecen en lo alto de la tabla. Los felinos ilusionan a sus fanáticos y Nacho Ambriz empieza a responder a la confianza de Ricardo Peláez, pero las Chivas siguen en su gira del adiós y Sergio Bueno parece vivir sus últimos días en el timón del Cruz Azul.