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Pensiones: no a la reforma regresiva de la OCDE
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as reformas de las leyes de IMSS (1995-97) e Issste (2007) son reformas financieras que cancelan la visión social en el manejo de los recursos. Con ellas se inicia una nueva etapa, de lucro, a cargo del capital financiero.

IMSS. Bajo los principios de no incrementar cargas adicionales a trabajadores-empresarios, estimular el papel del instituto como promotor del empleo y la productividad, así como explorar mecanismos para dar viabilidad a los ramos de aseguramiento, se inició una crítica pública a su sentido social.

Según ella, todos los ramos de aseguramiento tenían problemas financieros y eran una carga para el crecimiento y productividad de las empresas, las cuales se encontraban en desventaja competitiva con los socios comerciales de México. Por ello, se requería de una reforma que incentivara la productividad de las empresas, que evitara la desigualdad de quienes más aportaban y en porcentaje menos recibían.

También se proponía eliminar los tiempos de espera para recibir atención médica, estrechar la relación médico-paciente y elevar la calidad de los servicios, tomar en cuenta la carrera salarial del trabajador para el cálculo del monto de la pensión y ampliar la cobertura del ramo de guarderías, con el fin de lograr una incorporación equitativa de la mujer al mercado laboral.

A casi 18 años de la puesta en marcha de esa reforma, con la que dio inicio la nueva era del IMSS, nos encontramos con un seguro de enfermedad y maternidad (SEM), cuya cuota es menor a la de 1994 y lejana a la de equilibrio. También es patente un gran déficit financiero provocado fundamentalmente por la insuficiencia de la cuota, la falta de cumplimiento de la prima gubernamental para cubrir el rubro gastos médicos para pensionados, así como el crecimiento del gasto en enfermedades crónico-degenerativas, corrupción, ineficiencia e ineficacia en el sistema de abasto.

No existen estudios sobre la mayor productividad de las empresas con la entrada de la reforma. La insatisfacción de usuarios y prestadores del servicio van en aumento. Se atienden más pacientes, prácticamente con la misma infraestructura. Los tiempos de espera siguen siendo un problema.

No hay certidumbre sobre el monto de la pensión para las nuevas generaciones. Hace casi 18 años se responsabilizó al sistema de reparto. Hoy, la crítica no se encamina hacia sistema financiero-bancario que usa los fondos pensionarios, sino al trabajador, al individuo que debe preocuparse, sólo él, de su futuro.

En el ramo de aseguramiento de guarderías, crece la oferta a cambio de la calidad del servicio, y sobre el seguro de riesgos de trabajo existe ya la propuesta de Amis-GFBanorte para ser manejada por instituciones privadas. Ello representaría un golpe final al SEM y al IMSS.

Issste. En 2007, el diseño de su reforma pensionaria fue formulado por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público bajo los siguientes supuestos: 1) el sistema de reparto es inviable y mantenerlo significaría incurrir en un mayor costo que ejercería una presión sobre las finanzas públicas. 2) El sistema de cuentas individuales, con bono de reconocimiento, es la solución porque el sistema estaría en equilibrio permanente. 3) Ofrece plena portabilidad de la pensión entre un sistema y otro (IMSS-Issste). 4) Los recursos son heredables. 5) Los trabajadores tienen la certeza de recibir su pensión debido a que durante toda su vida laboral acumulan recursos en una cuenta individual de su propiedad. 6) Se corta la trayectoria explosiva del déficit y se logra el equilibrio permanente del sistema (salvo la pensión mínima garantizada). 7) Transparencia de contabilidad y de pasivos públicos. 8) La reforma del Issste podría servir como catalizador para los demás sistemas públicos de pensiones.

Pero, casi 18 años después, en el Informe al Ejecutivo y al Congreso 2013-2014, todavía respetando el deliberadamente equivocado diagnóstico de Fox y Calderón, el IMSS-Peña reconoce que la complejidad de la situación financiera que enfrenta el instituto ha sido ampliamente descrita desde informes anteriores. Desde 2009 ha sido necesario utilizar los recursos acumulados en las reservas para subsanar su déficit operativo. A partir de 2013 se comenzaron a utilizar los recursos de la reserva financiera y actuarial del SEM. Se estima que estos recursos se agoten en 2017.

Casi ocho años después, el Informe financiero y actuarial 2014 asume que el seguro de salud del Issste, de acuerdo con la proyección financiera y actuarial, en caso de no recibir transferencias, se estima que las cuotas y aportaciones son insuficientes para cubrir su gasto corriente. No obstante, si se hace uso de la reserva financiera y actuarial se tiene un periodo estimado de suficiencia de seis años. La situación deficitaria se agudiza al analizar el balance entre ingresos y gastos de los servicios médicos para pensionados.

Lo que sigue es reformar esas reformas y no como sugiere la OCDE (Reviews of Pension Systems. México, 2015). Sin extraer el saldo del anunciado fracaso –durante 18 años– de operación del SAR, ahora busca elevar las aportaciones de trabajadores (que sobreviven con míseros salarios) y, peor aún, amputar el derecho adquirido a una pensión, forzando una combinación que limitaría los derechos ganados y acumulados por los trabajadores imponiéndoles, simultáneamente, la obligación de capitalizar en Afores.

La OCDE quiere salvar las pensiones –de un fracaso que defendió 18 años–, obligando a que sólo pongan los que menos tienen, porque patrones y gobierno ¡no! Así, por supuesto, ¡no!

*Universidad Autónoma Metropolitana-Xochimilco