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Tres mujeres convierten nosocomios grises en lugares cálidos para dar esperanza

Avanza iniciativa que esgrime el arte como instrumento de sanación

Colocamos cuadros donde los pacientes y familiares pasan mucho tiempo; les cambian el ánimo, explica Andrea Schwirtz, una de las fundadoras de Art@hospital

Cualquier disciplina es terapéutica, apela a la esencia del bienestar humano, destaca la muralista Silvia Barbero

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Mural en el hospital Rivadavia, de Buenos AiresFoto Dpa
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El trabajo muralístico realizado en el salón central del nosocomio provincial Saturnino Lora, en Santiago de CubaFoto Dpa
 
Periódico La Jornada
Viernes 6 de noviembre de 2015, p. 3

Buenos Aires.

El arte puede ser una herramienta valiosa a la hora de acompañar a las personas a superar una enfermedad. ¿El arte cura? No hay evidencia, pero el ánimo cambia cuando las frías y estériles paredes de un hospital se cubren de obras de arte.

La iniciativa Art@hospital (Arte en el hospital) nació con la finalidad de cumplirle el último sueño a Pedro Oliveira, joven portugués que a los 31 años sufrió leucemia y debió ser hospitalizado. Necesito los colores de mis pinturas en estas paredes blancas si tengo que quedarme para luchar contra la enfermedad. Pero el joven entró en un coma del que no pudo volver.

Tres mujeres con mucha iniciativa gestaron el proyecto en Argentina para honrar su último deseo de cambiar hospitales grises en lugares cálidos y coloridos para dar esperanza. Y en tres años ya transformó las paredes de ocho hospitales, geriátricos y hogares de tránsito de niños.

La primera experiencia ocurrió en el instituto oncológico Alexander Fleming de Buenos Aires. Fue impresionante la respuesta de los artistas, que nos donaron 150 obras, declaró la artista Andrea Schwirtz, una de las fundadoras de Art@hospital.

No somos curadoras de arte, recibimos todas las pinturas y tenemos la filosofía de que para cada obra encontramos un lugar en el hospital, explicó. El lugar se vuelve completamente distinto, más alegre, con más luz, y les cambia la motivación a los enfermos y sus familiares, señaló Schwirtz.

La idea central es poner cuadros donde los pacientes y su gente querida pasa mucho tiempo, porque los desvían a pensamientos positivos, les cambian el ánimo. Las respuestas llegaron de inmediato a través de correos de agradecimiento y nuevas donaciones de pacientes y familiares.

Art@hospital desarrolló un proyecto distinto, con la pintura de 30 murales en la sala de maternidad y pediatría del hospital Rivadavia porteño.

Cuando pintas un cuadro no sabes dónde terminará luego colgado. Pero en el mural de entrada lo haces en el ámbito donde será exhibido. Durante la obra vivís y sentís el lugar. Hay una interacción con el espacio y la gente a lo largo de todo el proyecto, explicó la muralista Silvia Barbero.

Música del arte en las paredes

Pintar en una maternidad fue además una experiencia distinta a todas, con madres embarazadas ingresando y luego saliendo con sus bebés recién nacidos en brazos.

Barbero también pintó murales en Cuba, en una bienal internacional de muralismo. Junto a otros tres artistas transformaron una enorme pared del hospital provincial Saturnino Lora en Santiago de Cuba.

Los hospitales suelen ser lugares lúgubres, estériles, no muy personales. Con una pintura no les vas a cambiar la enfermedad ni el trabajo duro en el ámbito de la salud, pero se puede generar un efecto distinto, como una especie de oasis, casi terapéutico, señaló la muralista argentina.

Tampoco cualquier obra de arte encaja en un nosocomio. Se busca una paleta de colores armoniosa, grata, suave. Barbero subrayó que se evitan las temáticas violentas o provocadoras. Hay un montón de recursos para generar una sensación agradable, de bienestar, que por un segundo te saque de allí.

Para el hospital de oncología Marie Curie de Buenos Aires, Art@hospital ideó una colección de rosas, símbolo de la lucha contra el cáncer de mama, que cubrieron sus paredes en diferentes colores y estilos.

Existen numerosas teorías sobre la influencia de los colores en los estados de ánimo. La cromoterapia sostiene que los colores tienen poder curativo y ayudan a superar trastornos emocionales.

De acuerdo con esas teorías, el naranja es energizante; el azul, equilibrante y armonizador; el verde, tranquilizante y esperanzador; el amarillo estimula el entusiasmo y la confianza.

Cualquier disciplina del arte es terapéutica, apela a la esencia del bienestar del ser humano, a las emociones, destacó Barbero. Y es terapéutica tanto para el autor como el espectador, añadió.

Pacientes, médicos y enfermeras agradecen el arte en los hospitales. Cada día cuando entramos al hospital, es asombroso cómo las paredes nos cuentan la música del arte, compartiendo los buenos y malos momentos, agradeció el directivo de una de las clínicas.