Directora General: Carmen Lira Saade
Director Fundador: Carlos Payán Velver
Suplemento Cultural de La Jornada
Domingo 13 de septiembre de 2015 Num: 1071

Portada

Presentación

Bazar de asombros
Hugo Gutiérrez Vega

El Haití preelectoral y
los derechos humanos

Fabrizio Lorusso y Romina Vinci
entrevista con Evel Fanfan

Dos Poetas

La colección Barnes
Anitzel Díaz

Animalia
Gustavo Ogarrio

Tres instantes
Adolfo Castañón

Adolfo Sánchez
Vázquez a cien años
de su nacimiento

Gabriel Vargas Lozano

El puma y su
presa celeste

Norma Ávila Jiménez

Leer

ARTE y PENSAMIENTO:
Bitácora bifronte
Jair Cortés
Resurrección
Kriton Athanasoúlis
Mentiras Transparentes
Felipe Garrido
Al Vuelo
Rogelio Guedea
La Otra Escena
Miguel Ángel Quemain
Bemol Sostenido
Alonso Arreola
Las Rayas de la Cebra
Verónica Murguía
Cabezalcubo
Jorge Moch
La Casa Sosegada
Javier Sicilia
Cinexcusas
Luis Tovar


Directorio
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La Jornada Semanal

 

Rogelio Guedea
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Twitter: rogelioguedea

Corredora fija

Me miro en el espejo este domingo soleado y me doy cuenta de que traigo un poco de sobrepeso. Subo a la báscula y lo corroboro: cinco kilos de más, en menos de dos semanas. Se me ocurre lo que a todo el mundo se le ocurre en estos casos: comprar una corredora fija. Voy a la tienda de deportes del centro, elijo una buena pero no cara, pago lo correspondiente y a la tarde la tengo ya instalada en casa, entre mi cama y la ventana que da al jardín. Empiezo a correr en la corredora fija desde esa noche y me siento renovado, aun contra el rictus de mi mujer. Pero qué maravilla es una corredora fija, pienso. Me subo a ella cada día, todos los días. En algún momento me olvido que la he comprado para bajar de peso, pues a veces sólo me subo a caminar a un paso lento, como el de aquellos que suben una colina. Otras veces, corro a gran velocidad. Y así. Me gusta la corredora fija, sobre todo porque se parece mucho a mi vida. Por más kilómetros que avanzo nunca voy ni llego a ninguna parte.