Sin importar que su vida o la de sus hijos puedan verse en peligro, millones de personas en el mundo deciden buscar mejores oportunidades en naciones distintas a sus lugares de origen y optan por migrar.

Se trata de un síntoma que revela varios problemas: pobreza, desigualdad, violencia, inseguridad, desempleo, falta de acceso a educación y salud, aseveró José Narro Robles, rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Al inaugurar la conferencia internacional Metrópolis 2015 –que se realizó en el Palacio de Minería de la UNAM y es la primera ocasión que se celebra en un país de América Latina–, el rector refirió que de acuerdo con Naciones Unidas, en el mundo existen 232 millones de migrantes, la mitad son mujeres.

De ese total, 72 millones se encuentran en Europa; 70 millones en Asia; 53 millones en Estados Unidos y Canadá; 19 millones en África; 9 millones en América Latina y el Caribe, y 8 millones en Oceanía.

En el foro participan especialistas de 35 países de los cinco continentes, ante quienes se planteó que en su tránsito los migrantes enfrentan riesgos y violaciones a sus garantías, uno de los más graves es el tráfico de personas; del total de las víctimas, 79 por ciento son mujeres y 20 por ciento niños.

Narro Robles lamentó que muchos migrantes sean víctimas de abusos, delitos, maltratos, vejación, discriminación y, en ocasiones, son esclavizados, obligados a trabajar en condiciones inhumanas o a prostituirse. ¿Cuánto drama no habrá en personas que gastan lo poco que tienen para llegar a países donde no siempre encuentran una vida mejor?

El rector también habló de la migración de jóvenes profesionales o estudiantes de posgrado ante la falta de oportunidades en sus países de origen. Significa una pérdida para la nación de la que salen. Que estos jóvenes migren de México es un desperdicio para nuestra sociedad y economía, y es aprovechado por otros países.

Debido a que la migración sigue en aumento y continuará presentándose, Narro planteó la necesidad de la cooperación internacional y del establecimiento de acuerdos migratorios entre naciones. Resaltó la urgencia de hacer un alto en el camino, a valorar el modelo de desarrollo que sigue el mundo e impulsar uno diferente en el que los valores laicos guíen el progreso.

Howard Duncan, director ejecutivo del proyecto Metrópolis, señaló que la violencia que obliga a las personas a dejar sus lugares de origen es deplorable. En el caso particular de la migración hacia Estados Unidos, dijo, los migrantes centroamericanos enfrentan una serie de riesgos debido a que su flujo está controlado por bandas de traficantes, cuyo único interés es obtener dinero más allá de proteger la vida o bienestar de quienes se arriesgan a cruzar las fronteras.

Por su parte, Silvia Núñez, directora del Centro de Investigaciones sobre América del Norte, recordó que México es un país marcado por el fenómeno desde sus orígenes y es la razón por la que decidimos que el núcleo de la conferencia debieran ser los seres humanos, es decir, los propios migrantes y sus familias.