Opinión
Ver día anteriorSábado 17 de octubre de 2015Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Infancia y Sociedad

Para educar empresarios

H

ay tareas que son prácticamente imposibles. Pero sobre todo, como en el chiste del foco, poco importa cuántos sicólogos traten de cambiarlo, lo importante es que el foco quiera cambiar… Y los empresarios, generalmente cegados por el poder de su dinero, se creen autosuficientes, incluso para pensar. Como buenos hombres de éxito nunca dudan de sus propios juicios y creen que se las saben todas. No obstante confunden la moral capitalista con la ética; a las políticas de la empresa les llaman filosofía y de pedagogía y sociología de la educación dudo que sepan un botón.

Sin embargo, un diálogo del magisterio con los empresarios quizá sea más factible y fructífero que con el nuevo gerente de la SEP que, como ha quedado claro, tiene igual que su gran jefe órdenes precisas que cumplir; ambos tienen prohibido dudar y sus criterios propios sobre educación o lo que sea –si los tienen– no cuentan, pues sus amos no les dan libertad de decisión.

El Estado ha incumplido su tarea educativa por lo menos en los 27 años pasados. Ricos o pobres hemos sido igualmente estafados. Sería interesante que los maestros preguntaran a los empresarios si les gustaría vivir en un México en que toda la gente supiera leer, escribir y pensar; invitarlos a reflexionar qué tan buen negocio puede ser privatizar la educación en un país en el que tres de cada cuatro niños viven en hogares demasiado pobres, y ¿tendrán con qué pagar la escuela?

¿No se dan cuenta los empresarios que el gobierno, sin reducir sus gastos ni su personal, les quiere endosar la tarea que no ha cumplido ni quiere cumplir?

A veces los ricos no son, pero parecen ingenuos. Recuerdan el estupendo cuento de Juan José Arreola, en que los más grandes millonarios del mundo dan fondos a un equipo de científicos para que intenten desintegrar molecularmente un camello, de tal modo que pueda atravesar por el ojo de una aguja y lograr su reintegración después. De lograrlo, la sentencia bíblica podría ser superada y los ricos al morir podrían entrar al reino de los cielos… ¡ja¡

Y qué tal si, ya que la evaluación es –según la SEP– un instrumento prodigioso para mejorar la realidad, maestros, empresarios y todos nosotros exigimos juntos una evaluación de fondo: una auditoria que dé cuenta de cantidades y proporciones de dinero gastado por la SEP (en 27 años) en sueldos de burócratas y salarios de maestros; cuánto dinero se ha gastado en viáticos de funcionarios y prebendas y cuánto en infraestructura de escuelas o capacitación de maestros. Hay que conocer también el gasto de libros de texto fallidos y de cientos de miles de tabletas subutilizadas.