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Ciudad Perdida

Política loca

Candidaturas independientes

¿Engaño a quién?

P

or si algo faltara para afirmar que la política se ha vuelto loca, hay quienes dicen, bueno, hasta aseguran que El Bronco (Jaime Rodríguez Calderón), nuevo gobernador de Nuevo León, será uno de los candidatos a la Presidencia de la República en 2018, sólo porque ganó la elección de su estado, sin montarse en el caballo de algún partido político, aunque aún está marcado y responde al fierro azul del panismo.

Los comentarios que a eso se refieren hablan en el fondo de las candidaturas independientes –otro Fox no lo aguanta México–, que abren la posibilidad tan ansiada, por la derecha, de acabar con los partidos políticos, y desde luego, con los políticos de carrera, que son, de todas formas, peligrosos para los intereses de los negociantes de todo. En pocas palabras: si la política se ha convertido en un tianguis –dicen–, modernicémosla y construyamos sobre sus ruinas un atractivo supermercado donde no quepan los marchantes.

Con esa idea también se han ido despojando hasta de pasados incómodos los que pretenden algún puesto político, de esos de gabinete. Ya les comentábamos en algunas entregas anteriores que en la Secretaría de Gobierno del Distrito Federal aterrizó una calderonista, protegida por el titular de Desarrollo Económico, Salomón Chertorivski, quien, aunque usted no lo crea, trabaja, para un gobierno ¡de izquierda!

A Miguel Ángel Mancera, jefe de Gobierno del DF, la moda de los independientes le debe caer de maravilla. Él no tiene que despojarse del pasado partidista; nunca ha querido militar en alguna organización partidista, y su discurso tiene más que ver con los resultados que muestra su labor que con la orientación señalada por alguna de las corrientes, por ejemplo, del socialismo. Así que de la moda, lo que acomoda, y a Mancera esta le viene a la medida, por donde se le vea.

Lo malo es que con ese esquema de quien quiera, a quien le guste, que se anote, porque puede convertirse en Presidente, nos puede caer encima otro lenguaraz, lleno de dichos y vacío de ideas, como fue el caso de Vicente Fox, quien sí le hizo daño a México y que camina, sin embargo, por el sendero de la impunidad con total desvergüenza.

Por su lado, Miguel Ángel Mancera entendió que no se puede ganar una carrera por la Presidencia de la República si ese fuera el ejemplo, con el peso sobre la espalda del desprestigio social de las organizaciones que participan en las elecciones como partidos políticos, aunque necesitara de ellos y de su organización, y de sus mañas, porque eso es lo que hoy por hoy contienen las contiendas electorales. Nada más.

Los partidos políticos, sin contar entre ellos a Morena, que recién surge, pueden estar seguros de que postulen a quien postulen para la Presidencia de México, el rechazo de la población a su quehacer los hará perdedores ipso facto, y tal vez no tenga que ver con el personaje, sino con el o los partidos que lo apoyen, y si buena parte de esos institutos políticos le lanzan su apoyo a un candidato independiente, ciudadano, creerán que será suficiente para lavarse la cara, pero esta ciudadanía ya no se traga esas, de ninguna manera.

Total, quienes supuestamente deciden ya optaron por la muerte, o cuando menos la cooptación de casi todos los partidos políticos, porque lo que sí deberíamos decir es que no todos son iguales. Ya veremos.

De pasadita

No todo está dicho en eso del cambio de estafeta en las delegaciones políticas del DF. Los saqueos y las simulaciones, como las de Valentín Maldonado, delegado de Coyoacán, a quien tiene, dicen, amenazado el ex delegado, y que dice no haber encontrado ninguna anomalía en esa demarcación, es una prueba, pero en los nombramientos es donde se esconde el diablo. Ya veremos.