Rehén del pasado

Diane Benson

“Más que nada, escribo sobre el dolor y la recuperación. Quiero mover a la gente, hacerla sentir tristeza y luego esperanza. A veces, reír en medio de la desesperación. No importa qué. La esperanza es su consecuencia. Tomo prestado de mi vida cuando escribo. Dicho en breve, he escrito toda mi vida. Bueno, desde que pude sostener un lápiz y trazar las letras. Habiéndome criado en numerosas casas de adopción en circunstancias que propician el abuso, mi escape fue la escritura. Por curioso que parezca, nunca fui la mejor en gramática, pero siempre estuve conciente de los ritmos de la expresión. Aunque luego me hice actriz, fui una niña muy tímida, así que en vez de hablar escuchaba lo que decía la gente, observaba sus gestos y como se relacionaban unos con otros”.

De este modo se retrataba Diane Benson hacia 1990. Nacida en 1954, pertenece a la tribu tlinguit y reside en Chugiak, cerca de Anchorage. El tiempo la llevaría a ser muchas cosas más. Ya en 1975 había sido la primera mujer trailera en Alaska. Además de poeta, actriz de teatro y cine, dramaturga, periodista, promotora de grupos artísticos y funcionaria cultural. En 2006, cuando su hijo en servicio militar resultó herido de gravedad en la guerra de Irak, optó por la política y en un estado republicano como el suyo se postuló como candidata del Partido Demócrata al Congreso de Estados Unidos; si bien no ganó, obtuvo una votación históricamente alta. También infructuosamente, fue postulada como vicegobernadora de Alaska. Se doctoró en ciencias políticas y desde entonces se dedica al servicio civil comunitario.

El poema que publica Ojarasca significa un momento fundamental de la antología Cuervo cuenta historias (Raven Tells Stories. An Anthology Of Alaskan Native Writing, editada por Joseph Bruchac, The Greenfield Review Press, Nueva York, 1991). Refleja el ambiente de las resistencias indígenas y populares en los años 80 del siglo pasado, preludio de lo que sería el despertar de los pueblos originarios de todo el continente en la década de los 90

 

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La escritora tlinguit Diane Benson lo mismo ha sido productora de video, actriz y política que trailera en Alaska

 

Madre,
Abuela cuidando
Madre que gira, escupe, tiembla
Aceitosa, resbalosa,
Sofoca las bahías de su vientre enterrado,
Sopla
Con furia.
Abeto que grita su pena
Destrozado.
Abuela cuida.
Vidas enclaustradas, entre ellas cuerdas tensas,
Van a la desesperación,
Se unen a seres frágiles
Demasiado veloces para escuchar.
Y si me tiñera de azul el pelo,
A quién le importa,
Total las palabras escurren de los labios mudos.
Como aquellos antes de mí,
Con menor nobleza
Arranqué de tu rostro el orgullo
Para alcanzarte a través de los barrotes
Y tocar la parte tuya ancestral.
Abuela
Mirabas al decir que eso
Nunca sucede en la familia.
Somos libres ¿acaso no?
La policía nos escolta a la Escuela de Indios,
Así fue para ti
La mano misionera
Que te arrancó el nombre.

Y sucede.
Me planté tras las rejas sometida y desafiante
Con manchas de autoindulgencia en el rostro
Silenciada como mis hermanas
Por el poder de los violadores,
Las bocas tapadas con cinta.
Como mis hermanos
Torcidos del brazo por la pobreza,
Torcidos tras las rejas,
Rejas, Rejas por las que vagué en busca de luz.
Luces, de neón, ¡brillantes!
Correcto. Correcto.
Incorrecto.
No tan así.
Cierran las celdas de un portazo. Silencio.

Sucede en nuestra familia,
Hombres y mujeres por igual,
Mal guiados por el descuido
Y las malas acciones
De los barones del dinero.
Prisioneros del Departamento del Tesoro.
El yen es rey.
Atrapados por el dólar
En una jaula de verdades a medias:
La Posada de la Infelicidad.
Abuela, inmóvil,
Miraba en su último aliento
Dos días antes de Navidad.
Tuvo un sueño de paz
Y cayó no obstante.
¿Qué pasa en esta familia?
La familia del hombre.
Celebramos recuerdos,
Ceremonias del pasado.
Hace 107 años
La Marina de Estados Unidos
Bombardeó Angoon
En defensa de un traficante
que arponeó a un chamán
y se negaba a pagar su crimen.
Los niños fueron víctimas.
Abuela mirando.
Los niños fueron víctimas.
¿Está mirando?
Cuencas vacías.
Ellos niegan las fosas masivas
En Sudáfrica, en Etiopía,
en Nicaragua, en Stika.
Mentiras en masa, odios en masa,
Intoxicaciones en masa,
En la masa se parapeta Noriega,
Números en masa, asesinos seriales,
Suicidios en masa.
Son muchos los dólares
Que se cobra el genocida.
Familias, igual que en Panamá desgarrada,
borracha, rota, apagada,
prendida, puesta a girar.
Abuela mira.
El cuervo llama a la noche.
Ella responde a las erupciones con una danza,
Sonidos de tiempo atrás.
Los espíritus que mira
Alcanzan a siete generaciones,
Y ya no aceptan más opresión.
El abeto se yergue firme
El cedro se dobla
Los curadores evocan
La verdad de los ancestros.

Nuestra madre la Tierra está saqueada.
Resistimos. No nos vamos.
De Irán a Panamá, somos rehenes en los 80’s.
Rehén del pasado,
También yo me la creí.
Al fin se esfuma la noción que nos perdía.
Hay fuerza indígena
Aunque masacren la Amazonía.
La chispa del viejo conocimiento
Se colgará al bulto de nuestro ser,
Y así será siempre
Mientras haya quien se alce
Y abuela esté mirando.

Traducción del inglés: Hermann Bellinghausen