Caracas.

El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, ordenó la noche del lunes la extensión del cierre de la frontera con Colombia al principal paso fronterizo del estado de Zulia, y declaró el estado de excepción en tres municipios de la región, adonde desplegará 3 mil militares para reforzar la seguridad.

He decidido proceder al cierre del paso fronterizo de Paraguachón, dijo tras una reunión con sus ministros, y precisó que el estado de excepción regirá en los municipios zulianos de Mara, Guajira y Almirante Padilla.

Maduro anunció también un nuevo régimen migratorio para la zona y planes especiales de atención alimentaria, educación y transporte para los habitantes de esos municipios, en su mayoría indígenas wayuú. El vicepresidente venezolano, Jorge Arreaza, informó este martes que la zona de Paraguachón permanece en absoluta tranquilidad, y agregó que las autoridades permitirán el libre tránsito por la frontera donde habitan los wayuú; la Guajira es el departamento colombiano fronterizo con el estado venezolano de Zulia.

Venezuela cerró algunos pasos fronterizos del estado de Táchira, colindante con el departamento colombiano de Cúcuta, el 19 de agosto tras el ataque a tres militares y un civil en la localidad de San Antonio de Táchira. Asimismo, impuso el estado de excepción por 60 días prorrogables en diez municipios de esa entidad y emprendió la deportación de colombianos indocumentados. Caracas justifica la decisión con el argumento de que debe combatir el contrabando y el paramilitarismo.

Según la Oficina de la Organización de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, unos 20 mil colombianos han sido afectados por la crisis fronteriza, entre los que se cuentan mil 467 deportados y más de 18 mil que han huido por temor a ser expulsados.

Tanto el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, como Maduro manifestaron por separado, el pasado lunes, que están abiertos a la mediación de los vecinos sudamericanos, pero el ministro colombiano del Interior, Juan Fernando Cristo, señaló este martes que con decisiones como las que tomó el presidente Maduro, que ofenden la dignidad del pueblo colombiano, se dificulta ese diálogo y pareciera no existir un real interés del gobierno venezolano en solucionar la crisis.