Opinión
Ver día anteriorViernes 30 de octubre de 2015Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
 
Penultimátum

Velos en Egipto

O

tros acontecimientos sangrientos borraron de los medios la información sobre la muerte de ocho turistas mexicanos y cuatro egipcios, así como otros seis mexicanos que resultaron heridos en Egipto el pasado 13 de septiembre. Según el gobierno de ese país, las víctimas se encontraban en una zona prohibida del desierto y la fuerza aérea de seguridad les disparó desde el aire al confundirlos con terroristas. Luego de expresar sus condolencias prometió investigar a fondo el caso, proceder con el deslinde de responsabilidades y otorgar las indemnizaciones a que haya lugar.

En Egipto ejerce el poder una camarilla militar intolerante y arbitraria, que castiga severamente la crítica y la disidencia política. No extraña entonces que obligara a los medios escritos, audiovisuales y digitales nacionales y extranjeros a publicar sólo los comunicados oficiales sobre lo ocurrido, con la finalidad de proteger la integridad de la investigación. Ese velo censor impide hasta hoy saber más sobre lo que realmente pasó.

Y mientras concluye esa investigación, otro inmenso y grueso velo causa problemas en la centenaria Universidad de El Cairo, uno de los lugares donde todavía no manda la religión. Acaba de iniciar sus cursos anuales en medio de la polémica que desató la prohibición de que, al impartir clases teóricas y prácticas o permanecer en los laboratorios, las profesoras lleguen portando el niqab, o burka, vestido que recomienda el islam extremista y oculta todo el cuerpo de la mujer. Bueno, deja ver los ojos de quien lo utiliza.

Como nuestras instituciones públicas de educación, la universidad cairota es laica. Pero el abogado que lleva el caso en nombre de las 33 profesoras afectadas por dicha medida alega que es un derecho de la mujer vestirse como quiera. Gaber Naser, rector de la Universidad, reconoció que si bien el niqab es una prenda que suelen utilizar las estudiantes, desea curar la enfermedad antes de que se propague. Y que contra dicha indumentaria está la mayoría de los estudiantes. Alegan que dificulta la comunicación con ellos y entorpece el proceso educativo, especialmente en materias relacionadas con los idiomas.

El vestido que cubre todo el cuerpo femenino gana terreno debido a los predicadores ultraconservadores que desde las mezquitas y la televisión piden a las mujeres recato en el vestir. Mostrar el cuerpo, dicen, atrae al demonio y las malas pasiones.

Y para terminar con velos, por mala reputación, criticar al gobierno, protagonizar escándalos en los medios y ser bailarina del vientre, Sama al Masri, no podrá aspirar a una diputación en el próximo parlamento egipcio. Quizá lo hubiera logrado ejecutando esa centenaria danza cubierta con una burka, para no desatar deseos pecaminosos entre el público.