Directora General: Carmen Lira Saade
Director Fundador: Carlos Payán Velver
Director: Iván Restrepo
Editora: Laura Angulo
Número Especial noviembre 2015 No 202

Arte: Francisco Toledo

Presentación

Iván Restrepo

Hace cinco años, la ciudadanía de Oaxaca celebró la elección de Gabino Cué como gobernador de la entidad. Aire fresco llegaba al máximo cargo luego de dos administraciones desastrosas del Partido Revolucionario Institucional. Elegido por una coalición de organizaciones de oposición, Cué sería el parteaguas, una manera de hacer política diferente y en bien de la población y de su medio ambiente. Oaxaca cuenta con la mayor variedad de ecosistemas del país y sobresale por su enorme biodiversidad, que contrasta con su extrema pobreza.

A trece meses de entregar su cargo, el desencanto marca el fin del sexenio que despertó tantas esperanzas. Al problema de los maestros se suma el descuido mostrado en cuanto a la contaminación de sus fuentes de agua, la deforestación y la pérdida de biodiversidad. O en la defensa de una de las áreas naturales más importantes de América: Los Chimalapas, donde las tierras comunales sufren la acción de talamontes y ganaderos de Chiapas, amparados por intereses políticos.

Otro asunto ha despertado la inconformidad de la población, en especial de quienes viven en la ciudad de Oaxaca: la construcción de un Centro Cultural y de Convenciones en el cerro El Fortín, uno de sus emblemas históricos y naturales; donde los dos últimos lunes de julio se celebra la tradicional fiesta de la Guelaguetza. Hace 40 años se construyó en El Fortín un teatro al aire libre para celebrarla.


Sergio Hernández Lo que queda de la velaria del auditorio Guelaguetza

Sin consulta alguna, el gobierno estatal, entonces a cargo de Ulises Ruiz, resolvió techar el teatro con una lona de 12 mil metros cuadrados. La velaria no fue del agrado ni del gobernador Cué ni de la ciudadanía. El maestro y mecenas Francisco Toledo la definió con exactitud: “agrede el paisaje, es desproporcionada con los demás monumentos de la ciudad; estéticamente es muy fea, un horrible adefesio; desde cualquier ángulo aparece esa monstruosidad”. Además, agregó el pintor, “costó una millonada, cuando en el estado hay tantas carencias”. El gobernador Cué prometió quitarla si “así decidía la gente”. No lo hizo. El viento se encargó de tirar parte de ella y luego retiraron las laterales. Sólo queda la central como símbolo visible de corrupción.

Pero en cambio, Cué se empeñó en construir en la ladera noreste del cerro El Fortín el citado Centro Cultural y de Convenciones. Está a cargo de la Secretaría del Turismo y Economía de la entidad. Pero ese monstruoso e innecesario adefesio arquitectónico se levanta donde termina un corredor montañoso de enorme importancia biológica y natural. Así lo entendió a finales de su sexenio (1992) el gobernador Heladio Ramírez, al declararla Zona de Reserva Ecológica y Área Natural Protegida, Libre de Asentamientos Humanos esa extensión montañosa, anexa al parque nacional Benito Juárez, establecido en 1936 por el presidente Lázaro Cárdenas, para proteger la cordillera Norte que bordea el valle donde se asienta la capital oaxaqueña. En 2004, otra administración declaró al cerro El Fortín parque estatal y parte de la citada zona de reserva ecológica.

El proyecto que alienta contra viento y marea el gobernador Cué y su secretario de Turismo busca reponer y extender la velaria, colocar butacas en las gradas de concreto del teatro y, por medio de un pasillo al aire libre, convertirlo en anexo del citado Centro de Convenciones. Éste tendría capacidad para mil 500 personas, con un estacionamiento para 600 vehículos y otras costosas obras. Con todas ellas se violan claras normas oficiales.


Hernández y Toledo Foto: Jorge A. Pérez Alonso

La institución que defiende el patrimonio natural y cultural de Oaxaca, el Pro-Oax, que encabeza Francisco Toledo, se ha opuesto con argumentos irrebatibles a este nuevo atentado contra el cerro El Fortín y la ciudad. De igual forma, el pintor Sergio Hernández. Y porque es otro ejemplo de tráfico de influencias y negocios a la sombra del poder: el secretario de Turismo, José Zorrilla de San Martín Diego, es dueño del hotel Victoria, contiguo a la faraónica obra, y se convertiría en punto clave del innecesario centro de convenciones.

El dinero para construir dicho centro es federal. Asciende a más de 600 millones de pesos y los proporciona la Secretaría de Hacienda y Crédito Público. Sin embargo, dicha dependencia no ha hecho declaración alguna sobre esta inversión. Y mucho menos transparentar la forma en que se gastaría. Máxime en momentos en que el gobierno realiza recortes en el gasto público debido a las condiciones poco favorables del entorno económico. Cuando en Oaxaca existen otras prioridades, lo lógico es eliminar las inversiones innecesarias. Y conservar y utilizar adecuadamente las destinadas a la lucha contra pobreza y la desigualdad. O en programas para crear fuentes de empleo productivo, mejorar el sistema de salud, garantizar el uso racional del agua y la conservación de los pulmones verdes de la ciudad; mejorar el transporte público, obsoleto y contaminante. Cuando por doquier se denuncia a funcionarios y legisladores por aprovecharse de sus cargos para enriquecerse, nada más conveniente que hacer obligatoria la transparencia del gasto público.

En este suplemento especial de La Jornada Ecológica, ofrecemos una serie de textos que muestran por qué no debe construirse el citado centro cultural y de convenciones en el cerro El Fortín. Por qué no lo requiere la ciudad. Y de llegar a necesitarse, erigirse en otra parte, como afirman destacados especialistas en el tema. Se demuestra también cómo el costoso y enorme estacionamiento del citado centro agravará los problemas de tránsito y contaminación que padecen las colonias vecinas al Fortín. Y además, se resalta el papel que el cerro cumple desde el punto de vista ambiental, para la captación de agua y generación de humedad y mejor clima para la capital oaxaqueña.

Aunque el gobierno estatal afirma “respetar las ideas y la oposición” que encabezan tan destacados artistas plásticos y prestigiosas instituciones académicas y defensoras del medio ambiente; aunque dice estar en la mejor disposición de que el proyecto se conozca “de primera mano”, no cumple lo que promete y las obras avanzan en el peor momento político y económico de Oaxaca. Y hasta recurre a la agresión física y las amenazas de muerte contra Francisco Toledo y Sergio Hernández.

En noviembre de 2013 se celebró en la ciudad de Oaxaca la duodécima Reunión Mundial de Ciudades Patrimonio, a la que concurrieron destacados especialistas de todo el mundo. Fue un merecido reconocimiento a la belleza de la capital de una entidad que se distingue por la herencia cultural de sus pueblos ancestrales. Uno de los asuntos tratados en dicha reunión fue la urgencia de respetar el medio ambiente en que están enclavadas las ciudades patrimonio por ser parte indisoluble de su paisaje histórico.

En el caso de Oaxaca, el llamado fue muy oportuno, pues su crecimiento urbano ignora las normas mínimas de la planeación. El avance de la mancha de asfalto se hace a costa de los bosques y demás áreas verdes, fábricas de agua y oxígeno, y albergue de una importante biodiversidad. La construcción del mal llamado centro “cultural” y de convenciones, prueba que las autoridades hacen todo lo contrario de lo que dicta la sensatez y el bien común.

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