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Crean alianza nacional para promover la vinculación entre academia, gobierno y sociedad

El suelo, ente vivo, exige un plan integral para su uso eficiente

Incrementar la producción de alimentos sin destruir los ecosistemas ni aumentar las emisiones de gases de efecto invernadero, un reto mundial para 2050, destaca Pedro Sánchez, de la Universidad Columbia

 
Periódico La Jornada
Viernes 28 de agosto de 2015, p. 2

En la década de los años 70 el suelo tenía importancia únicamente para la agricultura; sin embargo, el paradigma cambió y en la actualidad se le ve como un ente vivo que presta diferentes servicios ecológicos, entre los que destacan la obtención de madera, textiles y biocombustibles, la producción de alimentos y la regulación del clima, del ciclo hidrológico y de nutrientes, además de la conservación de la biodiversidad, explicó Pedro Sánchez, de la Universidad Columbia, de Nueva York.

Afirmó que por lo anterior se tiene que ver al suelo desde una visión integral y no como sucedía en el pasado, y para ello la responsabilidad de utilizar el suelo y cuidarlo le corresponde a todas las secretarías federales y estatales del gobierno de un país, así como a los científicos y las universidades en las que trabajan, sin olvidar al público en general.

El pasado 17 de agosto la Universidad Nacional Autónoma de México, las academias de Ingeniería y Mexicana de Ciencias, así como la Sociedad Latinoamericana de la Ciencia del Suelo convocaron a un foro de discusión y a la creación de la Alianza Nacional por el Suelo, con la que se busca promover la vinculación entre el sector académico y de los diferentes órganos de gobierno relacionados con el uso y el manejo de ese elemento.

En la conferencia que ofreció en ese contexto, el investigador insistió en que uno de los retos mundiales para 2050 es aumentar la producción de alimentos, ya que se prevé que para entonces la población del planeta superará los 9 mil millones de personas.

Trabajo multidisciplinario

La actividad que se despliegue para logar ese incremento debe llevarse a cabo sin destruir los ecosistemas, sin aumentar el efecto invernadero y aprovechando de manera eficiente los recursos agrícolas, en especial el agua; además de tener un control integrado de plagas, para lo cual se necesita trabajar con equipos multidisciplinarios y técnicos capacitados, afirmó el investigador del Instituto de la Tierra de la Universidad Columbia.

En la conferencia magistral Construir gobernanza para conservar al suelo: retos para los órganos de gobierno y oportunidades de vinculación con la academia, el investigador destacó que para el mejor aprovechamiento y cuidado del suelo se requieren políticas públicas basadas en el conocimiento científico, porque las iniciativas de la ciencia sin políticas que las apoyen, no tienen impacto.

En este sentido, Pedro Sánchez habló de iniciativas en las que ha participado, relacionadas con el suelo y la agricultura.

Se refirió a la eliminación del uso de buldóceres (máquinas que se utilizan, principalmente, para el movimiento de tierras y de excavación) en la Amazonia peruana, que no tuvo eco en Perú, pero sí en Indonesia. En la isla de Sumatra se dejaron de utilizar porque removían la capa arable y entonces los agricultores volvieron a la llamada agricultura de roza, que consiste en tumbar árboles, quemarlos y luego sembrar.

Otro caso se dio en África, donde Pedro Sánchez encontró la descapitalización de los nutrientes del suelo, un problema mayor que el del agua cerca del Sahara, ya que en ese continente una porción representativa de los pequeños agricultores no utilizaba insumos mejorados (semillas o fertilizantes), por lo que tras varios ciclos de cultivo en los que no se repusieron los nutrientes del suelo, éstos se agotaron.

En 2002, Kofi Annan, entonces secretario general de la ONU, encargó un plan de acción para alcanzar los Objetivos del Desarrollo del Milenio con el fin de erradicar para 2015 la extrema pobreza, el hambre y las enfermedades que afectan a miles de millones de personas en el mundo. De esta manera, en 2004 se determinaron las aldeas africanas del milenio.

Según el artículo titulado The African Millennium Villages, publicado en PNAS de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos, la crisis alimentaria de ese continente es reflejo de la interacción de factores biofísicos y económicos, relacionados, a su vez, con la crisis sanitaria provocada por la malaria y el virus de inmunodeficiencia humana (VIH/sida).

Como parte de este proyecto, en el que participó Sánchez, se determinaron 78 aldeas del milenio en 12 sitios de 10 países africanos, y en vista de que las necesidades eran varias, la estrategia se centró en cuatro desafíos interrelacionados: agricultura, salud pública, educación e infraestructura. Entre los resultados de ese trabajo está que en 2005 el rendimiento de maíz en Sauri, al oeste de Kenia, aumentó 2.6 veces desde 2004.

Durante la 68 sesión del Segundo Comité de la Organización de Naciones Unidas se designó el 5 de diciembre como el Día Mundial del Suelo y se declaró 2015 como el Año Internacional de los Suelos, cuyo principal propósito es hacer conciencia de la importancia de este elemento en trabajo para lograr la seguridad alimentaria y las funciones ecosistémicas esenciales para la vida.