Directora General: Carmen Lira Saade
Director Fundador: Carlos Payán Velver
Suplemento Cultural de La Jornada
Domingo 11 de octubre de 2015 Num: 1075

Portada

Presentación

Hugo
Ricardo Yáñez

Sueño y realidad
Aleyda Aguirre Rodríguez

Berlín a fuego lento
Esther Andradi

Borodinó, Zagorsk
y María Mercedes
Carranza

Jorge Bustamante García

La suerte de los libros
Leandro Arellano

Guillermo Jiménez, un
narrador de provincia

Hiram Ruvalcaba

Juan Manuel Roca: la
extrañeza y la lucidez

José Ángel Leyva

Grecia, una
crisis anunciada

Mariana Domínguez Batis

Théodore Géricault y
la otra mitad del otro

Andrea Tirado

Leer

ARTE y PENSAMIENTO:
Bitácora bifronte
Jair Cortés
La lucha
Thanasis Kostavaras
Mentiras Transparentes
Felipe Garrido
Al Vuelo
Rogelio Guedea
La Otra Escena
Miguel Ángel Quemain
Bemol Sostenido
Alonso Arreola
Las Rayas de la Cebra
Verónica Murguía
Cabezalcubo
Jorge Moch
La Casa Sosegada
Javier Sicilia
Cinexcusas
Luis Tovar


Directorio
Núm. anteriores
[email protected]
@JornadaSemanal
La Jornada Semanal

 

Rogelio Guedea
[email protected]

Malos negocios

Para Hugo Gutiérrez Vega, in memoriam

Tengo una secreta admiración por los comerciantes, ésos que compran barato y venden caro. Yo nunca he podido. Todo lo he comprado caro y vendido barato. Siempre pierdo. Otros, en cambio, venden al triple lo que compraron a precio de remate. O eso es lo que me dicen. Porque esa es otra: como los amigos ya me conocen, en los convivios familiares lo primero que hacen es contarme sus hazañas comerciales. ¿Ves ese coche? Sí. Ah, pues lo compré a mil pesos y mañana me lo pagan a diez mil. Siempre termino con los hombros caídos. Tan errada llevo la vida, me dijo un día un amigo, que me dediqué a un oficio ingrato. Y, aunque me duela, es así. Los poemas que he escrito me han costado noches y nunca, a decir verdad, me han servido ni parar abrir la caja fuerte de un banco ni, siquiera, para enamorar a una mujer. Nada. He decidido, sin embargo, gritar este destino cruel: amigos, yo soy de los que compran caro y venden barato. Soy de los que pierden siempre. Así que, ahora que ya lo saben, vengan a casa cuando se encuentren derrotados y quieran ganar.