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México SA

México: un galardón más

Ahora, por pobreza infantil

Tercer lugar en la OCDE

P

us nada, que este México en decaimiento (versión corregida de la oferta original de Peña Nieto) no deja de acumular negros galardones internacionales. El más reciente, que no el último, es por ocupar el tercer lugar en pobreza infantil entre las naciones (34 en total) que dan cuerpo a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), paradójicamente conocida como el club de ricos.

Así es: uno de cada cuatro niños (25.8 por ciento del total nacional) se encuentra en tan crítica situación en este (también) México sin hambre (EPN dixit), de tal suerte que en las naciones de la OCDE sólo los infantes israelitas (28.5 por ciento) y turcos (28.4 por ciento) rebasan a los mexicanos. Y Chile (presumido por los tecnócratas como el gran ejemplo latinoamericano de cómo se hacen bien las cosas) se ubica en el cuarto lugar en pobreza infantil (23.5 por ciento), España en el escalón número cinco (21.7 por ciento de sus niños viven en hogares con un ingreso menor a la mitad del promedio nacional) y (¡sorpresa!) Estados Unidos en el seis (20.5 por ciento).

La información es de la propia OCDE, organización a la que México ingresó en marzo de 1994, cuando el gobierno salinista presumía, en medio del levantamiento zapatista y el asesinato de Luis Donaldo Colosio, que tal incorporación era muestra irrefutable de que el país había entrado al primer mundo y por la puerta principal.

Actualmente, asegura la OCDE, la población infantil está pagando un precio muy elevado por la creciente desigualdad, pues entre las naciones que la integran la pobreza por ingresos afecta (en promedio) a uno de cada siete niños (uno de cada cuatro en el caso mexicano) y el 10 por ciento vive en hogares con todos sus miembros desempleados. Desde el comienzo de la crisis económica, la tasa de pobreza infantil ha aumentado en dos tercios en los integrantes de la organización y supera a la de la población general en la mayoría de los países.

El citado organismo actualizó su estudio ¿Cómo es la vida? (2015), en el que destaca que en entornos más privilegiados los niños suelen tener mejor salud y su escolarización es más feliz. Los niños de familias más desfavorecidas, en cambio, afirman tener menos compañeros de clase que se portan bien con ellos y que les ayudan, y es más probable que sufran bullying en la escuela. Las cifras de satisfacción con la propia vida, de habilidades de lectura y resolución de problemas, de comunicación con sus padres y su intención de votar en las elecciones nacionales cuando sean grandes son menos positivas cuando se trata de niños de entornos menos favorecidos. La creciente desigualdad entre los padres termina minando las oportunidades de sus hijos.

En el caso mexicano, el informe subraya que en comparación con los niños de otros países de la OCDE, el niño mexicano promedio se desarrolla en condiciones de vida muy bajas y la tasa de pobreza por ingreso llega a 25.8 por ciento. Sin embargo, desde 2007, México ha visto mejoras en la tasa de mortalidad infantil, el bajo peso al nacer (aunque se mantiene por debajo del promedio de la organización) y en la tasa de natalidad entre las adolescentes.

México reporta severos problemas en cuanto a capacidad de lectura entre los jóvenes de 15 años, y el 15.5 por ciento de los mexicanos de entre 15 y 19 años de edad carecen de empleo, educación y capacitación. Eso sí, celebra la OCDE, el país funciona bien, porque en términos de participación cívica 86.2 por ciento de los jóvenes de 14 años tiene la intención de votar en las elecciones cuando sean adultos. Carne para la insaciable clase política.

Ya en 2009, en pleno para vivir mejor (Calderón dixit) la propia OCDE reportó que el bienestar material de los niños en México es muy inferior al promedio de la OCDE. Los niños en México crecen en familias con ingresos medios muy bajos en comparación con otros países de la organización. El 22.7 por ciento de los niños mexicanos crece en la pobreza relativa, superando sólo a Turquía en este aspecto, pero manteniéndose muy por debajo del promedio de 12.4 por ciento de la OCDE. Además, México tiene la tasa más alta de niños que carecen de posesiones esenciales para una buena educación, viéndose más de uno de cada diez niños privados de herramientas de estudio como una computadora y conexión a Internet, un escritorio o lugar tranquilo para estudiar, o libros.

Seis años después, la situación empeoró y el porcentaje de niños en condiciones precarias se incrementó tres puntos porcentuales, y contando. Lo mejor del caso es que en esta República de discursos se machaca en que los niños son el futuro del país, y si así piensan construir el futuro nacional entonces México está condenado a permanecer en el hoyo.

En una visión más amplia, la OCDE reseña que el ingreso familiar disponible promedio per cápita en México es menor al de la organización, y advierte que tanto la tasa de desempleo de largo plazo como el riesgo de que los trabajadores pierdan su empleo (el indicador utilizado para evaluar la seguridad en el empleo) “son relativamente bajos respecto de otros países de la OCDE, pero 28.8 por ciento de los empleados mexicanos suelen tener horarios laborales superiores al promedio de la OCDE, de sólo 12.5 por ciento.

Detalla que en México las desigualdades regionales en ingreso y empleo son mayores a las observadas en otros países de la OCDE. El ingreso familiar disponible neto ajustado es casi tres veces más alto en el Distrito Federal que en Chiapas. Con respecto a la pobreza relativa de ingresos, en tanto que 5.4 por ciento de los habitantes del Distrito Federal tienen un ingreso inferior a la mitad del ingreso medio del país, en Chiapas el porcentaje es de 48.9 por ciento. Por su parte, las tasas de desempleo fluctúan entre 1.5 por ciento en Guerrero y 6.8 por ciento en el Distrito Federal.

En relación con el logro educativo, puntualiza la OCDE, en el Distrito Federal 57.6 por ciento de la fuerza laboral tiene por lo menos secundaria concluida, en tanto que en Chiapas sólo 26.9 por ciento. De igual forma, México registra una elevada variación regional en la calidad del aire. El porcentaje de familias con conexión de banda ancha fluctúa entre 55.1 por ciento en Nuevo León y sólo 9.5 por ciento en Chiapas.

Las rebanadas del pastel

Y para quienes duden, el ganador del Premio Nobel de Economía 2015, Angus Deaton, manda mensaje: América Latina es la región del mundo con el más bajo nivel de confiabilidad en las cifras del estado de la pobreza de sus habitantes; las cifras no son creíbles para nada (allí les hablan, Sedesol y Coneval)

Twitter: @cafe-vega