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Kakistocracia, el gobierno de los peores: el caso Medrano en Fresnillo

P

latón afirmaba que la democracia era injusta, entre otras razones porque el gobierno debía estar en manos de los mejores, sabios poseedores de la verdad, fuertes y justos. Polibio, en Roma, advertía contra las corrupciones de la democracia: la oclocracia. En toda la historia de la democracia se han formulado varias advertencias sobre las versiones corruptas de ésta y se han señalado sus múltiples peligros.

Hace 13 años un pensador italiano de la escuela de Turín advirtió sobre la decadencia de las pretensiones democráticas de la actualidad, a la que llamó kakistocracia o el gobierno de los peores. Este fenómeno se comienza a generalizar en las castas políticas que ocupan puestos de mando; lo vemos desde gobiernos municipales hasta las universidades.

Es de especial atención el caso de Fresnillo, metido en la puja infame entre sectas políticas que usan el poder público como arena de su propiedad. Y el pueblo sólo mira pasmado cómo Benjamín Medrano es presidente municipal y después se postula para diputado federal (con enormes anomalías) y, con total arbitrariedad, decide regresar a gobernar el municipio conservando la curul federal, con motivos ajenos de toda razón pública, a tal grado que nadie sabe a ciencia cierta la causa real de dicho movimiento.

Tal circunstancia genera la explosión de hipótesis para explicar el descabellado regreso, desde el control político hasta el crimen organizado. Ominosa y aborrecible actuación de un funcionario que pone una raya más al tigre del desprestigio de la clase política.

Aún no hemos podido explicarnos el enriquecimiento ostentoso de Medrano, y ahora tenemos que elaborar más hipótesis para explicarnos su regreso al gobierno municipal de Fresnillo y la burla al pueblo de Zacatecas. El costo político para el Partido Revolucionario Institucional pronto se dejará ver por este aciago acontecimiento. Una muestra de kakistocracia: el gobierno de los peores, con ambiciones y arbitrariedad ilimitadas.