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Los aparatos pueden detectar a los autos antes de que lleguen al cruce, afirma

Investigador de la UNAM crea semáforos inteligentes para ciudades como el DF

Carlos Gershenson explica que utiliza un método matemático para mejorar la viabilidad

 
Periódico La Jornada
Martes 6 de octubre de 2015, p. 3

La aplicación de las matemáticas para mejorar la vialidad en las grandes urbes, como la ciudad de México, es posible y su empleo hará más eficiente la circulación, como lo demuestra la propuesta basada en el uso de alogaritmos, la cual consiste en usar semáforos autoorganizantes, el cual regulará el tránsito de autos y peatones en las intersecciones de los caminos.

Carlos Gershenson, del Instituto de Investigaciones en Matemáticas Aplicadas y en Sistemas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), mencionó lo anterior y añadió que entre más y mejor se comprenda cualquier fenómeno, se está en posibilidades de enfrentarlo.

Por eso, se propuso el uso de alogaritmos (que se definen como una serie de instrucciones o reglas establecidas que, por medio de una sucesión de pasos, permiten arribar a una solución) para comprender el tránsito urbano y teóricamente, dijo, se ha visto que se puede mejorar.

El jefe del Laboratorio de Sistemas Autorganizantes señaló que la manera tradicional de coordinar semáforos no es la mejor y que existen otras posibilidades para llegar a una semaforización “inteligente.

Tradicionalmente los semáforos tratan de coordinarse desde un centro de control, pero con aparatos autónomos que respondan a las condiciones de tráfico cercanas a ellos, se podrían coordinar de manera descentralizada, es decir, se autoorganizarán, apuntó en entrevista para la Academia Mexicana de Ciencias.

Un semáforo autoorganizante necesita de sensores para detectar vehículos antes de que lleguen a una intersección. Después el aparato sigue reglas sencillas para cambiar de alto a siga y viceversa. La regla principal da preferencia a las calles con mayor demanda. Esto hace que calles con pocos vehículos esperen más dando oportunidad a otros de llegar y juntarse.

Sobre esos sensores, Gershenson comentó que hay gran cantidad de ellos en el mercado: en México, las cámaras tendrían un buen balance de costo y confiabilidad, pero en ciudades con neblina o nieve las cámaras no son confiables, entonces se pueden usar otros sensores como bucles de inducción, radares o sensores infrarrojos.

El investigador destacó que existe gran variedad de propuestas de semáforos autoorganizantes. En paralelo conmigo, Stefan Lämmer y Dirk Helbing plantearon esta tecnología con ciertas variantes.

Sobre estas diferencias, detalló que la principal radica en los métodos, Lämmer y Helbing consideran duración de ciclos, y nosotros optamos porque todos los cambios son por demanda de vehículos o peatones.

Los argumentos que defienden a los semáforos autoorganizantes indican que con ellos se reducirán tiempos de espera en promedio a la mitad, en comparación con un método tradicional.

Respecto a cómo se podría aplicar el sistema, respondió que el año pasado la Secretaría de Ciencia y Tecnología del Distrito Federal los invitó a proponer un proyecto piloto, pero no logramos coordinarnos con la Dirección General de Obras, por lo que a la fecha no se ha podido iniciar.