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México SA

¿Más consumo?

Cuentas alegres

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Precios de la carne en tienda de autoservicio, el pasado julioFoto Francisco Olvera
C

on bombo y platillo, y como inequívoca muestra de la fortaleza y crecimiento de nuestra economía, desde los micrófonos oficiales se pregona que se registra un desempeño robusto, sólido, del consumo de las familias mexicanas (el del -d- año dixit), y que lo más alentador es que ello repercute en el bienestar de los habitantes de esta República de discursos, pues su ingreso ha avanzado.

¿Realmente es la fortaleza económica del país (es decir, aquella que ha permitido un raquítico crecimiento de 2 por ciento anual como promedio) la que impulsa el consumo interno, o son otros los factores que contribuyen a que el balance sea aparentemente alentador? Pues bien, el Centro de Economía y Negocios (Cien) del Tecnológico de Monterrey, campus estado de México, analizó la situación (Crecimiento comercial en un ambiente de desconfianza), con un resultado que no es tan alegre como el oficial. De sus conclusiones se toman los siguientes pasajes. Van, pues.

Ante la debilidad observada en el sector industrial, las actividades terciarias han jugado un papel importante en el comportamiento económico del país. Aun cuando la confianza del consumidor no ha exhibido una mejora significativa en los últimos meses, el comercio, principal actividad del sector terciario, ha mostrado tasas de crecimiento relevantes. Algunos factores que podrían explicar dicho comportamiento giran en torno a los bajos niveles inflacionarios, el incremento en el envío de remesas y a una base de comparación menor.

Durante agosto pasado el comercio al por menor presentó una tasa de crecimiento de 6.4 por ciento comparada con el mismo mes de 2014, en tanto que el comercio al por mayor aumentó 5.7 por ciento. Si bien este último comienza a exhibir señales de estancamiento en su tendencia, la parte minorista muestra un panorama más alentador a pesar de que las percepciones salariales continúan deteriorándose en su mayoría.

De esta forma, el desempeño positivo del comercio al por menor no ocurre debido a una recuperación sostenida del consumo, sino por una combinación de los siguientes factores:

La moderada inflación del país en meses recientes se debe en cierta medida a la caída de los precios internacionales de varios bienes de consumo, en particular de algunos productos básicos para la alimentación como maíz y arroz, entre otros, cuyas tendencias exhiben un comportamiento a la baja desde el año 2011. Lo anterior ha permitido que los sectores de la población menos desprotegidos utilicen parte de sus ingresos para la adquisición de otros bienes diferentes a los de consumo.

Otro elemento a considerar es el incremento en el envío de remesas. En agosto del presente año ingresaron al país poco más de 2 mil 266 millones de dólares por dicho concepto, lo que representa 13.1 por ciento más de lo alcanzado durante el mismo mes de 2014. Adicionalmente, si se considera el promedio de los primeros ocho meses del año y se compara contra similar periodo de 2014, se observa un incremento de 6.1 por ciento. De esta forma, además de estar recibiendo una mayor cantidad de dólares, los beneficiarios de estos flujos de efectivo se ven favorecidos también por la depreciación del tipo de cambio.

Por otro lado, es importante valorar el desempeño que tuvo el comercio durante 2014. En agosto del año pasado la tasa de crecimiento del comercio al por menor fue de apenas 0.7 por ciento debido a que algunos de sus componentes como las tiendas de autoservicio y departamentales (-1.2 por ciento), los vehículos (-2.2) y los textiles (-7.3) se ubicaron en terreno negativo. Lo anterior se explica en parte por los resultados de la entrada en vigor de la reforma fiscal que motivó que varios consumidores pospusieran sus compras, en particular las de bienes durables, para compensar los efectos negativos que trajo consigo dicha modificación en materia impositiva.

De esta forma, si bien las cifras obtenidas durante el año en curso resultaron significativas, hay que considerar que éstas venían precedidas de resultados poco favorables, es decir, una base comparativa menor que magnifica el desempeño actual.

El crecimiento de las actividades terciarias, en particular del comercio, ha permitido compensar la desaceleración industrial presente en la economía del país. Sin embargo, los bajos niveles inflacionarios y el incremento en el envío de las remesas son elementos insuficientes para mantener un crecimiento sostenido en las actividades comerciales. Para ello es necesario el fortalecimiento del mercado interno, de manera que las empresas nacionales cuenten con las condiciones necesarias para generar empleos de calidad y bien remunerados, que permitan incrementar la confianza de los consumidores, factor imprescindible para hablar de una verdadera recuperación del consumo.

A pesar de las cifras positivas en términos anuales, la tendencia del índice general de comercio al por mayor comienza a estancarse. Si bien las tendencias de los textiles, los camiones y la maquinaria muestran un comportamiento alcista, esto contrasta con las materias primas, el vestido y esparcimiento, y los alimentos, bebidas y tabaco, cuyas tendencias dan signos de estancamiento. Tal escenario sugiere que el desempeño del comercio al por mayor podría continuar siendo positivo en términos anuales, aunque con una magnitud menor a la observada en periodos anteriores.

Además, y sin considerar al petróleo, durante el lapso comprendido entre septiembre de 2011 y septiembre de 2015, los precios de la mayoría de los bienes de consumo han presentado una tendencia a la baja como resultado en cierta medida de la menor demanda de estos productos por parte de China. De esta forma, en tanto no existan expectativas en torno a un incremento significativo en la demanda de estos productos, es de esperar que los precios de los mismos permanezcan estables en niveles de precios similares a los observados durante el año en curso.

Hasta allí el Cien. Y lo anterior sin olvidar que el índice de confianza del consumidor registra su peor comportamiento desde octubre de 2010, y el relativo a la confianza empresarial desde marzo de ese mismo año, de acuerdo a los informes conjuntos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía y del Banco de México.

Las rebanadas del pastel

Felizmente, fallaron los cálculos de los especialistas en torno a la devastación que provocaría el huracán Patricia. Hubo daños, sí, pero no de la dimensión originalmente estimada. Es de esas ocasiones en que propios y extraños celebran el yerro.

Twitter: @cafevega