Directora General: Carmen Lira Saade
Director Fundador: Carlos Payán Velver
Suplemento Cultural de La Jornada
Domingo 25 de octubre de 2015 Num: 1077

Portada

Presentación

El bautizo de un libro
Leandro Arellano

Aquellos ojos brujos
Esther Andradi entrevista
con Cornelia Naumann

El Che: la perduración
del mito

Marco Antonio Campos

Las posibilidades
de la mirada

Gustavo Ogarrio

Rogelio Cuéllar y el rostro de las letras
Francisco Noriega

Los diarios
José María Espinasa

Leer

ARTE y PENSAMIENTO:
Bitácora bifronte
Ricardo Venegas
Monólogos compartidos
Francisco Torres Córdova
Mentiras Transparentes
Felipe Garrido
De Paso
Ricardo Yáñez
La Otra Escena
Miguel Ángel Quemain
Bemol Sostenido
Alonso Arreola
Las Rayas de la Cebra
Verónica Murguía
Cabezalcubo
Jorge Moch
Galería
Ricardo Guzmán Wolfer
Cinexcusas
Luis Tovar


Directorio
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La Jornada Semanal

 

Ladrones de palabras

Andrea Tirado


Sobre el plagio,
Hélène Maurel-Indart,
Traducción de Laura Fólica,
Fondo de Cultura Económica,
México, 2014.

Lejos está la época en la que Montaigne citaba a Séneca sin comillas y no era acusado de plagio. Las citas eran homenajes a los antiguos; la comunidad de lectores disfrutaba de las mismas referencias textuales. Se creía que se podía compartir libremente y en comunidad, respetando la contribución de cada autor. Existía un dominio común, el cual se desvanece a partir del surgimiento de la noción de “individuo”, que privilegia el interés personal.

Este libro es una investigación acerca de la noción de plagio, principalmente orientado hacia Francia. No obstante ese enfoque, Hélène Maurel-Indart se propone demostrar que el plagio es un acto multifacético que no se limita al ámbito literario, sino abarca aspectos jurídicos, económicos, sociales y, sobre todo, de carácter ético-moral.

A través de un recorrido histórico, la autora revela el modo en que el concepto de plagio se ha robustecido. En algún momento, éste fue ligeramente tolerable: por ejemplo, Virgilio consideraba sin remordimiento alguno que había “extraído perlas de un estiércol”, dando a entender que él supo rescatar ideas mal expresadas y desaprovechadas por algún antecesor. Otros, como Anatole France, afirmaban que esa práctica era privilegio de los grandes escritores. En la época contemporánea, la reacción ante el plagio ha subido de nivel. En literatura, es un insulto, “un latrocinio”, dice Maurel-Indart, un ataque directo en contra del plagiado; jurídicamente, es un delito. Sin embargo, a pesar de su connotación claramente negativa, muchos sucumben a la tentación.

La autora expone las dificultades u obstáculos a los que se enfrenta el libro hoy en día: ya no se trata de difundir conocimiento, tanto como de generar ganancias. El vertiginoso ritmo, en el que time is money, afecta también la creación literaria. Una de las dificultades, según la francesa, es que la vida del libro se ha acortado debido a que responde a nuevas necesidades, las cuales inducirían más fácilmente al acto de plagiar.

Maurel-Indart analiza también a autores que califica como “de riesgo”, es decir, aquellos cuyo nombre basta para que sus lectores, ávidos, corran voraces a agotar nuevos títulos en las librerías. Dicha fama es un arma de doble filo; puede ser tanto creadora de éxito como tentación de plagio. Los “autores de riesgo” son generadores de venta para las editoriales; así, el editor, consciente de ello, presionará al escritor para que produzca novela tras novela. Bajo esa lógica, el trabajo de relectura y retoques, o simplemente el tiempo necesario para la “inspiración” o el acto creativo, se convierten en enemigos de la óptica productiva del marketing. Entonces, quizás por falta de tiempo y presión de mercado, hay editoriales que sugieren sinopsis a sus escritores, para que éstos las desarrollen bajo su estilo personal. Pero, ¿cómo estar seguros de que el autor “anónimo” de esa sinopsis no reconocerá su idea en los libros de autores consagrados?

