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Depositan sus restos y develan estatua en la Rotonda de los Jaliscienses Ilustres

Confieren a Juan José Arreola la distinción de benemérito en grado ilustre de su estado natal
Corresponsal
Periódico La Jornada
Martes 22 de septiembre de 2015, p. 5

Guadalajara, Jal.

En el día que cumpliría 97 años, ayer, Juan José Arreola Zúñiga (Zapotlán el Grande, 1918-Guadalajara, 3 de diciembre de 2001) apareció rejuvenecido en el centro de Guadalajara, vestido de traje y como un flaco treintón bañado en bronce, en un pedestal reluciente y con el título de benemérito en grado ilustre de Jalisco.

La estatua de cuerpo completo refleja un Arreola que entonces, los años 50 del siglo pasado, era amigo de Alí Chumacero, Juan Rulfo y Antonio Alatorre.

“Era más o menos 1954, cuando escribió Confabulario, Varia invención; era su momento de mayor plenitud”, señaló su hijo Orso Arreola, alejándose unos pasos para apreciar la obra del escultor Rubén Orozco, recién develada en la Rotonda de los Jaliscienses Ilustres.

La fiesta de cumpleaños incluyó dos homenajes con sus restos mortales presentes, discursos del gobernador Aristóteles Sandoval y el rector de la Universidad de Guadalajara (UdeG), Tonatiuh Bravo Padilla, y de su hijo Orso.

También un traslado de las cenizas a lo largo de avenida Juárez, desde el paraninfo de la UdeG, donde fue el primer homenaje, hasta la Rotonda de los Jaliscienses Ilustres, ubicada junto a la catedral metropolitana.

A 97 años de su natalicio

Los restos fueron llevados en un automóvil Pontiac GTO 1968, dorado y descapotado, aunque tras la ceremonia su hijo aceptó que no era mala idea que mejor hubieran sido transportados en una Vespa Ciao, la pequeña motoneta que formó parte del famoso histrionismo de Arreola.

Fue un proceso largo (para que los restos fueran llevados a la rotonda) que duró cerca de tres años; felizmente culmina hoy, en el 97 aniversario de su natalicio. Estamos muy contentos y agradecidos con los jaliscienses; me despido de él porque pasa a la posteridad, a partir de este momento él está aquí en la rotonda y es de todos, yo como hijo lo interpreto así, dijo Orso Arreola.

Las cenizas fueron depositadas en un nicho dentro de la rotonda, la cual a su vez está rodeada por un jardín donde se erigen las estatuas de Jalisco a sus hijos esclarecidos.

La de Arreola quedó colocada en el ala sur del jardín, junto a la de Leonardo Oliva, médico del siglo XIX.

La obra incluye un taburete donde reposa un libro abierto (Confabulario), un tablero de ajedrez y una pluma fuente. Mide dos metros, pesa 220 kilogramos y costó medio millón de pesos según la Secretaría de Cultura local.

A la izquierda está la escultura del ex gobernador y general Marcelino García Barragán, quien fue secretario de la Defensa Nacional durante la matanza de Tlatelolco, en 1968.

–Queda espacio para poner otra en medio. ¿Le gustaría que fuera la de Juan Rulfo?

–Probablemente –contestó Orso Arreola.

–¿Por qué no con capa, su imagen más conocida?

–La capa es cuando ingresa a la televisión; era un gran actor, con la capa y con otros atuendos hacía el personaje de sí mismo que era Juan José Arreola, pero esas dotes de actor le dieron gran resultado y éxito en la televisión. Y como maestro no se diga, daba gusto cómo actuaba sus clases.