Sociedad y Justicia
Ver día anteriorLunes 24 de agosto de 2015Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio

Enfrentan la guerra declarada del Estado para aniquilarlos

El panorama que enfrentan los maestros es muy sombrío, opinan expertos
 
Periódico La Jornada
Lunes 24 de agosto de 2015, p. 39

A casi tres años de aprobada la reforma educativa, el sector está ante un panorama muy sombrío, afirmaron investigadores y docentes. Señalaron que el magisterio enfrenta una guerra declarada en la que se busca aniquilar al profesor que el propio Estado forjó. Es evidente que ya no le sirve al modelo de sociedad que el gobierno actual quiere imponer.

Consideraron que las modificaciones al artículo tercero y 73 constitucionales, aprobadas en diciembre de 2012, han quedado a deber todas sus promesas de mejora de la educación, porque ese nunca fue su objetivo real.

La educación es un botín para las élites. Se han eliminado la barreras legales, ahora van por la operación cotidiana de las escuelas, afirmó Lucía Rivera, profesora-investigadora de la Universidad Pedagógica Nacional (UPN).

Destacó que con las modificaciones constitucionales se instauró un esquema de evaluaciones que se ha convertido en un medio para aniquilar a los maestros. Estamos frente a una batalla política donde las fuerzas se están tensando, y debemos esperar la reacción del magisterio que no ha dejado de protestar.

En estos casi tres años, agregaron especialistas y maestros, se avanzó en establecer mayores mecanismos de control de los maestros a través de las evaluaciones, que funcionan como verdaderas correas de transmisión de control y presión de los docentes, pero la transformación y la generación de un nuevo modelo educativo sigue siendo una incógnita.

En entrevistas, docentes y directivos agregaron que no se cumplió con muchas de las promesas que el gobierno afirmó se cumplirían con la reforma. La educación no mejoró ni las condiciones con que laboramos en las aulas.

Tampoco se concretaron, dijeron, las acciones que la propia administración federal aprobó, pues “no todos los docentes de nuevo ingreso contaron con el apoyo de un tutor.

“No se cubrió la oferta de plazas de Asesores Técnico Pedagógico ni se generaron nuevos esquemas de trabajo en las escuelas.

Se nos dijo que habría menos trámites administrativos y que los directores ya no tendríamos esa carga, pero no fue así. No conocemos el nuevo modelo educativo que se anunció con esta reforma ni tampoco cómo se va a transformar la educación normal.

Francisco Bravo y Enrique Enríquez, dirigentes del magisterio disidente en el Distrito Federal, apuntaron que la reforma educativa “está parada. En las aulas no pasó nada.

Se avanzó en implementar nuevos esquemas de control laboral y administrativos de los maestros, pero en materia educativa nada cambio, abundó.

Hoy, cuando retornen a clases poco más de 25 millones de niños y adolescentes de prescolar, primaria y secundaria en todo el país, afirmó Juan Manuel Rendón, ex rector de la Benemérita Escuela Nacional de Maestros, seguiremos enfrentando el peligro de tener nuevas generaciones perdidas. Hay una visión autoritaria y neoliberal que se quiere imponer a cualquier costo en el sector educativo.

Etelvina Sandoval, profesora-investigadora de la UPN, consideró que la reforma educativa sólo consolidó un esquema de evaluaciones sin ningún sustento ni parámetro para examinar la labor docente, pues incluso se cae en la incongruencia de someter a pruebas a miles de maestros, sin que se conozca nada de lo que se ha denominado como nuevo modelo educativo.

Enfrentamos, dijo, una esquizofrenia educativa, porque por un lado se reconocen los rezagos de las escuelas, pero por otro se responsabiliza a los maestros, a quienes no se les consulta ni se les integra a la construcción de una nueva propuesta formativa.