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Economías regionales

Las pobres, en el hoyo

¿Éxito de Bailleres?

C

on la cara más dura que una piedra, distintos virreyes… perdón, gobernadores han declarado que sus respectivos estados son, pese a crisis nacional, número uno en crecimiento económico en el país, cuando en los hechos pueden ocupar la primera posición en asesinatos, narcotráfico, desempleo, migración, violación de los derechos humanos, agresiones y muerte de periodistas, etcétera, etcétera.

Por ejemplo, feliz anda el mandatario zacatecano, Miguel Alonso Reyes, presume que te presume que su entidad es la number one en eso del crecimiento económico, aunque en los hechos ocupe el escalón número 12 de 32 posibles, según lo ha documentado el Inegi.

No es el único caso, desde luego, pero el Centro de Investigación en Economía y Negocios (CIEN) del Tecnológico de Monterrey, campus estado de México, documenta que la actividad económica estatal en nuestro país presenta un comportamiento heterogéneo. Si bien algunos estados exhiben tasas de crecimiento significativas, ciertas entidades con participación importante en la producción nacional, como es el caso del Distrito Federal, muestran un ritmo de crecimiento moderado, el cual se espera continúe por lo que resta del año. Por su parte, la región más rezagada en materia económica es el sureste de la República.

Así, en el primer semestre de 2015 los estados que presentaron las mayores tasas de crecimiento con respecto al mismo periodo del año pasado fueron Querétaro (11.2 por ciento) y Guanajuato (8.6), que se han visto beneficiadas por flujos importantes de inversión extranjera directa. En lo que va del año, Querétaro recibió 225.5 millones de dólares, en tanto que Guanajuato obtuvo 397.8 millones, reflejo de la proliferación del sector automotriz en dichas entidades, así como el caso particular de la industria aeroespacial en Querétaro.

Habrá que echar números para saber cuánto le costó a los habitantes de esas entidades y al erario federal captar dicha inversión, porque las empresas trasnacionales no dan paso sin huarache, y después el caldo sale más caro que las albóndigas. Por ejemplo, explica el CIEN, para que esas empresas decidieran establecerse en Querétaro se conjuntaron varios aspectos.

Y lo detalla así: en primera instancia se encuentran los programas sectoriales impulsados por la Secretaría de Economía, Pro México y Conacyt durante el periodo 2007-2012 que en esencia otorgaban estímulos (fiscales) a las empresas que incentivaran la formación de cadenas productivas. Lo anterior se conjuntó con la necesidad de las firmas internacionales antes citadas de invertir en una región que contara con un nivel adecuado de infraestructura (a cargo del erario), así como la presencia de una fuerza laboral calificada (con bajos salarios), elementos con los que ya contaba Querétaro debido a la experiencia obtenida del sector automotriz.

Si bien el grado de especialización que se requiere en la industria automotriz es elevado, apunta el CIEN, éste todavía es superior para el sector aeroespacial, de tal forma que en conjunto con la colaboración del sector público y el privado, las instituciones educativas se vieron involucradas en el proceso de capacitación de la fuerza laboral. En este sentido, se crearon organismos dedicados especialmente para atender las necesidades de la industria aeroespacial (financiados por el erario).

En sentido contrario, en materia de crecimiento económico Chiapas, Michoacán, Veracruz y Oaxaca sobresalieron, pero por sus pésimos resultados. Sus enriquecidos gobernadores son cuatro joyas de la fracasada política nacional, y registran pronunciadas caídas que sólo contribuyen a hundir más a sus respectivas entidades, de por sí históricamente en el hoyo.

Dichas entidades, apunta el CIEN, forman parte de las localidades en donde se pretenden implementar las Zonas Económicas Especiales como estrategia principal para detonar el desarrollo de la región sureste del país. Para garantizar el éxito de dicha iniciativa, no sólo basta con generar un clima de negocios en el que se otorguen beneficios fiscales y laborales, un régimen aduanero especial y un marco regulatorio ágil. Es necesario determinar qué actividad o actividades económicas se pretenden impulsar y enfocarse de manera particular en dichos sectores productivos. Adicionalmente, debe promoverse el desarrollo de vínculos de colaboración entre el sector público, el sector privado y las instituciones educativas para contar con una fuerza laboral capacitada que permita atender las necesidades puntuales del sector económico a impulsar.

Lo anterior en lo que se refiere a los promedios semestrales, pero específicamente en el segundo trimestre del año los estados que peores resultados reportaron fueron Tabasco (-1.8 por ciento), Michoacán (-1.9), Chiapas (-2) y Campeche (-8.5). Veracruz, Sonora (éste con otra joya, Guillermo Padrés), Oaxaca y el estado de México les siguen en la lista. Por otro lado, explica el CIEN, en dicho periodo 10 estados de la República presentaron tasas de crecimiento superiores a 4 por ciento, con Guanajuato (9.4) y Querétaro (9.9) a la cabeza.

Los llamados motores económicos internos, es decir, los estados con mayor potencial industrial, agrícola y de servicios se mantienen ponchados: Nuevo León no registra malas cifras, pero se encuentra muy alejado del primer lugar (ocupa la décima posición), al igual que Jalisco (peldaño 16) y el Distrito Federal (escalón número 21).

Las rebanadas del pastel

La monumental fortuna de Alberto Bailleres, como la de otros magnates marca Forbes, no se explica sin el impúdico usufructo de los bienes nacionales para fines privados, el rescate de sus empresas con recursos públicos, los subsidios cambiarios a costillas del erario y, desde luego, la cuestión fiscal (evasión, elusión, condonación, exención, etcétera, de impuestos). Pero también ha tenido otro tipo de empujoncitos. Por ejemplo, en las últimas tres décadas, siete de los diez secretarios de Hacienda –Videgaray y Carstens incluidos– designados en ese periodo han sido itamitas (léase egresados del ITAM, propiedad del ahora condecorado; uno de ellos, Pedro Aspe, llegó a ser su consuegro) y varios más han ocupado los cargos de secretario de Energía y al frente de Petróleos Mexicanos, sector en el que ahora clava los colmillos. Ello sin considerar subsecretarías, direcciones generales y tantos más. Bueno, hasta un inquilino de Los Pinos salió de allí: Felipe Calderón, quien durante su estadía en la residencia oficial entregó al nuevo héroe nacional un millón 239 mil hectáreas para su explotación minera. ¿Así, o más triunfador?

Twitter: @cafevega