Editorial
Ver día anteriorDomingo 25 de octubre de 2015Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Israel: un llamado a la paz
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onvocados por la ONG pacifista Shalom Ajshav (Paz Ahora, en hebreo), miles de israelíes protestaron ayer en Tel Aviv contra la respuesta del primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, ante la ola de violencia que en las últimas semanas ha causado la muerte de 54 palestinos, nueve israelíes, un eritreo y un palestino con nacionalidad israelí. Asimismo, con el lema No habrá seguridad sin una solución negociada, los manifestantes exigieron al gobierno de Israel que retome los diálogos de paz con las autoridades palestinas y se ponga fin a la ocupación y el control sobre los territorios de la nación árabe ocupados desde 1967.

Cabe recordar que esta escalada de la violencia en el conflicto de Medio Oriente se inició tras una serie de incidentes en la Explanada de las Mezquitas en Jerusalén Este, donde se encuentran importantes recintos religiosos del judaísmo, la cristiandad y el Islam. En reacción a estos hechos, Netanyahu ordenó severas restricciones a la movilidad de los palestinos y tomó el control de los recintos mencionados, medidas que ya provocaron la muerte de una mujer de 65 años, quien padecía problemas respiratorios y no pudo ser trasladada a un hospital.

De manera adicional, la política de mano dura de Israel ha exacerbado los ánimos palestinos, con lo cual se incrementa el riesgo de una tercera intifada –rebelión armada contra la ocupación de Gaza y Cisjordania–, escenario indeseable por la cantidad de muertes y violaciones a los derechos humanos que conlleva un conflicto armado a gran escala. En este sentido, deben condenarse las provocadoras e irresponsables declaraciones emitidas por Netanyahu el miércoles pasado, cuando exculpó a Adolfo Hitler de planear el Holocausto y señaló que fue un líder religioso palestino quien dio al líder nazi la idea de exterminar a los judíos. Tales afirmaciones, además de arrojar leña al fuego del conflicto en Medio Oriente en forma peligrosa, trivializan y distorsionan uno de los episodios históricos más cruentos y dolorosos para el pueblo judío, y exhiben desconocimiento, mala fe o una combinación de ambos elementos al soslayar que el régimen hitleriano también oprimió y aniquiló a cientos de miles de personas no judías: eslavos, gitanos, comunistas, socialistas, liberales y homosexuales, entre otros.

A contracorriente de esta postura belicista, la manifestación efectuada ayer desmiente el pretendido consenso entre la población judía de Israel acerca del uso de la fuerza armada como única respuesta posible ante los ataques de individuos u organizaciones palestinos en contra del ejército ocupante y civiles israelíes.

En un escenario tan delicado como el que hoy vive Medio Oriente, expresiones como este valiente llamado a la paz deberían hacer que el gobierno israelí retome las negociaciones y que la comunidad internacional, empezando por Estados Unidos, tomen las medidas de presión necesarias para limitar y sancionar de forma ejemplar el belicismo de Tel Aviv y evitar un mayor derramamiento de sangre en una región del mundo de por sí marcada por el encono y la violencia.