Directora General: Carmen Lira Saade
Director Fundador: Carlos Payán Velver
Director: Iván Restrepo
Editora: Laura Angulo
Número Especial noviembre 2015 No 202

Porqué oponerse al Centro Cultural
y de Convenciones en El Fortín


Arte: Sergio Hernández

Frente en Defensa del Cerro del Fortín

Testigo histórico, escenario de la Guelaguetza, pulmón citadino… Eso y más hace que el cerro de El Fortín sea fundamental para la Ciudad de Oaxaca y sus alrededores, pero no ha bastado para que lo tratemos bien: el desordenado crecimiento urbano y diversas obras públicas y privadas lo han afectado severamente. La lista es larga: la construcción de casas particulares, la instalación de antenas, la traumática ampliación de la carretera en 2006, los incendios recurrentes, la imposición de la velaria del teatro. Se trata de afrentas a nuestro patrimonio natural y cultural que se aprecian muy bien desde el aire: El Fortín parece una isla verde asediada por un mar de casas y cemento. Su carácter de isla virtual o isla ecológica es el fundamento de:

La tesis central

El Cerro del Fortín es a la vez frágil y de gran importancia ecológica, histórica y cultural, y el proyecto del Centro Cultural y de Convenciones de Oaxaca, por su ubicación, dimensiones y diseño, tendría profundos impactos sociales, ambientales y urbanísticos, directos e indirectos, de carácter local y regional. Hay una amplí_sima evidencia técnica, documental, histórica y testimonial para sustentar esta tesis.

Lo que exigimos y el CCCO no tiene

  • Un proyecto integral y sustentable, con sólidas bases y estudios ecológicos, urbanísticos, sociales, económicos, turísticos, etcétera.

  • El cumplimiento, en fondo y forma, de las disposiciones legales vigentes, federales, estatales y municipales.

  • Un auténtico proceso de consulta informada con los directamente afectados; es decir, los vecinos de colonias aledañas, y también con los afectados indirectamente: todos los habitantes de los Valles Centrales.

¿Por qué no es un proyecto integral ni sustentable?


Derrumbe en El Fortín, 2010
  • Porque se pretende edificarlo en una zona de alta inestabilidad geológica y con alto nivel de riesgo por derrumbes.

  • Porque no se han considerado adecuadamente los impactos ambientales directos e indirectos del proyecto. Los impactos indirectos son los más preocupantes: a la isla ecológica de la que hablamos, frágil y asediada, se le estaría insertando un elemento altamente perturbador que aceleraría los procesos de desarrollo urbano que ya están comiéndose al cerro. El estudio de impacto ambiental no incluye los de tipo geológico ni de mecánica de suelos. Un derrumbe implicaría la pérdida de suelos y vegetación, además de un riesgo civil.

  • Porque es una obra muy costosa y financieramente insustentable. Ante una crisis de finanzas públicas tan evidente, y en un estado y una región con tantas carencias, los promotores del proyecto no han proporcionado una justificación satisfactoria de los abultados montos ni un mínimo análisis costo-beneficio. Se trata de un dinero público, un dinero de todos.

  • Porque está concebido como una mera obra de infraestructura, con una estrecha perspectiva del quehacer turístico, para el beneficio de una parte de la población pero no de los sectores populares. Con el fin de contrarrestar la mentirosa campaña mediática de los promotores del CCCO, hemos insistido en que la discusión debe centrarse en la ubicación y las características del proyecto más que en la pertinencia de contar con un centro de convenciones. Pero hay una discusión de fondo pendiente: ¿Quieren impulsar el turismo? ¡Excelente! No maten entonces a la gallina de los huevos de oro atentando contra nuestro patrimonio natural y cultural. Podemos aumentar el flujo de visitantes y simultáneamente mejorar la ciudad para sus propios habitantes de muchas maneras: menos coches y basura, más áreas verdes, mayor seguridad, un mejor transporte público, aire limpio, microclima más benigno, y si se eliminan el ambulantaje y los bloqueos y las tomas de espacios públicos de diferentes grupos de presión. Es decir, si se atienden las graves desigualdades sociales y los conflictos políticos, en vez de agravarlos.

  • Porque carece de una visión urbanística holística y de largo plazo. El tema de fondo es qué lugar queremos para vivir; la discusión de la ciudad que soñamos y cómo nos encaminamos hacia allá. Nadie nos preguntó si privilegiar el transporte privado o extender la cubierta de cemento y hormigón sobre una de las pocas áreas verdes que nos quedan en la conurbación de la ciudad serían parte de esos sueños.

