El líder regional del cártel Guerreros unidos en los municipios de Iguala y Cocula, Gildardo López Astudillo, El Gil, ordenó que los ocho halcones (vigilantes) y sicarios que estuvieron directamente involucrados en la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa se ocultaran en el poblado de Apetlanca, municipio de Cuetzala del Progreso, Guerrero, bajo el cobijo del comisario municipal.

En los documentos desclasificados por la Procuraduría General de la República (PGR), se menciona que El Gil ocupaba un rango doble de mando, ya que controlaba dos municipios y se encargaba de las relaciones y nexos con los alcaldes de la zona, por eso se le conocía como doble capitán, y en ese contexto ordenó al funcionario municipal de Cuetzala del Progreso que ocultara a miembros de Guerreros unidos.

En sus declaraciones ministeriales, los presuntos homicidas, hoy sujetos a proceso penal, señalaron que el comisario municipal, Darío Morales Sánchez –quien también formaba parte de Guerreros unidos– los resguardó en varios domicilios.

Jonathan Osorio Cortés, El Jona, uno de los acusados de participar en la desaparición de los normalistas, declaró a la Procuraduría General de la República (PGR): “todos estuvimos más de 10 días entuzados en Cocula; el 11 de octubre nos recogieron las armas y nos mandaron a Apetlanca, allí el comisario Darío Morales apoyó con comida y hospedaje.

“Nos distribuyó en diferentes partes del pueblo, y luego de una semana nos dijo que nos fuéramos porque el Ejército ya andaba deteniendo a los de Guerreros unidos y que si nos encontraban nos iban a detener.

Darío Morales era parte de la organización, aseguró El Jona, quien indicó a la PGR que ese grupo criminal controlaba las comunidades de Tiaquizolco, Chilacachapa, Cuetzala, Ahuayotitla, La Lagunita y Tlanquilpa.

La parte de la indagatoria de la PGR sobre el caso Iguala que ha sido desclasificada también contiene otro testimonio de una persona cuyo nombre fue reservado. Refirió que en Apetlanca se refugiaron los sicarios y halcones identificados como El Pelón, El Chereje, El Trompas, El Bimbuñuelo, El Duba, El Mente, El Persing, El Triquis, El Primo y Jaime.

Cuando el Ejército y la Policía Federal extendieron la búsqueda de los normalistas hasta la zona de Apetlanca, sobre todo porque surgieron rumores de que los estudiantes podían haber sido llevados a una zona de cuevas, el comisario municipal les pidió a quienes tenía ocultos que abandonaran la comunidad.

El comisario Darío Morales fue detenido y se encuentra sujeto a proceso penal, según las constancias ministeriales.

Algunos de los sicarios y halcones regresaron a sus casas en Cocula e Iguala y fueron detenidos; otros huyeron hacia Morelos, donde también fueron localizados y luego puestos a disposición de la PGR. La mayoría están presos en Tamaulipas.