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Dos veces única, mural de palabras, intenso y emocionante
 
Periódico La Jornada
Sábado 10 de octubre de 2015, p. 2

Un gran mural de palabras, intenso y emocionante, significa la novela Dos veces única (Seix Barral), de Elena Poniatowska, donde recrea la vida de Lupe Marín, mujer de Diego Rivera y personaje extraordinario del siglo XX.

Así describió la obra el periodista Javier Aranda Luna, al presentar la novela la noche del jueves, en el Antiguo Colegio de San Ildefonso, donde estuvo acompañado por Guadalupe Rivera Marín, Diego Julián López Rivera y la Premio Cervantes de Literatura.

La autora de La noche de Tlatelolco fue recibida en el anfiteatro del recinto de la Universidad Nacional Autónoma de México –donde se encuentra el mural La creación, de Diego Rivera– con una alegre porra y nutridos aplausos de los asistentes, entre los que figuraron la familia de Lupe Marín, escritores, amigos y lectores de Poniatowska.

En su estilo ameno, la autora recordó: Todos los niños de la familia se llaman Diego, es como si fuera una espada que cae encima de sus cabezas, y no sé si los deja vivir, pero creo que es una familia marcada a sangre y fuego por la celebridad y, quizá la celebridad tenga poco que ver con algo que para mí, para ustedes, para nosotros, es el amor. Y al escribir estas páginas me preguntaba: ¿dónde está el amor?

Dos veces única, detalló Aranda Luna, “es una novela emocionante, como Tinísima y Leonora, por esa recuperación que hacen de un México vibrante, cuyas ondas expansivas aún nos alcanzan. Pero, también emociona por esa forma que Poniatowska ha perfeccionado libro tras libro para contarnos historias”.

Hay que recordar, dijo el colaborador de La Jornada, que el interés de Elena en materia de escritura es contarnos historias a través de novelas, crónicas, con personajes casi todos, creo que todos, de carne y hueso.

De esta forma, “como en los muros de Diego Rivera, Dos veces única es un mural con colores intensos y muchísimos personajes”.

Allí están, siguió Aranda Luna, los miembros del grupo Contemporáneos, pero no como los han retratado con demasiada frecuencia, es decir, subidos en pedestales de mármol, ni envueltos en incienso por haber combatido al nacionalismo de entonces y por haber apostado a la cultura universal.

Tras hacer un recuento de infinidad de detalles, anécdotas y personajes que Poniatowska devela en la obra, Javier Aranda puntualizó: Esta novela tiene, como todos los grandes libros, lecturas para distintos públicos: para el erudito cazador de datos; para el lector medio, que aunque conoce algunas anécdotas de la vida de los personajes puede comprobarlas o ampliarlas, y para quienes se acercan a una novela a descubrir una historia, un mundo emocionante que desconocían.

El periodista y conductor dijo que las novelas de Poniatowska generan una especie de campo magnético. “Su prosa imantada por el fluir mismo de la escritura y su riquísimo sedimento de datos nos permiten escuchar a la mismísima Lupe Marín, acercarnos al secreto de la pasión de Diego por Frida o a un Salvador Novo –a quien siempre hemos visto en pose de desplante y con muchos y vistosos anillos– atrincherado en su oficina por el miedo que le produce La Prieta Mula”, como llamaba el muralista a su mujer.