  • Porque, junto con la velaria del auditorio, rompería con la ya de por sí afectada armonía paisajística, arquitectónica y cultural de la zona, al grado de poner en riesgo la declaratoria de sitio de Patrimonio Mundial del centro histórico la Ciudad de Oaxaca.

  • Porque todo su proceso ha sido improvisado, opaco, tramposo y tiene un inocultable tufo de conflictos de interés y negocios turbio.

¿Se ha cumplido con la ley?


Mapa de peligro por procesos de remoción en masa (derrumbes)
Fuente: Atlas municipal de riesgos de Oaxaca de Juárez
  • No. Se ha intentado cubrir las formas, sin éxito, pero sin atender el fondo: la protección del ambiente, la transparencia en la obra pública, el beneficio y la seguridad colectivos. La siguiente es una lista, solo indicativa, de las principales irregularidades legales del proyecto, adicionales a la reiterada de violar una suspensión ordenada por un juez federal:

  • Contraviene una ley estatal: el Plan de Ordenamiento de la Zona Conurbada de la Ciudad de Oaxaca (POZCO), publicado en el periódico oficial del gobierno del estado el 12 de noviembre de 1994. En las áreas donde se pretende construir el CCCO se establece una zona cuya clasificación de uso del suelo es vivienda de densidad media. En ella se prohíben explícitamente los centros de convenciones.

  • No cuenta con Manifestación de Impacto Ambiental de carácter federal. La re quiere por las dimensiones del proyecto, el hecho de que está parcialmente en zona federal (el derecho de vía de la carretera) y que los terrenos tienen un decreto vigente de área natural protegida federal (la Zona Protectora Forestal de 1937). En todo caso, los promoventes deberían contar con la notificación correspondiente de la Semarnat que los eximiera del procedimiento. Por otro lado, la manifestación de impacto ambiental estatal, elaborada al vapor, tiene graves deficiencias y omisiones, entre ellas las relativas al riesgo por deslaves y derrumbes. El dictamen positivo condicionado que emitió el Instituto Estatal de Ecología y Desarrollo Sustentable es en consecuencia inadecuado.

  • Contraviene el Programa de Manejo del Parque Estatal Cerro del Fortín (publicado en el Periódico Oficial del Estado el 8 de mayo de 2010), que entre otros aspectos determina un área de amortiguamiento de 119 hectáreas. Aunque el CCCO queda fuera de los límites formales del decreto de 2004, sí está dentro de la zona de amortiguamiento que tal programa establece y debe entonces cumplir con las regulaciones que establece el POZCO para las zonas de vivienda de densidad media.

  • Los permisos de construcción y derribo de arbolado otorgados por el municipio de Oaxaca de Juárez son ilegales: violan las disposiciones del Plan Parcial de Desarrollo vigente (el de 1997) y el Reglamento del Centro Histórico (en al menos 17 artículos). En realidad, el proyecto nunca ha sido presentado al cabildo para su discusión. Tampoco hay una autorización de cambio de uso del suelo para construir el estacionamiento en el parque La Amistad porque, según las autoridades municipales, “nunca hubo ningún parque” (sic). Infringe disposiciones diversas de la reglamentación estatal y federal de obra pública y transparencia, entre otras, la obligación de licitar públicamente un contrato de 36 millones de pesos para el proyecto ejecutivo del CCCO (Véanse al respecto diversos posts de Fortinleaks).

¿Hay consentimiento informado?

Los funcionarios locales afirman que realizaron más de 50 reuniones de “socialización” del proyecto del CCCO y por otro lado esgrime listas de aceptación de la obra de vecinos de colonias aledañas; nada más ajeno a un auténtico proceso de consulta, serio y sistemático. Las reuniones consistieron básicamente en la presentación a ciertos grupos y organizaciones, a puerta cerrada, de una maqueta y la descripción del Jauja al que llegará Oaxaca con un centro de convenciones. Es posible que a mucha gente le haya gustado la idea, pero nos consta que a muchos otros no, y desde entonces se expresaron públicamente muchas dudas y objeciones fuera de las luces mediáticas, el proceso del proyecto, las autorizaciones y la construcción se han conducido con triquiñuelas, opacidad y contradicciones. La pretendida aceptación de los vecinos, por su parte, fue obtenida a partir de presiones, dádivas y engaños, y de la descalificación sistemática de los opositores.

El patrón con el que se conduce el gobierno es muy conocido: a los detractores se les descalifica por no ser expertos o de plano se les acusa de favorecer intereses ajenos, oscuros. Se niega información, se montan campañas de adhesión a modo y se termina con la imposición por la vía de los hechos consumados. Por ello, siempre hemos demandado un debate público para discutir si el proyecto es sustentable, si cumple con la ley y si cuenta con el consentimiento informado de la sociedad oaxaqueña.

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