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Nuevo secretario, sexy, pero viejos problemas
E

l nuevo titular de la Se­cretaría del Medio Am­biente y Recursos Na­turales (Semarnat) milita en ese negocio familiar y político que es el Partido Verde Ecologista de México. Amigo del licenciado Peña Nieto, remplaza a otro al que éste siempre calificó de capaz, pero ya no le es útil en sus planes políticos. En cambio. nada benéfico es que los asuntos ambientales del país sean ya propiedad de un partido que sufre rechazo generalizado entre la ciudadanía.

Rafael Pacchiano Alamán (1975), ingeniero industrial y de sistemas del Tecnológico de Monterrey, ex diputado federal por el Verde Ecologista, coordinó el programa para jóvenes en el equipo de transición de Peña Nieto, quien en 2012 lo nombró subsecretario de Gestión para la Protección Ambiental en la Semarnat. Junto con su esposa, también funcionaria, figura en la lista de los políticos más sexys de México.

El nombramiento de Pacchiano ocurre cuando una de las empresas más contaminantes del país: Química Central de México, logró que un tribunal colegiado levantara la clausura que le impuso hace 14 meses la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa).

Localizada en San Francisco del Rincón, Guanajuato, durante décadas, organizaciones sociales y los habitantes del corredor San Francisco del Rincón-Purísima-León denunciaron la pasividad y complacencia de las instancias oficiales al permitir que la citada empresa acumulara sin los cuidados mínimos más de 300 mil toneladas de cromo hexavalente. Se trata de una sustancia altamente peligrosa y que, por tanto, debe estar a buen resguardo. Enterró además ilegalmente otras 40 mil toneladas en derecho de vía de ferrocarriles, a 1.5 kilómetros de la planta.

Cuando finalmente la Profepa clausuró la planta, encontró otras irregularidades en las instalaciones de la empresa.

Pero el tribunal colegiado no sólo ordenó la reapertura de Química Central de México, sino que prohíbe a la autoridad federal clausurarla nuevamente. Los ilustres y doctos magistrados concluyen así que las centenas de miles de toneladas de cromo hexavalente no son un peligro sino benéficas para la comunidad y el ambiente. Por su parte, la empresa amenaza demandar por 80 millones de dólares al gobierno federal por los daños que le ocasionó la clausura. Kafka en todo su esplendor.

Química Central de México lleva 46 años contaminando suelo, aire y agua de ríos y pozos de esa región, Ya no produce cromo hexavalente, pero sí miles de toneladas de sulfato básico de cromo, bisulfito de sodio y aceites y recurtientes sintéticos para la curtiduría, las industrias textil, minera, química, de pigmentos, fotográfica, vidriera, farmacéutica, metalúrgica, papelera y el tratamiento de aguas. Surte el mercado nacional y exporta a varios países. Presume de no generar residuos peligrosos ni afectar la salud pública y los recursos naturales, pues su tecnología supera la norma oficial.

También la designación de Pac­chiano coincide con el creciente malestar de los habitantes del municipio hidalguense de Molango por los daños que padecen en su salud y entorno debido a las actividades de otra empresa minera poderosa, Autlán, dedicada a la explotación y co­mercialización de manganeso y fe­rroaleaciones para las industrias de acero, baterías, cerámica y fertilizantes. Los pobladores de Molango tienen años exigiendo a las autoridades federales su intervención para que la empresa cumpla con las normas mínimas que garanticen la salud de obreros, pobladores, flora y fauna de la región. Con el agravante de que algunos servidores públicos locales están coludidos con la empresa pese a que saben que en Molango existe contaminación del agua, la tierra y el aire por los desechos provenientes de la citada explotación minera.

Tanto en Guanajuato con Química Central de México, como en Hidalgo con Autlán, destaca por su ausencia el sector salud, responsable de garantizar un derecho plasmado en la Constitución. Y si existen los estudios y las estadísticas epidemiológicas sobre estos dos casos extremos de contaminación, los ignoran los funcionarios. Cambios en el gabinete. Misma actitud ante los problemas ambientales y de salud.