Carlos Fuentes y José Saramago pudieron haber sido considerados “autores de riesgo”. Fueron escritores que tuvieron lectores fieles y atentos a sus nuevas novelas; ambos fueron acusados de plagio y exonerados. Otro escritor de éxitos de venta, Arturo Pérez-Reverte, fue acusado recientemente y, aunque el caso no llegó a juicio, tuvo que reconocer el “préstamo” que tomó de una autora mexicana, Verónica Murguía, y ofrecerle disculpas públicamente. Aunque cada caso haya sido diferente, en los tres figuró una misma persona, y siempre en calidad de editor: ¿coincidencia fortuita o estrategia editorial para el nacimiento de una nueva novela cuyo autor sería una venta segura?

Otro aspecto que aborda Sobre el plagio es la endeble frontera entre “inspiración” y plagio. En efecto, una inquietud frecuente entre los recién inmersos en el mundo del arte es la voluntad de conseguir autenticidad y originalidad. Conforme pasa el tiempo, “más cosas se han dicho”, sea para una novela, una investigación o un ensayo; un estado de la cuestión dará cuenta de la gran cantidad de opiniones pronunciadas sobre un tema, dificultando así inventar el “hilo negro”, o ser completamente innovador.

Por otro lado, los individuos portadores de un bagaje cultural adquirido con el paso del tiempo van recolectando lecturas comunes que asimilan e interiorizan, creando una suerte de estado de la cuestión propio. ¿Cómo saber entonces si lo que se escribirá será producto de una suerte de “epifanía reveladora”, o producto de una reminiscencia? El verdadero escritor será capaz de distanciarse de ese fondo común, para construir un estilo propio y una disposición única de las ideas existentes. Debido a la dificultad de descubrir un tema “nuevo”, la originalidad reside no tanto en la idea, sino en la interpretación de ésta por parte de cada escritor. En cambio, en el desafortunado caso de un préstamo textual involuntario, le tocará al acusado demostrar la inconsciencia honesta de su acto.

El plagiario, por su parte, no es capaz de lograr ese distanciamiento porque no comete actos inconscientes ni inocentes. Frente a la impotencia creadora, el plagiario roba y compensa el vacío de palabras con la copia. De lo que el ladrón no se da cuenta es de que al mismo tiempo que copia, se somete al dueño legítimo de las palabras que hurta, perdiendo así una parte de su propia identidad. Paradoja del plagio: el plagiario como el verdadero escritor, también aspira a lograr la obra maestra; sin embargo, mientras uno pierde su identidad, el otro al contrario, se reafirma como autor, se pronuncia y deviene en referencia.



Bitácora pública,
número 5,
septiembre de 2015,
México.

Bitácora Pública, la revista multidisciplinaria editada en Cuernavaca, Morelos, y dirigida por Ricardo Venegas y Ricardo Tapia, le toma el pulso a la cultura y llega a su número 5. Un significativo texto de la historiadora de El Colegio de México, la doctora Susana Sosenski sobre los niños papeleros, un viejo oficio que se desarrolló a lo largo del siglo xx y que sigue arrojando información clave para el estudio de la infancia en México. Edna Galindo nos habla de Plutón, el planeta más lejano del sistema solar, a propósito de lo que ahora estamos por saber de él. Una entrevista con Hernán Lara Zavala que rememora su trayectoria como escritor y sus afectos y actividades literarias en Cuernavaca y la importancia de los talleres literarios. El sondeo ciudadano aborda “la lectura vs. la deslectura”, las respuestas de los ciudadanos ante la ausencia de lectores en el país. En esta edición el lector también podrá encontrar un texto de Daniel Galindo, quien aborda una interesante propuesta sobre las nuevas relaciones posibles entre funcionarios y ciudadanos. Ricardo Tapia Vega realiza sus “Apuntes sobre Derechos Humanos” y nos remite a los primeros antecedentes históricos, los cuales, afirma, “datan de unos mil años antes de Cristo”. Ricardo Muñoz Munguía, poeta, narrador y editor, narra con destreza y pulso templado la perspectiva infantil del terremoto de 1985 en Ciudad de México desde la óptica de la niñez. Poemas de Lucía Cupertino, Claudia Puente y Tania Jasso cohabitan en esta edición que se instala en las fiestas patrias de septiembre. Bitácora Pública es, en este sentido, una opción de lectura en el amplio panorama de revistas culturales del país; se distribuye en la red de liberías Educal de la República. Carpe diem.