Estados
Ver día anteriorViernes 9 de octubre de 2015Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio

Cinta asfáltica deteriorada, baches, filtraciones y al menos un puente dañado; abrió en 2013

La autopista Durango-Mazatlán, plagada de fallas de construcción

Automovilistas alertan sobre los peligros de circular de noche; prefieren utilizar la vía federal

Incumplió Capufe inversión de $400 millones en reparaciones e instalación de salidas de agua

Foto
Aspecto del túnel El Carrizo, en el kilómetro 164 de la autopista Durango-Mazatlán, donde se observan los cables rotos de un puente. La obra cumplirá apenas dos años el 17 de octubreFoto Saúl Maldonado
Corresponsal
Periódico La Jornada
Viernes 9 de octubre de 2015, p. 33

Durango, Dgo.

La autopista Durango-Mazatlán, la más moderna e importante construida en un siglo –según la han definido el ex presidente Felipe Calderón Hinojosa y su sucesor, Enrique Peña Nieto–, está llena de baches, filtraciones de agua, desperfectos en sus túneles y daños en por lo menos uno de sus 115 puentes.

Inaugurada apenas el 17 de octubre de 2013 por Peña Nieto, la vía de 230 kilómetros que une el Pacífico con el Golfo de México ya requiere rehabilitación.

En los 100 kilómetros que separan las ciudades de Durango y El Salto, la carpeta asfáltica está tan destrozada que es necesario circular a baja velocidad para no caer en los hoyos.

Viajar de noche es aún más peligroso, por la dificultad de ver los baches, señala Julio Ávila, propietario de una tienda de refacciones para maquinaria pesada. A su automóvil se le reventó una llanta y el rin se rompió al caer en un agujero.

Diana Ocón, presidenta del Consejo Coordinador Empresarial de Durango, sostuvo que al menos en esos 100 kilómetros la gente de Durango prefiere viajar por la carretera libre; sólo los que llegan de otro estado y van a Mazatlán prefieren hacerlo por la autopista.

En marzo de 2014, cinco meses después de inaugurada, Caminos y Puentes Federales de Ingresos y Servicios Conexos (Capufe) anunció una inversión de 400 millones de pesos para reparar los daños en 100 kilómetros, además de realizar obras complementarias para permitir la salida del agua de lluvia, omitidas en su momento.

Pero concluyó 2014 y no se invirtió ni un peso. A finales de ese mismo año Capufe anunció para 2015 una inversión de más de 200 millones de pesos en trabajos de bacheo, con lo cual la erogación pendiente sumaba 600 millones de pesos.

Secuelas de derrumbes

La vía tiene 68 túneles; en los domos de dos hay agujeros causados por derrumbes. Capufe los está reparando y sólo hay circulación en un carril. Otros túneles tienen filtraciones de agua que también necesitan arreglo.

Se trata del túnel Pánuco, ubicado en el kilómetro 185, donde un deslave provocó grandes hoyos en el techo, por donde se colaron tierra, lodo y piedras a la carpeta asfáltica. El otro es El Carrizo, ubicado en el kilómetro 164, donde un deslave del cerro adyacente perforó el domo.

En septiembre pasado La Jornada solicitó a Capufe un informe detallado de los trabajos que realiza en la autopista, así como los daños que presenta. Aunque dijo que contestaría lo más pronto posible, no lo ha hecho.

Jorge Herrera Caldera, gobernador de Durango, reconoció la necesidad de que Capufe o la Secretaría de Comunicaciones y Transportes soliciten recursos al Banco Nacional de Obras y Servicios Públicos (Banobras) para reparar las fisuras en los túneles antes de que se hagan más grandes y puedan provocar un accidente o un deterioro mayor.

En un recorrido, La Jornada observó en el kilómetro 164, antes de entrar al túnel El Carrizo, que al puente del mismo nombre se le reventaron los cables inferiores que lo mantenían en equilibrio y están siendo remplazados. Esta obra está hecha con las patas, comentó uno de los trabajadores.