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Astillero

Roqueseñales

Nombramientos obscenos

Al Verde, cargo en Gobernación

Infractores ahora previenen

Foto
CAMBIOS EN BUCARELI. El titular de la Secretaría de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, al dar a conocer, en conferencia de prensa, nueve nombramientos en áreas centrales de la dependenciaFoto María Meléndrez Parada
E

l PRI consiguió el 17 de marzo de 1995 que el impuesto al valor agregado (IVA) se elevara de diez a quince por ciento (un aumento neto de cincuenta por ciento). De esa manera, con un programa hacendario de emergencia, el gobierno de Ernesto Zedillo Ponce de León metía mano al bolsillo de los ciudadanos para remontar la crisis derivada de lo que se llamó el error de diciembre, aquella devaluación monetaria y política que marcó la transición de poderes entre Carlos Salinas de Gortari y su forzado sucesor, el frío tecnócrata Zedillo.

Ese día, el coahuilense Humberto Roque Villanueva enfrentó con entusiasmo desbordado lo que los opositores consideraban un fuerte golpe a la economía popular y, entre los gritos de ¡Se ve, se siente, Salinas está presente! que coreaban en cierto momento quienes estaban en contra (el conteo final fue de 172 sufragios adversos, entre panistas, perredistas y petistas, más el independiente Adolfo Aguilar Zinzer y el único priísta disidente, Alejandro Rojas Díaz Durán) y de ¡Zedillo, Zedillo! de los priístas (que se impondrían con 290 votos), se produjo una fotografía memorable, pues Roque, quien era coordinador de la bancada de tres colores, movió los brazos, aún en curso esa sesión que duró doce horas, de una manera que semejó un gesto procaz de posesión sexual que fue bautizado como la Roqueseñal (la imagen fue tomada por José Antonio López, fotógrafo de La Jornada).

Respecto de la discusión que subsiste acerca de si efectivamente fue una señal obscena de triunfo al imponer ese aumento al IVA o una reacción a la guerra de consignas que se libraba, el propio Humberto dijo a la reportera Yolanda Bravo Saldaña: Creo que resolvió un problema práctico de lexicología, pues, aunque no la hice, la gente lo vio de otra manera. Y como era una señal que no tenía nombre, pues obtuvo su acta de nacimiento. Agregó que por esa señal tengo entrada a cualquier medio, pues soy atractivo mediáticamente (http://goo.gl/8Yoag9).

Veinte años después, Enrique Peña Nieto ha echado mano de esa figura tan atractiva justamente cuando está en camino otra reformulación de emergencia económica (el presupuesto sobre base cero y la supresión de programas de ayuda social, sobre todo en salud y educación) que pretende cargar a la economía popular los desajustes y los costos de procesos que, sin embargo, no afectan de fondo a los mismos grupos de élite que entonces como ahora ponen a salvo sus intereses mediante maniobras legislativas y fiscales. Economista nacido en Torreón, Coahuila, el 16 de noviembre de 1943, Roque Villanueva había llegado a la coordinación de los diputados federales del PRI a causa del asesinato de José Francisco Ruiz Massieu, quien se preparaba en 1994 para asumir ese cargo, y fue presidente del PRI de 1996 a 1997. Se le incluyó en la lista de presuntos precandidatos presidenciales en 2000 y fue senador de ese año a 2006.

Hasta que, ayer, en autoflagelante vuelta al pasado, Peña Nieto lo exhumó para nombrarlo subsecretario de Población, Migración y Asuntos Religiosos en la Secretaría de Gobernación, a pesar (¿o justamente a causa de ello?) del grave déficit de Los Pinos en cuanto al respeto a la vida y los derechos humanos de los migrantes centroamericanos que cruzan por nuestro país, y de la frialdad crítica del Vaticano hacia el peñismo, con indicios de que este mes, en Filadelfia, el papa Francisco dará un mensaje de solidaridad con esos migrantes tan profundamente agraviados a su paso por México, e incluso se habla de la posibilidad de un apoyo público a la lucha por el esclarecimiento de lo sucedido en Iguala y Cocula con los 43 normalistas de Ayotzinapa.

No fue la única designación provocadora de escándalo. Arturo Escobar y Vega es un distinguido representante del estilo de hacer política del llamado Partido Verde Ecologista de México (el partido de las cuatro mentiras, P4M). Nacido en la capital del país el 23 de abril de 1970 y abogado por la Universidad Iberoamericana, ha sido asambleísta en el Distrito Federal, senador y diputado federal, además de vocero del PVEM. En 2009, siendo senador, le encontraron un millón cien mil pesos en efectivo en una bolsa personal a la hora de cruzar por un puesto de revisión en el aeropuerto de Chiapa de Corzo, en Chiapas, por lo que fueron retenidos él y un empresario que era dirigente estatal del Verde. Incidentes de ese tipo sugieren el uso de dinero de origen impreciso para financiar ilegalmente campañas electorales o el pago de comisiones o sobornos a políticos por gestiones ilegales (un personaje emblemático de ese grupo político, el ya caricaturalmente llamado Niño Verde, Jorge Emilio González, había sido captado años atrás solicitando millones en efectivo para conseguir ciertos permisos gubernamentales).

Pues bien, Escobar y Vega, es decir, el estilo delictivo del Partido de las Cuatro Mentiras, fue llevado a la subsecretaría de Prevención y Participación Ciudadana de la Secretaría de Gobernación, en premio a la alianza del PVEM con el PRI y como estímulo a la grosera campaña de violación sistemática de las leyes electorales. Parecería una broma, aunque en realidad es una burla, el que se coloque a ese personaje, Escobar y Vega, y al grupo político al que pertenece, especializado en andanzas infractoras y en aprovechamiento de los recursos públicos para fines facciosos, al frente de una oficina que, según la página oficial de Gobernación, tiene como encargo fomentar el desarrollo político; el fortalecimiento de las instituciones democráticas; la promoción de la activa participación ciudadana, salvo en materia electoral, y generar una cultura para disminuir y prevenir la violencia y la delincuencia (http://goo.gl/1UnjHW). Ya ni la burla perdonan en Los Pinos.

Y, mientras la marrullería priísta-pinolera tiende redes clásicas de posposición para que el informe del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes se enrede y estanque en tiempos burocráticos, comisiones y procesos por desahogar, ¡hasta mañana!

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