Sociedad y Justicia
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Sus opiniones no influirán en la decisión final, consideran investigadores de esas áreas

Poca presencia de humanidades y sociales en el proceso para designar rector de la UNAM

De 14 nombramientos por la Junta de Gobierno, sólo cuatro han sido representantes de esas ramas

 
Periódico La Jornada
Jueves 15 de octubre de 2015, p. 37

En el seno de la Junta de Gobierno (JG) de la UNAM hay preocupación debido a que a siete días de que termine la etapa de auscultación entre la comunidad –como parte el proceso para designar al siguiente rector– la participación de investigadores del área de humanidades y ciencias sociales ha sido baja.

Así lo confirmaron integrantes de ese organismo –al que por ley corresponde desde 1945 realizar la designación de autoridades universitarias–, quienes incluso han exhortado a algunos aspirantes al cargo a acercarse a las comunidades de los institutos y centros de esas áreas a fin de motivar su participación.

Investigadores entrevistados al respecto descartaron que sea falta de interés, pero consideraron que su presencia ante la JG no es relevante, porque sus opiniones no influirán en la decisión final.

Indicaron que es precisamente el trabajo de la UNAM en humanidades lo que la tiene en los primeros lugares a escala global y que éstas deberían ser un tema central en los proyectos de los candidatos.

De los 14 rectores nombrados a partir de la creación de la JG, sólo cuatro han provenido de disciplinas sociales. Se trata de los abogados Genaro Fernández MacGregor, Luis Garrido y Jorge Carpizo, y el sociólogo Pablo González Casanova.

Álvaro Matute, investigador emérito de la UNAM y ex integrante de la Junta de Gobierno, aseveró que la rectoría nunca ha sido ocupada por un universitario de una disciplina de humanidades. Las humanidades clásicas no han estado prácticamente, sino las ciencias sociales, que son sus primas hermanas. (Si bien) representan a un sector, esto no es de cuotas o gremios. No ve mal el que la mayoría de los aspirantes en el actual proceso provenga de otras áreas. Cada sector da lo que tiene. Si bien hemos tenido gente destacada en humanidades, creo que no hay vocaciones político-administrativas en el sector humanista clásico que la impulsen a postularse.

Para entender por qué las humanidades no llegan a la rectoría, Silvestre Villegas, del Instituto de Investigaciones Históricas, vuelve la mirada a los que, dice, son los sectores más poderosos de la universidad: los médicos, los ingenieros y los abogados. Las últimas administraciones corresponden a esas profesiones. Pero no se trata de si el futuro rector es médico o filósofo, sino de cuál va a ser el proyecto en relación con las ciencias duras y las sociales y humanidades.

Alejandro Canales, del Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación, consideró que los aspirantes han estado alejados de las comunidades de los institutos humanistas. En su instituto –que se encarga del estudio de temas universitarios– se les invitó a discutir temas relevantes para la UNAM, pero no han asistido y se han limitado a reunirse con los directores de los institutos de esas disciplinas en la Coordinación de Humanidades. Hemos visto más las expresiones de los candidatos en los medios que con nosotros.

Pilar Gilardi, investigadora y profesora del posgrado en historia, no diría que hay apatía en su sector, pues en la semana pasada investigadores del área de humanidades la han invitado a firmar cartas de apoyo a tres de los aspirantes o a conocer sus proyectos. Pero considera que en México y en el mundo normalmente las humanidades se ven como una cuestión de segundo orden.

Francisco Quijano Velasco, investigador y profesor de la Facultad de Fiolosofía y Letras, opina que en ninguno de los proyectos de trabajo de los aspirantes las humanidades ocupan un espacio central. Pero tampoco percibe falta de interés en el proceso. Sé que hay gente de humanidades muy involucrada en esto. Si hay algunos que se han alejado del proceso no es por falta de interés por la universidad, sino por desconfianza respecto a si dar su opinión a la JG puede influir en la decisión que tomen.